AUSENCIA
El capitán llegó a un punto donde la ausencia de su amada se transformó en desesperación, la añoranza lo envolvió, suavemente susurró su nombre tratando de disfrazar su nostalgia en indiferencia, pero no pudo, el recuerdo de ella invadia su espacio, no podia dormir ni tranquilizarse, bebió una copa de vino y con ella en la mano subió las escaleras saliendo a cubierta. Una noche limpida y estrellada lo recibió, la luna iluminaba el grandioso mar, en esa soledad solamente acompañado por el susurro de las olas, transcurrieron las horas pensándola, deseándola, amándola, soñando con ella y sus ojos color turqueza, su suave sonrisa, sus gestos, su dulce caminar, su perfume que olia a rosas. Cansado de sufrir deseó perder la memoria para no recordar, pero ahi estaba ella, en su más intimo sentir, añorándola sin poder olvidar. Muy quedamente de sus labios salieron las palabras más profundas que un hombre que ama puede decir: mi amor, como duele tu ausencia...
LEONOR
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