Cuando actúas en este estado,
conviertes todo lo que haces en una meditación
y así, en un don, en un ofrecimiento de ti a tu alma
y tu alma a El Todo.
Al lavar los platos, disfruta del calor del agua
que acaricia tus manos,
al preparar la cena, sientes el amor del universo
que te trajo este alimento
y como un regalo tuyo al preparar esta comida
viertes todo el amor de tu ser.
Al respirar, respira largo y profundo,
respira lenta y suavemente,
respira la suave y dulce nadería de la vida,
tan plena de energía, tan plena de amor.
Es amor de Dios lo que estas respirando.
Respira profundamente y podrás sentirlo.
Respira muy, muy profundamente
y el amor te hará llorar... de alegría.
Porque conociste a tu Dios
y tu Dios te presentó con tu alma.
Utiliza tu vida como una meditación
y todos los eventos en ésta.
Camina en la vigilia, no dormido.
Muévete con perfección, no sin ella
y no te detengas en la duda ni el temor,
tampoco en la culpa ni en la autorrecriminación,
reside en el esplendor permanente
con la seguridad de que eres muy amado.
Siempre eres Uno con Dios,
Siempre eres bienvenido a casa
Porque tu hogar es Mi corazón y Mío es el tuyo
Somos todo lo que es, todo lo que fue y todo lo que será.
Textos: Neale Donald Walsh
Autor del libro “Conversaciones con Dios”
AMY48