En la actualidad son más de 250 millones de personas con Diabetes en todo el mundo y creciendo. El crecimiento ha sido dramático durante la última década, pues superó con creces todas las proyecciones que en su momento realizó la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Internacional de Diabetes (IDF), que contabilizó en el año 2000 171 millones de afectados, es decir en 13 años han aumentado en más de 70 millones, y las previsiones de estos momentos hablan de que en 2030 la cifra de personas diabéticas será de 370 millones, por lo que ya es considerada como la epidemia más grande de la Humanidad.
En España se calcula que casi 5,5 millones de personas la padecen, pero lo peor de todo es que aun existen más de 1 millón de personas que la padece y no lo sabe y por tanto ni se cuida ni se medica.
Pero, ¿Qué es exactamente esta enfermedad llamada diabetes?
El problema surge cuando las células del páncreas producen poca (Diabetes tipo II) o ninguna insulina (diabetes tipo I) la hormona que permite que el azúcar (glucosa) entre en las células del cuerpo.
Sin la suficiente insulina, la glucosa se va acumulando en el torrente sanguíneo, en lugar de penetrar en las células. De este modo el organismo es incapaz de utilizar la glucosa como energía aun cuando haya un exceso de ella en el torrente sanguíneo, lo que hace, que el mecanismo de autodefensa, aumente la hambre.
Además, el aumento de glucosa en el torrente sanguíneo, causa un aumento de la micción, lo que lleva también a que se sienta una sed excesiva.
El mal funcionamiento de las funciones de la insulina conlleva, por tanto, un deficiente metabolismo celular, como resultado, se aumentan los ácidos grasos, los triglicéridos y se produce un descenso en la concentración de la lipoproteína de alta densidad HDL (las lipoproteínas o “colesterol bueno” son las encargadas de transportar el colesterol desde los tejidos del cuerpo hasta el hígado para su eliminación, evitantdo así que llegue a las arterias).
La diabetes, a la larga, es la responsable de ser el primer causante de ceguera, diálisis y trasplante renal, en su forma más grave, y de hipertensión, retinopatías, y neuropatías en su forma más leve.
Signos de alerta que nos pueden hacer pensar en una descompensación diabética:
- Ganas de orinar con frecuencia y hacer micciones muy largas (poliuria)
- Mucha sed (polidipsia)
- Hambre (polifagia)
- Fatiga
- Aliento con olor a acetona (halitosis cetósica)
- Olor de acetona en la orina
Resumiendo, como en la actualidad la diabetes es una enfermedad crónica, que no tiene solución, aunque es posible convivir con ella y con una buena calidad de vida si la conocemos y la tratamos, lo mejor es si tenemos la más mínima sospecha o tenemos antecedentes familiares acudir a nuestro médico para que nos realice una prueba sanguínea.
Pero sobre todo recordemos que la diabetes tipo II, la que afecta sobre todo a adultos, se puede prevenir con unos hábitos alimentarios sanos (volvamos a la rica dieta mediterránea), y evitando el sedentarismo.
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