Me avisaron a tiempo: ten cuidado, mira que miente más que parpadea, que no le va a tu modo su ralea, que es de lo peorcito del mercado.
Que son muchas las bocas que ha besado y a lo mejor te arrastra en su marea y después no te arriendo la tarea de borrar el presente y el pasado.
Pero yo me perdí por tus jardines dejando que ladraran los mastines, y ya bajo la zarpa de tus besos
me colgué de tu boca con locura sin miedo de morir en la aventura, y me caló tu amor hasta los huesos.
Rafael de León
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