Los martes representan al día de la semana en que probablemente menos pensemos. Al situarse a comienzos de semana, lo suficientemente cerca del odiado y temido lunes, como lejos a su vez del anhelado fin de semana, se convierte en un día insulso en el que parece que poco o nada puede planearse. Además, el martes ha venido asociándose desde nuestros primeros siglos de historia con las supersticiones y la mala suerte, teniéndose en la cabeza aún en la actualidad esta idea, y máxime cuando el martes caiga en día 13, número que encabeza por antonomasia el colmo de las supersticiones.