JUEVES 13 DE OCTUBRE/2011
PRIMERA LECTURA
DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS: 3, 21-30
Hermanos: La actividad salvadora de Dios, atestiguada por la ley y los profetas, se ha manifestado ahora independientemente de la ley.
Por medio de la fe en Jesucristo, la actividad salvadora de Dios llega, sin distinción alguna, a todos los que creen en Él.
En efecto, como todos pecaron, todos están privados de la presencia salvadora de Dios; pero todos son justificados gratuitamente por su gracia, en virtud de la redención llevada a cabo por medio de Cristo Jesús, al cual Dios expuso públicamente como la víctima que nos consigue el perdón por la ofrenda de su sangre, por medio de la fe.
Así nos enseña Dios lo que es su actividad salvadora:
perdona los pecados cometidos anteriormente, que soportó con tanta paciencia, y nos da a conocer, en el tiempo actual, que Èl es el justo que salva a todos los que creen en Cristo Jesús.
¿En dónde quedó, pues, tu derecho a gloriarte? Ha sido eliminado. ¿Por cumplir la ley? De ninguna manera, sino por aceptar la fe.
Porque sostenemos que el hombre es justificado por la fe y no por hacer lo que prescribe la ley de Moisés.
¿Acaso Dios es Dios sólo de los judíos? ¿No lo es también de los no judíos? Evidentemente que sí, puesto que no hay más que un solo Dios, que justifica por medio de la fe tanto a los judíos como a los no judíos.
PALABRA DE DIOS.
¡TE ALABAMOS, SEÑOR!.
SALMO RESPONSORIAL 129
R/. “Perdónanos, Señor, y viviremos”
. Desde el abismo de mis pecados clamo a ti; Señor, escucha mi clamor; que estén atentos tus oídos a mi voz suplicante.
R/.“Perdónanos, Señor, y viviremos”
Si conservaras el recuerdo de las culpas, ¿quién habría, Señor, que se salvara? Pero de ti procede el perdón, por eso con amor te veneramos.
R/.“Perdónanos, Señor, y viviremos”
Confío en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra; mi alma aguarda al Señor, mucho más que a la aurora el centinela.
R/.“Perdónanos, Señor, y viviremos”
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Jn 14, 6)
R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre, si no es por mí, dice el Señor. R/. Aleluya, aleluya.
PROCLAMACIÒN DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS: 11, 47-54
¡GLORIA A TI, SEÑOR!
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos y doctores de la ley:
"¡Ay de ustedes, que les construyen sepulcros a los profetas que los padres de ustedes asesinaron! Con eso dan a entender que están de acuerdo con lo que sus padres hicieron, pues ellos los mataron y ustedes les construyen el sepulcro.
Por eso dijo la sabiduría de Dios: Yo les mandaré profetas y apóstoles, y los matarán y los perseguirán, para que así se le pida cuentas a esta generación de la sangre de todos los profetas que ha sido derramada desde la creación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, que fue asesinado entre el atrio y el altar.
Si, se lo repito:
a esta generación se le pedirán cuentas.
¡Ay de ustedes, doctores de la ley, porque han guardado la llave de la puerta del saber! Ustedes no han entrado, y a los que iban a entrar les han cerrado el paso".
Luego que Jesús salió de allí, los escribas y fariseos comenzaron a acosarlo terriblemente con muchas preguntas y a ponerle trampas para ver si podían acusarlo con alguna de sus propias palabras.
PALABRA DEL SEÑOR.
¡GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS!.
MEDITACIÓN
Al igual que contra los fariseos, también contra los doctores de la Ley se formulan tres conminaciones.
De la Ley que Dios había dado para el bien y la salvación de los hombres, hacen ellos una carga insoportable debido a su doctrina y explicación de la Ley, y mediante la cerca que ponen alrededor de ella; pero ellos mismos saben esquivar muy bien las obligaciones utilizando interpretaciones sutiles.
Las conminaciones que los afectan tienen su razón más profunda en el repudio de Jesús.
La historia de Israel termina con la destrucción de Jerusalén (año 70 después de Cristo). Esta catástrofe es explicada como castigo contra el violento repudio de los judíos a la Palabra de Dios predicada por Jesús.
Según Éste se pedirá cuenta de la sangre de todos los profetas. La historia del mundo es la historia de la Palabra de Dios entre los hombres.
Todos los desmanes de los doctores de la Ley tienen su raíz aquí: en que no pusieron como centro de su accionar la Palabra de Dios, sino su propia sabiduría.
La acusación (ya lo habrán comprendido), es por el asesinato de los profetas.
Ellos que son la voz de Dios ante el pueblo. Por tanto silenciar a los profetas es silenciar a Dios mismo.
Actualizando esa denuncia, tendremos que pronunciar esas palabras en contra de las personas y estructuras que siguen silenciado a los profetas, asesinándolos o amenazándolos de muerte, sobre todo en esta América Latina, tierra fecundada por la sangre de los profetas mártires.
¡Ay de esa generación que se empeña en callar la voz de Dios! ¡Y bienaventurados todos aquellos que fielmente mantienen el talante profético!
Padre Juan Alarcón Cámara S.J.
POR LA LECTURA DEL SANTO EVANGELIO, SEAN PERDONADOS NUESTROS PECADOS.
¡AMÈN!
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