El problema es que la rosa estaba algo marchita y triste
ya que le hacía falta compañía,
así es que la llevó a su casa. Allí reverdeció y floreció.
El estaba muy feliz al encontrar viva la noble planta
Un día cuando se preparaba para comer alguien tocó la puerta,
el abrió y se sorprendió al ver a una linda mujer. Aunque era bella,
él no se guió por lo externo ya que el miraba el corazón:
-Qué quieres -le dijo el caminante-
-Quiero solo admirar la belleza de esa rosa,
que sobrevivió gracias al amor y pureza del amor que usted le tiene, y
dígame como se llama
-El caminante le dijo “solo dime poeta y ¿tú?”
-Me llamo vida...