El ser humano es semejante a un regalo valioso. Por hermosa que sea su envoltura, tenemos que romperla, rasgarla y arrugarla para descubrir el regalo y disfrutar de él. Entre más tiempo pasa, el regalo sube su valor, mientras que lo que lo envolvía, va a la basura.
Así mismo sucede con el ser humano, la "envoltura" (el exterior), con el tiempo se aja, se arruga y se afea, mientras el "regalo" interno, cuando es hermoso, tiende a embellecerse más con el tiempo.
Por lo tanto, la belleza externa es lo que menos importa, es la belleza interior, la belleza del alma, lo que perdura y tiene relevancia.
Gracias querida Amy
Flaquita