Cabeza: las cabezas de pescado, las raspas, las espinas y la piel son perfectas para preparar caldo de pescado. También puedes usar las cabezas en sopas de pescado, o asarlas y servirlas con el resto del pescado.
Lomo entero: los lomos son excelentes para cocinarlos al horno con un rebozado de hierbas o frutas deshidratadas, o envueltos en hojaldre. Los lomos de bacalao y salmón son una opción perfecta.
Trozos o rodajas: son perfectos para estofados, hervidos o parrilladas.
Filetes: son muy versátiles y perfectos para los niños, ya que no contienen espinas. Además de fritos, son magníficos para cocinarlos al vapor, en papillote o en el horno.
Pescado entero: es ideal para hacerlo a la parrilla o asado en el horno. Si deseas preparar una receta más creativa, puedes cocinarlo con una costra de sal (sola o aderezada con especias y hierbas frescas) o en una masa de pan