En el concierto de las palabras mudas...

se escuchan las presencias de las almas,

se vuelven paso lento y en ocasiones rudas;

en ellas se sumergen caballeros y damas.

La sombra se vuelve huella de caminos...

es luz, oscuridad inviolable y repentina,

se desliza entre los cuerpos sin destinos;

respirando materia y ser, ¡brisa divina!.

Y se marchan enlazadas las deidades...

proyetando un frío sueño entre los dedos,

las mejillas y las sienes en soledades

se rompe la voz en el pecho de los cielos.

En el eco de los gritos de deseos sordos...

un inmenso abrazo ocurre de repente,

se aleja con las horas y el hambre de los niños;

vuelve a acariciarles las pequeñas frentes.

En el concierto de las palabras mudas...

el alma se adelanta a los extremos,

riqueza y pobreza... todo y nada abunda;

mas ciegamente en ocasiones no lo vemos.

Me gusto y se los envio.

Mara