Hola Irmita, veo espectacular el lugar en que el hermitaño vivía, nos enseña una gran
lección... no decaer ante la adversidad de la vida.
Ocupó su tiempo dando a conocer lo que tenía en su "yo" interno...crear, crear
y, que mejor envuelto en la naturaleza.
Se marchó silencioso, dejando su Obra de Arte.
Un cariñoso abrazo,
Ketty