jueves, 16 de julio de 2009

María del Carmen Bousada, la española considerada como la madre primeriza más anciana del mundo, falleció a los 69 años. El caso encendió la polémica sobre los mecanismos de control en las clínicas de reproducción asistida, ya que la mujer había quedado embarazada por una fecundación in vitro para la que había mentido con su edad. Ahora, con su muerte, sus dos bebés han quedado huérfanos.

El procedimiento se había realizado en una clínica de Los Angeles a principios de 2006, cuando Bousada estaba a punto de cumplir 67 años. Pero la mujer declaró tener 55, la edad tope para poder someterse a este tipo de tratamiento. En diciembre, dio a luz a gemelos en una clínica de Barcelona y así quedó registrada en el libro Guinness de los Récords como la madre más vieja del mundo.

En la fecundación se le implantaron a la mujer óvulos jóvenes y esperma donado, usando hormonas para rejuvenecer su útero, ya que llevaba 18 años de menopausia. En una entrevista posterior, Bousada dijo que nadie comprobó su verdadera edad. Además, aseguró que como su madre había vivido hasta los 101 años, creía disponer del tiempo suficiente para educar y ver crecer a sus hijos.

Por su parte, el doctor Vicken Sahakian, director Pacific Fertility Clinic en Los Angeles, donde Bousada fue tratada, aseguró que la mujer había falsificado su fecha de nacimiento en los documentos españoles que presentó. "Imaginaba que algo podía pasar y que sería un desastre para esos niños. Desafortunadamente, tenía razón", aseguró poco después de enterarse de su muerte.

Ricardo Bousada, hermano de la fallecida, confirmó al Diario de Cádiz la muerte de Carmen, aunque no precisó la razón. El periódico, sin citar fuentes, señaló que Bousada fue diagnosticada de cáncer poco después de dar a luz.

Al mismo tiempo, Ricardo Bousada dijo a El Periódico de Cataluña, en Barcelona, que había vendido la exclusiva sobre la muerte de su hermana a un programa de televisión y que el dinero recaudado sería destinado íntegramente a los gemelos, bautizados Pau y Christian. CC y Agencia AP