Toma de posesión, Susana Díaz, Presidencia Junta de Andalucía
“Los choros y rateros de guante blanco de la política, provocan en mí erupciones vomitivas hacia ellos”
Por: José Salguero Duarte Lunes, 16 de septiembre
Tras la pantomima de las sesiones parlamentarias andaluzas de hace unos días, para la investidura de Susana Díaz, como presidenta de la Junta de Andalucía. Debo alzar mi voz, una vez más, por ese presunto pucherazo que pudo atentar contra los pilares más fundamentales de los derechos democráticos habidos y por haber en España. Porque nuestros poderes han de manar de las urnas y no a dedo, como ha sido nombrada usted, doña Susana Díaz, por la gracia de su antecesor en el cargo José Antonio Griñan, y de la manita amiga que le ha echado Izquierda Unida…
Por ello, creo y entiendo, que Griñan ha actuado en su sucesión más de lo mismo como lo hizo Chaves con él; dejándole a usted la vereda despejada, para que alcanzara la poltrona de la Presidencia de la Junta de Andalucía; con la presunta intención de que continúe usted el guión político marcado. No siendo bueno para Andalucía que lo siga, porque ambos se encuentran señalados por la Justicia por presuntas malas praxis políticas. Por lo que, al ejercer presuntamente de forma no correcta, deberían haber sido aconsejados los dos por sus asesores, para que no se arrimaran tanto a las paredes, porque se podrían manchar de cal o de canto.
Es evidente, que los choros y rateros de guante blanco de la política, provocan en mí erupciones vomitivas hacia ellos. Pero, lamentablemente, la ‘ballena’ (Estado), como me apuntara en cierta ocasión un buen amigo: “Se lo traga todo al tener la barriga muy grande”. Contestándole, --que no despilfarren y abusen tanto de los dineros públicos, porque van a dejar las ubres sequitas, y se podría liar una grande y libre hasta con yugos y flechas--.
No obstante, algo de esperanzas tengo, porque su excelencia doña Susana Díaz, en el discurso de su investidura, afirmó sobre la corrupción política lo siguiente: “La limpieza en la vida pública es incompatible con la falta de ejemplaridad y desde luego con los casos de corrupción que, aun siendo aislados, escandalizan a la sociedad y deberían abochornarnos a todos. A mí, desde luego, me avergüenza la corrupción, rechazo tanto la complicidad como la tibieza hacia ella y me propongo combatirla con todas mis fuerzas desde la Presidencia de la Junta de Andalucía. Combatirla en todos los frentes, con más medidas, más controles, más vigilancia y con mejores prácticas. Combatirla sin descanso con un tesón al menos equivalente al hastío, el cansancio y la indignación de los ciudadanos y ciudadanas respecto de este tema”.
Señora, debo preguntarle: ¿Para qué más leyes de transparencia y más monsergas en salsa verde, blanca o morada? Porque existen normas legales suficientes para hacer frente a los corruptos y a las corrupciones. Así que, lo que hay que hacer, es ponerle los cascabeles a los presuntos choros de su formación y de las otras siglas, para que todo el peso de la Ley caiga sobre ellos. Debiéndose evitar, como presuntamente hicieran sus antecesores en el cargo, Chaves y Griñán, que no se les permita que continúen o accedan a la condición de aforados políticos, para que el inmaculado manto de la democracia, no proteja a los pendones de Castilla y León, así como a los del resto de España hasta bajo palio, para que la Justicia pueda ejercer libremente acorde a Derecho.
Consecuentemente, deseo, que lo espolvoreado por usted en sus discursos de investidura, no fuera un presunto mero fementido con exceso de buenas intenciones y de palabras balsámicas para aliviar los oídos de los andaluces. Como ocurriera con lo esparcido por colegas suyos, sobre lo mismo y otros asuntos, a lo largo de la triste historia de esta corrupta democracia española.
No siendo extraño, por tanto, que me embarguen ciertos cirros al respecto, debido a que en los muchos años que lleva usted incrustada en el sistema político andaluz y socialista del PSOE, ha ejercido sin que presuntamente la Junta haya combatido la corrupción como se propone hacerlo usted ahora; porque los ERE fraudulentos andaluces están ahí, con altos cargos políticos de la Junta de Andalucía salpicados. Siendo presuntamente la causa, para que sus antecesores en el cargo, Chaves y Griñán, abandonaran la Presidencia de la Junta de Andalucía, como lo hicieron tan apresuradamente, sin que ninguno de los dos, llevaran a cabo la limpieza adecuada, para que usted no haya recibido el presunto lastre político y económico que se habrá encontrado.
Por ello, sería para quitarme el sombrero ante usted, si con un par muy bien puestos, deshilvanara y desarticulara desde la Presidencia, el presunto maloliente entramado político y económico que haya podido existir. Porque, si los jueces instructores de los casos: ERE, Gürtel o Nóos… están siendo presuntamente presionados; a usted le podrían decir: “Menos lobos, caperucita”. |