La nostalgia de tus manos siluetas de mi memoria, reclaman la tersura suave de tus cálidas caricias, el amaranto espigado camuflado en carmesí.
Añejo calendario de primaveras praderas cubiertas de escarcha, mullido musgo crecido sobre cristalinas vertientes, bañados en torrentera bajo la luna.
La tierra fértil recibe sedienta la lluvia de tus deseos, zurcando las semillas que el viento apasible depositó en sus praderas, mientras las tersas amapolas agostan el estío febril, y sin recato alcanzan tu huerto.
Soy Náyade silente de tus fuentes, que acudo presurosa a tu encuentro, cobijada con la brisa de tus noches, soy Ninfa calata en tu morada guiada por el latido de tu pecho, fusionada a las emociones de tu alma como crónica perpetua del universo...