MIERCOLES 28 DE SEPTIEMBRE/11
primera lectura
Del libro de Nehemías: 2, 1-8
En el primer mes del año veinte del reinado de Artajerjes, siendo yo, Nehemías, el copero mayor, serví una copa de vino y se la ofrecí al rey. Nunca me había presentado ante él con cara triste.
Entonces el rey me preguntó:
"¿Por qué estás tan triste, si no estás enfermo? ¿Qué es lo que te preocupa?".
Sentí entonces un gran temor y le respondí:
"Que viva el rey para siempre. ¿Cómo no he de estar triste, cuando la ciudad donde se hallan enterrados mis padres está en ruinas y sus puertas consumidas por el fuego?".
El rey me dijo:
"¿Qué es, pues, lo que quieres?".
Me encomendé al Dios del cielo y le contesté al rey:
"Si le parece bien a mi señor, el rey, y si está satisfecho de mí, déjeme ir a Judá para reconstruir la ciudad donde están enterrados mis padres”.
El rey y la reina, que estaba sentada a su lado, me preguntaron:
"¿Cuánto durará tu viaje y cuándo volverás?". Al rey le pareció bien el plazo que le indiqué y me permitió ir.
Entonces yo añadí:
"Ruego a mi señor, el rey, que me dé cartas para los gobernadores de la región del otro lado del río, para que me faciliten el viaje hasta Judá; y una carta dirigida a Asaf, encargado de los bosques reales, para que me suministren madera para las puertas de la ciudadela del templo, para el muro de la ciudad y para la casa donde me voy a instalar".
Gracias a Dios, el rey me concedió todo lo que le pedí.
Palabra de Dios.
¡Te alabamos, Señor!.
Salmo Responsorial 136
Responso: “Tu recuerdo, Señor, es mi alegría”.
Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos a llorar de nostalgia; de los sauces que estaban en la orilla colgamos nuestras arpas. R/.
Aquellos que cautivos nos tenían pidieron que cantáramos. Decían los opresores: "Algún cantar de Sión, alegres, cántennos". R/.
Pero, ¿cómo podríamos cantar un himno al Señor en tierra extraña? Que la mano derecha se me seque si de ti, Jerusalén, yo me olvidara! R/.
¡Que se me pegue al paladar la lengua, Jerusalén, si no te recordara, o si, fuera de ti, alguna otra alegría yo buscara! R/.
ACLAMACIÓN antes del evangelio (cfr. Flp 3, 8-9)
R/. “Aleluya, aleluya”.
Todo lo considero una pérdida y lo tengo por basura, para ganar a Cristo y vivir unido a El. R/.
Proclamación Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 57-62
En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, alguien le dijo:
"Te seguiré a dondequiera que vayas".
Jesús le respondió "Las zorras tienen madrigueras y los pájaros, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en dónde reclinar la cabeza".
A otro, Jesús le dijo: "Sígueme". Pero él le respondió:
"Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre".
Jesús le replicó:
"Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve y anuncia el Reino de Dios".
Otro le dijo:
"Te seguiré, Señor; pero déjame primero despedirme de mi familia".
Jesús le contestó:
"El que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios".
Palabra del Señor.
¡Gloria a ti, Señor Jesús!.
Meditación
El hijo del altísimo Padre. En efecto, antes de que Él descendiera a la tierra procedente de la patria luminosa, ya tenía dispuesta a la Virgen pobrísima de la que nació, iluminando este mundo.
Fue puesto en un pesebre, porque no había sitio para Él en la posada.
La pobreza lo acompañò siempre, sin separarse jamás de Él durante toda su vida, de modo que -cuando apareció en la tierra y vivió entre los hombres-, mientras las zorras tenían madrigueras y las aves del cielo nidos, Él, en cambio, no tuvo dónde reclinar la cabeza.
Después, cuando abrió su boca para enseñar -Él que en otro tiempo había despegado los labios de los profetas-, de entre las muchas cosas que habló, fue a la pobreza a la primera què alabó, la primera a quien enalteció al decir:
Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos (Mt 5,3).
Además, en el momento de elegir a algunos testigos fidedignos de su santa predicación y gloriosa vida para la salvación del género humano, no escogió, ciertamente, a unos ricos mercaderes, sino a pobres pescadores, dando a entender con semejante predilección cómo debería ser la pobreza estimada de todos.
En el evangelio de Lucas los llamados de Jesús a sus discípulos están inspirados en el modelo de las vocaciones proféticas en Israel (1Re 19, 19-21).
La urgencia de la misión no consiente dilatorias ni tretas. El que quiere seguir a Jesús debe ponerse en camino tan pronto siente el llamado.
Pero, a diferencia de Eliseo que tuvo tiempo de sacrificar sus bueyes y ofrecer un banquete a sus empleados; en cambio, el que sigue a Jesús, como no tiene bueyes ni empleados, no debe demorarse en dar una respuesta positiva.
El primero que se ofrece a Jesús recibe una respuesta desconsoladora:
-aquí no vengas a buscar seguridades de ningún tipo-.
El seguimiento de Jesús exige libertad de pensamiento y de acción, el que se atrinchere en sus posesiones o se ate a sus prejuicios no es apto para emprender el camino del reino.
El segundo, habiendo escuchado el llamado, siente que su deber es ‘sepultar a su padre’ es decir, esperar a que su padre fallezca y sea repartida la herencia.
Tal respuesta ya lo descalifica para hacer parte de los seguidores de Jesús que optan por la vida itinerante.
Por último uno pide tiempo para despedirse de su familia, es decir, pasar una temporada con toda la parentela como si fuera a emprender un viaje internacional.
Jesús le recuerda la vocación de Eliseo y la urgencia de no buscar excusas tontas para tomar una decisión frente a su propuesta.
Por la lectura del santo evangelio, sean perdonados nuestros pecados.
¡amén!
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