A medida que más años cumplo las celebraciones son mejores.  El día del aniversario de mi natalicio  me llevaron a almorzar a un restaurant del sector poniente de la capital,  a una calle con nombre de carreras de caballos (“Club Hípico”, por si hay algúna chilena en el grupo), era  una casona antigua pero con carnes exóticas muy  frescas, felizmente ni estomaguito respondió bien ante tanta exquisitez.  Cuando mi hija dijo  que iríamos al Costanera Center , mis ojos se iluminaron,  por fin conocería el émulo chileno del Empire State Building,  no sé en qué piso  me hicieron entrar a una tienda pituca (elegante) a probarme ropa, yo, que normalmente me visto en “Falaferia” (versión pobre de la tienda internacional, “Falabella”) y “Almacenes por Ahí” (versión pobre de “Almacenes París”), estaba alucinada !!!! , finalmente salí con una  tremenda bolsa de papel satinado con tiras de raso  y  el nombre de la tienda gringa impresa en letras doradas, iba más feliz que el Dalai Lama. Enseguida pasamos a Sony (en el mismo rascacielo) para reponer  la radio portátil que había extraviado,  sin esa radio no puedo vivir, es mi Pasta Base (droga), con ella en el bolsillo del delantal, me paseo  mientras limpio y  con Pablo Aguilera de  Radio Pudahuel (locutor) voy de dormitorio  en dormitorio…………………..  ¡¡ Qué regaloneo me dieron!!  ¿Por qué no se celebrarán los Cumpleaños dos veces al año y los convertimos en Cumplesemestres? Ahhhhhhhhhhhhh ????