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General: CARLOS FUENTES / 2A. PARTE
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: SCCHEREZADA  (Mensaje original) Enviado: 06/07/2013 12:37

Silvia Lemus: la galaxia de Fuentes

Para Carlos Fuentes el principio de la década de los 70 estuvo marcado por una gran pérdida, la de su padre, en 1971, pero también por un encuentro fundamental con la periodista Silvia Lemus. Y en 1972 la pareja decidió casarse.

"Si todas las mujeres que he querido se resumen en una sola, la única mujer que he querido para siempre las resume a todas las demás. Ellas son estrellas. Silvia es la galaxia misma", escribe Fuentes en el libro En esto creo sobre la mujer que representa el amor de su vida.

Al año siguiente de su unión nació Carlos, en París. Con él se repetiría la historia del escritor, que nació lejos de México y creció en distintas naciones. Lo mismo ocurriría con Natasha, nacida en Washington en 1974, el mismo año en que Fuentes fue nombrado embajador en Francia.

La familia residió en la capital francesa hasta poco después de que el escritor renunció a su puesto en 1977 por desacuerdos con el presidente José López Portillo; luego viajaron por Estados Unidos, en donde él comenzó a dar conferencias y a impartir clases en universidades.

"Nuestras carreras no chocan. Donde yo voy Silvia puede seguirme porque siempre puede encontrar a alguien a quien entrevistar para su programa", ha dicho Fuentes en Gran Bretaña, donde desde hace años la pareja posee un amplio departamento lleno de libros en el barrio de Earls Court en Londres.

Ése es su centro de operaciones durante el medio año que hasta la fecha pasan en Europa; ahí él escribe y ella planea la serie Tratos y retratos, en la que entrevista a artistas e intelectuales de todo el mundo, y que se transmite hasta la fecha en Canal 22.

"Somos muy distintos físicamente. Ella es delicada, dueña chica, rubia y con unos ojos sensuales que cambian del azul al verde y al gris con las horas. Su aspecto es europeo, pero su piel es mate, con un bello fulgor oriental. Su gusto por la ropa es extremo y me deleita. La quiero porque yo soy el hombre más puntual de la tierra y ella, puntualmente, siempre llega tarde. Es parte de su encanto. Hacerse esperar", así describe Carlos Fuentes a Silvia Lemus en el libro En esto creo, donde también revela que los une la afición por el cine, el teatro y la ópera, y algo infinitamente más íntimo: "la alegría de tener hijos. La pena de perderlos".

Carlos, el príncipe criollo

El embajador Rafael Fuentes Boettiger eligió el nombre de Carlos para su hijo, en memoria de un hermano menor que falleció de tifoidea a los 21 años. Ese mismo nombre elegiría el escritor mexicano para uno de los hijos que tuvo con Silvia Lemus y que lamentablemente también tuvo un destino trágico.

"Apenas empezó a caminar, [...] su cuerpo se llenaba de moretones y sus articulaciones se hinchaban. Pronto supimos la razón. Carlos, a causa de una mutación genética, sufría hemofilia, la enfermedad que impide la coagulación de la sangre", escribe Fuentes en un emotivo texto del libro En esto creo, donde también manifiesta el profundo orgullo que siente por su único hijo varón.

El miércoles 5 de mayo de 1999 Carlos Fuentes Lemus falleció en el penthouse del hotel Camino Real de Puerto Vallarta, asistido por Yvette, su novia, y un amigo. Un infarto pulmonar acabó con sus 25 años en los que había sufrido otros males a raíz de su padecimiento, según explica el propio escritor: "La contaminación de las reservas sanguíneas por el virus del sida desprotegió a los hemofílicos, a veces por decisiones médicas equivocadas, a veces por actos de irresponsabilidad criminal de las autoridades en Europa y Estados Unidos". Los padres de Carlos recibieron en Buenos Aires la noticia de su muerte.

El muchacho siempre tuvo una salud mermada pero mucha vitalidad. Dibujó y pintó, incursionó en la fotografía y en el cine y escribió poesía. Como dice su padre, sabía que iba a vivir poco y quería dejar un testimonio de su paso por el mundo. En vida publicó un libro de fotografías y póstumamente se editó un poemario y se montaron exposiciones con sus fotografías y obra gráfica.

"La muerte de Carlos dejó en mí y en su madre la realidad de cuanto es indestructible. Vivía ya en nosotros y no lo sabíamos", reflexiona el escritor en el libro antes citado, mientras que su hermana Natasha escribió: "...su muerte fue más bella que dos meses en el hospital. Príncipe criollo, no hay quien no te quisiera".

Seis años después, Natasha sería el centro de otra tragedia en la vida del escritor.

Natasha, la isla solitaria

24 de agosto de 2005. Hacia la media tarde de ese día llegó una información desconcertante a las redacciones de los diarios que se editan en la ciudad de México: el cuerpo sin vida de "la hija de Carlos Fuentes" había sido encontrado en una vecindad ubicada cerca del Centro Histórico. A los pocos minutos se reportó que era la hija de un homónimo del escritor, pero otras fuentes desmintieron esta versión.

Los reporteros y editores de las secciones culturales comenzaron a hacer llamadas para verificar la información confusa que había salido de la fuente policiaca. En menos de una hora la información quedó confirmada y se conocieron más detalles: se trataba de Natasha y no había sido víctima de la violencia de la ciudad. Pero los detalles continuaron fluyendo vagos y contradictorios. Algunas fuentes afirmaron que había sido hallada en Tepito, mientras que otras hablaban del Ajusco.

La Presidencia de la República emitió un comunicado en el que Vicente Fox dio el pésame a Carlos Fuentes y Silvia Lemus: "Natasha siempre habitará en nuestro recuerdo", decía del documento, y en los días siguientes la mayoría de los medios de comunicación informaron sobre el fallecimiento de Natasha sin dar detalles debido a decisiones editoriales internas.

La agencia Apro de la revista Proceso fue uno de los contados medios que abundó en la información y puntualizó detalles: Según los reporteros Raúl Monge y Armando Ponce, Natasha fue encontrada en una vecindad de la Colonia Morelos, cerca de Tepito. "Con síntomas de congestión visceral generalizada había ingresado al Semefo en la Delegación Venustiano Carranza en calidad de indigente", decía la nota. Además, de acuerdo con información de la Procuraduría General de Justicia del DF confirmada por la agencia Apro, la chica había permanecido sin identificar varios días.

"Fue una niña rebotona, alegre, llena de imaginación y humor. La gran ilusión de un padre es que su hija sea siempre una fuente de ternura y entre siempre a la sala haciendo cabriolas. Pero las fotografías se desvanecen, las gasas se rasgan, las sedas se amarillean. La primera comunión no es un evento eterno", escribió Carlos Fuente sobre Natasha en la obra antes mencionada.

En ese texto dedicado a sus hijos, el escritor describe a su hija menor como una "isla solitaria" a quien "le gustaba inventarse y reinventarse una y otra vez". Natasha tenía 30 años cuando abandonó este mundo.

Pero Carlos Fuentes y Silvia Lemus no perdieron la energía ante los duros embates de la vida de los años recientes. Ella se ha ocupado de difundir alrededor del mundo la obra de su hijo Carlos, mientras que el escritor publicó un libro tras otro, exorcizando sus fantasmas en En esto creo y Todas las familias felices, escritos en las temporadas que pasa en su casa de Londres, antes de volver a su residencia de San Jerónimo en la Ciudad de México.

"Mi destino fue encontrar a Silvia y convertir el mío en el suyo", llegó a escribir Fuentes, un hombre vital e infatigable con un aura de 80 años.



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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: JuanJ Enviado: 07/07/2013 09:18

Gracias comadrita..

 

 


Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: LEO-MARI Enviado: 08/07/2013 12:51
LINDA HISTORIA, ME ENCANTO LEERLA
 
GRACIAS AMIGA, UN ABRAZO
 
LEONOR


 
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