No se lo digáis a
nadie,
sino tan sólo a los sabios,
que el vulgo siempre
propende
a la burla y el
sarcasmo;
pero al que ansía
consumirse
en la llama, yo lo
alabo.
En el frescor de las
noches
amorosas, en el
trueque
plácido de las caricias,
al ver la vela que
esplende
y el cuarto alumbra tranquila,
un extraño sentimiento
más de una vez te acomete.
No quisieras seguir
preso
en la sombra y las tinieblas,
y de una vida más alta
un ansia sientes violenta.
Para ti no hay ya distancias;
suelto y libre alzas el
vuelo
hacia la llama, y al fin,
igual que la mariposa,
en ella abrasas tu cuerpo.
Que mientras en ti
cumplido
no veas el "¡Muere y
transfórmate!",
serás en la oscura
tierra
no más que un huésped
borroso
que vaga entre las
tinieblas.
Goethe