
Al encontrarse ante el espejo con las arrugas acentuadas en el rostro, no es que la vejez esté diciendo que está por llegar.
Algo sublime, bello y paradójicamente nuevo le dice que es hora de cambiar, crecer y madurar.
El tiempo es nuestro mejor aliado en la culminación de experiencias.
La viviencia viene de nuestros aciertos y, principalmente, de nuestros errores del pasado.
La experiencia aliada a los errores del pasado sevirá para orientarlo en el camino de la sabiduría, que encauza la vejez como oportunidad de perfeccionamiento y purificación espiritual.
Autor: Iram Ibrahim Jacob

Ketty
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