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NUESTRA PRIMERA NOCHE
¿Serán éstos unos versos? No, no serán versos, sólo serán recuerdos de un ayer, en el tiempo, que olvidar no puedo, y tampoco quiero, porque esa noche fué pasión, frenesí, fuego, y tus manos, aún las siento en mi piel ardiendo.
Amándonos toda la noche sin límites ni barreras sensualidad apasionada, pero con amor del bueno ese que no mancha, lo tierno, lo bello. Me entregué a tus brazos con mi cuerpo extasiado me gritas ¡te amo! y todo fué como lo soñamos.
Nuestros gemidos se hicieron un deseado canto y me embriagaste de amor con tu sexo apasionado. Mi ropa se deslizó suavemente por mi piel que tu la sentiste como perfumada y suave miel.
La sangre de nuestras venas era un torrente de fuego desplegando sensaciones que nos llevó al cielo, sin contener deseos, porque en el amor nada está prohibido, ni tampoco reprimido y nos amamos así hasta quedar rendidos.
Esa noche fué perfecta, ¡cómo olvidar! si la entrega sensual y apasionada fué total. Las luces del alba nos encontró aún fundidos en besos extasiados que aceleraban nuestros latidos embriagados de amor y pasión endulzando los sentidos.
Ese ¡te amo! que dijiste, ha quedado grabado en mi corazón y mente cual un bordado que jamás se borró, porque cubierto en oro lo has gritado.
LEONOR
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