Alguien por ahí decía que muchas veces es el hecho de tomar consciencia de que algún día nos vamos a morir, el que lleva a un alma a revolucionarse, porque comprende que a la tumba no puede llevarse ni todos sus bienes, ni sus afectos ni sus problemas, ni nada. Y yo creo que es así; que si uno tomara consciencia de eso inmediatamente se esfumarían todos sus rencores, sus preocupaciones, sus conflictos, etc., porque comprendería la esencialidad de la vida misma. Cuan necesario es tener la voluntad para aislarse en cada día aunque sea un instante de todos sus deberes y situaciones (me refiero a aislarse internamente no físicamente) y en ese fugaz despertar agradecerle a la vida por todo lo que tiene. Es que para hacer eso no se necesita ni dinero, ni inteligencia, ni fuerza, ni siquiera tiempo. Se necesita una cosa que casi nadie tiene. Luz. |