Miércoles 14 de septiembre/2011
PRIMERA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 3, 14-16
Querido hermano: Te escribo estas cosas con la esperanza de ir a verte pronto. Pero si tardo en llegar, quiero que sepas desde ahora cómo debes de actuar en la casa del Dios vivo, que es la Iglesia, columna y fundamento de la verdad.
Realmente es grande el misterio del amor de Dios, que se nos ha manifestado en Cristo, hecho hombre, santificado por el Espíritu, contemplado por los ángeles, anunciado a todas las naciones, aceptado en el mundo mediante la fe y elevado a la gloria.
PALABRA DE DIOS.
¡TE ALABAMOS, SEÑOR!.
SALMO RESPONSORIAL 110.
Responso: “Alabemos a Dios de todo corazón”.
Quiero alabar a Dios, de corazón, en las reuniones de los justos. Grandiosas son las obras del Señor y para todo fiel, dignas de estudio. R/.
De majestad y gloria hablan sus obras y su justicia dura para siempre. Ha hecho inolvidables sus prodigios. El Señor es piadoso y es clemente. R/.
Acordándose siempre de su alianza, El le da de comer al que lo teme. Al darle por herencia a las naciones, hizo ver a su pueblo sus poderes. R/.
ACLAMACIÓN (cfr. Jn 6, 63. 68) R/. “Aleluya, aleluya”.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna. R/.
PROCLAMACION DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS: 7, 31-35
¡GLORIA A TI SEÑOR!
En aquel tiempo, Jesús dijo: "¿Con quién compararé a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen? Se parecen a esos niños que se sientan a jugar en la plaza y se gritan los unos a los otros: `Tocamos la flauta y no han bailado, cantamos canciones tristes y no han llorado'.
Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y ustedes dijeron: `Ése está endemoniado'. Y viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: `Este hombre es un glotón y un bebedor, amigo de publícanos y pecadores'.
Pero sólo aquellos que tienen la sabiduría de Dios, son quienes lo reconocen".
PALABRA DEL SEÑOR.
GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS.
meditacion
los contemporáneos del señor Jesús eran gente insatisfecha a más no poder. ni la vida sencilla y austera de San Juan Bautista ni la amistosa cercanía del Profeta de Nazaret los convencía. A uno y otro descalificaron por diferentes motivos.
Aquella era de alguna manera una generación del no.
En la carta a timoteo, advertimos una exhortación que puede sernos de mucho provecho: la casa de Dios no es un edificio, sino una asamblea convocada por el Dios vivo, y como tal habrá de testimoniar con firmeza y perseverancia, la verdad que nos hace libres.
En el Deuteronomio, leemos como Moisés le habla al Pueblo de Israel diciéndole: El es la Roca, Su Obra es consumada, pues todos sus caminos son justicia.
Es Dios de la lealtad, no de perfidia, es justo y recto Se han pervertido los que él engendró sin tara, generación perversa y tortuosa. (Deuteronomio (SBJ) 32, 4-5).
Yahvé lo vio, e indignado desdeñó a sus hijos y a sus hijas.
Entonces dijo: Les voy a esconder mi rostro, a ver en qué paran. Porque es una generación torcida, hijos sin lealtad. (Deuteronomio (SBJ) 32, 20).
Todo esto refiriéndose a un grupo humano que no esta siendo leal con Dios.
Siempre que queremos identificar a un conjunto de personas que, por haber nacido en fechas próximas y haber recibido una educación o una influencia social semejante, comportan de una forma parecida o comparten características comunes, nos referimos a una Generación, Moisés se esta refiriendo a un grupo humano determinado del pueblo Israelita, y en este caso Jesús, también, se està dirigiendo a un grupo especifico.
El evangelio nos dice sin reticencias que gente de «mala fama» era amiga de Jesús. A Él mismo lo tildaron de glotón, borracho y persona poco recomendable. Sin embargo, la acción de Jesús en medio de proscritos, enfermos y gente de mala fama, muestra la acción redentora de Dios.
La persona redimida adquiere con el gesto de Jesús una nueva conciencia que le permite ponerse en camino para llegar a ser una nuevo sujeto, libre y solidario.
Este comportamiento enfureció a escribas y fariseos que estaban llenos de complejos sectarios y de superioridad.
Sin embargo a disgusto de los fariseos y juristas, el pueblo de Israel ha dado la razón a Dios, aceptando su designio y cambiando radicalmente de conducta.
El plan de Dios, la Sabiduría, se ha encarnado ahora en Jesús: todos los que se le han adherido le dan la razón con su compromiso personal, compartiendo con Él las mismas «amistades».
Jesús dice: Porque vino Juan el Bautista, que no comía ni bebía, y dijeron: “Ese está endemoniado”. Y viene el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: ¡Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores!”. Sin embargo, los amigos de la Sabiduría le han dado la razón.
Jesús está calificando a los que pertenecen a un cierto grupo humano de la sociedad Judía, al igual que Moisés, de Generación desleal, de no hacer caso con ninguno de los enviados de Dios, como en este caso de Juan Bautista, o el Hijo del Hombre, el propósito es no creer en ninguno de los dos, especialmente porque lo que hacen y la forma de vida de ambos, los denuncia y los perturba y les compromete su estabilidad en la sociedad.
Así està también el mundo hoy, interpretando mal y torcidamente muchas cosas, sospechando hasta de lo bueno, siempre viendo lo que no es, y no dejando que los hombres buenos puedan acreditarse ante los ojos de los hombres como tales, y buscan todas las formas de desacreditar a cualquiera que les haga sombra.
El Evangelio nos pide incansablemente que no desconfiemos de lo bueno que viene del Señor, es una falta de lealtad con lo que El nos envía.
También nos pide satisfacer la necesidad de pensar bien de todos, y si no se pueden justificar los actos, al menos hacerlo con las intenciones.
¿Por qué siempre hemos de pensar mal de alguien?, ¿Por qué Juzgamos a las personas porque tienen una forma diferente de pensar?, ¿Quién nos ha constituido en jueces de nuestros hermanos?, eso es algo que se ha reservado Dios para Si Mismo y no somos partìcipes de eso.
Para juzgar a cualquiera es preciso conocer a la persona, conocer el acto y las intenciones, y en particular lo que haya ya hecho.
Siempre será más prudente y mejor abstenerse de emitir juicios sobre los actos de nuestro prójimo.
Dice el Señor: “Que el que es sencillo todo lo juzga con sencillez, que de la abundancia del corazón habla la boca, que el que tiene limpio el corazón tiene limpios los ojos y con ojos limpios todo se mira con limpieza y rectitud”
El Señor les Bendiga
POR LA LECTURA DEL SANTO EVANGELIO, SEAN PERDONADOS NUESTROS PECADOS.
¡AMÉN!
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