Un extraña y hermosa fusión, ni duda cabe, se oye muy bien...sólo que surge una interrogante: ¿cuándo debemos escucharla? la música de Beethoven (o de cualquier otro compositor clásico) la escuchamos en un momento anímico muy especial, momentos de paz, y tranquilidad, de preferencia solos y con un buen libro en la mano. Y el mambo es idóneo para otros momentos completamente diferentes, llenos de bullicio y alegría, aunque ambos son relajantes (toda la música lo es), nos transporta el espiritu, sólo que en distinta dimensión.
Muchas gracias Pequeña, si he de ser sincera...¡me encantó!
Flaquita