Pensamiento del martes 10 de mayo de 2011.
"Los fariseos y los saduceos, que querían encontrar un pretexto para que condenaran a Jesús, le hicieron la siguiente pregunta: «¿Hay que pagar el impuesto al César?» Jesús pidió entonces que le dieran una moneda y preguntó: «¿De quién es esta imagen? – Del César. – Así pues, dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.» Desde hace dos mil años los cristianos citan esta frase, pero nunca han encontrado cuánto deben dar al César, y cuánto al Señor. Para mí, es simple, enciendo un fuego con leña, éste arde y yo digo: « ¿Qué vemos? Primero una cantidad de llamas… después gases, en menor cantidad… después vapor de agua, todavía menos… Después, poco a poco, todo esto desaparece y sólo queda un puñado de cenizas. Pues bien, esto es lo que pertenece al César, la materia, la tierra que queda, porque el imperio del César sólo se extiende sobre la materia. » Las llamas, los gases y los vapores que ascienden, pertenecen al Cielo. Así pues, así es: debéis consagrar las tres cuartas partes de vuestras posesiones, de vuestras actividades, de vuestros pensamientos y de vuestros sentimientos al Señor, y un cuarto al César. Está claro."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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