PRIMERA LECTURA
Hechos de los Apóstoles 10, 34-43
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y
dijo:
"Conocéis lo que sucedió en el país de
los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en
Galilea.
Me
refiero a Jesús de Natzaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo,
que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo; porque Dios
estaba con èl.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en
Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó
al tercer día y nos lo hizo ver, no ha todo el pueblo, sino a los testigos que
èl había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con èl después de su
resurrección.
Nos
encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado
juez de vivos y muertos.
El
testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su
nombre, el perdón de los pecados".
PALABRA DE DIOS
¡TE ALABAMOS SEÑOR!
SALMO RESPONSORIAL 117
R/.Este es el día en que actuó el Señor: sea
nuestra alegría y nuestro gozo.
Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque
es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel: Eterna es su misericordia. R/.Este
es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
La
diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa. No he de morir,
viviré para contar las hazañas del Señor.
R/.Este es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
La
piedra que desecharon los arquitectos, es ahora la piedra angular. Es el Señor
quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente
R/.Este es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
SEGUNDA LECTURA
Colosenses 3, 1-4
Hermanos:
Ya
que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está
Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los
de la tierra.
Porque habéis muerto, y nuestra vida está
con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces
también vosotros apareceréis, juntamente con èl, en gloria.
PALABRA DE DIOS
¡TE ALABAMOS SEÑOR!
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGùN SAN JUAN
20, 1-9
¡GLORIA A Tì, SEÑOR!
El día después del sábado, María Magdalena
fue al sepulcro muy de mañana cuando aún era de noche, y vio que la piedra del
sepulcro estaba movida.
Echa
a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús
quería y les dice:
«Se
han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto». Salieron
Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro.
Corrían los dos juntos, pero el otro
discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro.
Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró.
Llega también Simón Pedro siguiéndole,
entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su
cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró
también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó.
PALABRA DEL SEÑOR
¡GLORIA A Tì, SEÑOR JESùS!
Por
la lectura del Santo Evangelio, sean perdonados nuestros pecados. Amèn
MEDITACIòN
¡Exulten por fin los coros de los ángeles, exulten las jerarquías del cielo, y, por la victoria de Rey tan poderoso, que las trompetas anuncien la salvación!.
Con estas palabras inicia el maravilloso pregón pascual que el diácono canta, emocionado, la noche solemne de la Vigilia de la resurrección de Cristo. Y todos los hijos de la Iglesia, diseminados por el mundo, explotan en júbilo incontenible para celebrar el triunfo de su Redentor. ¡Por fin ha llegado la victoria tan anhelada!
MEDITACIòN DEL PAPA FRANCISCO