Luego de haber cortado todos los brazos que se tendían hacia mí; luego de haber tapiado todas las ventanas y puertas;
luego de haber inundado de agua envenenada los fosos; luego de haber edificado mi casa en la roca de un No inaccesible a los halagos y al miedo;
luego de haberme cortado la lengua y luego de haberla devorado; luego de haber arrojado puñados de silencio y monosílabos de desprecio a mis amores;
luego de haber olvidado mi nombre y el nombre de mi lugar natal y el nombre de mi estirpe; luego de haberme juzgado
y haberme sentenciado a perpetua espera y a soledad perpetua,
oí contra las piedras de calabozo de silogismos la embestida húmeda, tierna, insistente, de la primavera .
Octavio Paz
Me gustó y se los envío. Mara