Desarrollo psíquico
En un Foro Rosacruz[i] se plantea si hay alguna diferencia entre chacra y centro psíquico. En nuestras lecciones, desde los grados de Atrium, se establece la importancia de desarrollar los centros psíquicos, pues su despertar nos hará más sensitivos a impresiones sutiles y también desarrollará en nosotros la intuición y/o conexión con un plano de consciencia más profundo. Aquí cabría recordar lo que nos enseña Jung sobre los cuatro niveles de percepción del ser humano:
- Sensación, a través de los sentidos.
- Razón, a través de las facultades de la mente.
- Emoción.
- Intuición.
Siendo la intuición el nivel más sutil a través del cual podemos captar vibraciones más sutiles en comparación con aquellas que captamos por otros medios o intermediarios de la consciencia.
Para desarrollar la intuición nuestro estudio nos ofrece ejercicios sencillos que irán estimulando la glándula pineal y otros centros psíquicos de nuestro ser.
En el foro de referencia se hace la consulta siguiente: Un frater de Washington D.C., se ha dirigido al Foro en los siguientes términos: “ Cuando me uní por primera vez a la Orden cometí el error de usar el término chacra, sin saber que en vez de ello los Rosacruces usan los términos centros psíquicos. El miembro con que hablaba trató de convencerme de que lo que los Rosacruces llaman centros psíquicos no es lo mismo que los chacras. Sin embargo, no estoy muy convencido. ¿Existe en realidad alguna diferencia?
La principal diferencia radica en que los chacras son centros físicos de energía, que si bien son importantes tener en cuenta, no es lo mismo que centros psíquicos aunque se hallen compartiendo funciones justo donde tenemos las principales glándulas, pues éstos, los centros psíquicos, como su nombre indica, tienen la función de aumentar nuestro psiquismo. Los chacras utilizan la vía neuronal para sus funciones, mientras que los centros psíquicos utilizan la vía vascular. El desarrollo de los centros psíquicos nos dará un acercamiento a ese estado que llamamos iluminación. En lo que se refiere al cuerpo humano los puntos de contacto entre los mundos psíquico y físico son llamados centros psíquicos.
La pineal no es solo una glándula, sino un centro psíquico que está a caballo entre el mundo psíquico y el mundo físico. La pituitaria es la glándula maestra de las funciones endocrinas. Hay doce centros psíquicos, de éstos, siete son importantes y de estos siete hay tres a tener muy en cuenta. De esos tres la pineal es el más importante para nuestra relación con lo intangible.
Los chacras están definidos como centros de energía de los cuales ésta fluye entre los cuerpos psíquico y físico del ser humano. Los chacras son depresiones o vórtices en la superficie del cuerpo psíquico y hacen contacto con el tramo simpático del sistema nervioso neurovegetativo. Los centros psíquicos ejercen su influencia por conducto de la sangre y están relacionados con el árbol de la vida, mientras que los chacras están relacionados con el sistema nervioso, por tanto, con el árbol del conocimiento, según consta en la respuesta que se da en el foro aludido. La iluminación y el ensanchamiento de la conciencia se producen gracias a la estimulación de los centros psíquicos que nos ponen en contacto con la Conciencia Cósmica. La iluminación está unida a nuestro concepto o experiencia del infinito, por eso, en vez de concentrarnos exclusivamente en la sensibilización del sistema nervioso aplicamos nuestros esfuerzos a armonizar nuestra consciencia individual con la Consciencia Cósmica de la cual formamos parte. Este sistema se dirige al Dios de nuestro corazón. De esa forma el árbol del conocimiento se armoniza con el árbol de la vida.
Con el sistema rosacruz no solo se sensibiliza el sistema nervioso y sus energías positiva y negativa que están relacionadas con los chacras, sino que al trabajar con los centros psíquicos va logrando una expansión gradual de la consciencia de forma ordenada y armoniosa. Por tanto, nuestro interés es despertar nuestra naturaleza psíquica, lo cual no quiere decir que no debamos cuidar también nuestro cuerpo y sus energías propias.
Para despertar consciencia es necesario despertar los centros psíquicos, lo cual se debe hacer de forma gradual y tomando en cuenta las herramientas que nuestros estudios ponen a nuestra disposición: concentración, sonidos vocales con acción específica en los diversos centros, ejercicios sencillos que estimulen la intuición y meditación.
El desarrollo gradual de los centros psíquicos debe hacerse igual a como un músico o un carpintero desarrolla sus habilidades para convertirse en maestro de su oficio, es decir, no basta con estudiar acerca de la constitución de un piano, sus notas, escalas, sino que habrá que sentarse a practicar muchas veces antes de poder sacar una melodía coherente de ese extenso teclado de notas blancas y negras. Tanto el pianista como el carpintero tienen a su disposición una serie de herramientas que tendrán que usar para desarrollar sus habilidades. En nuestro caso también disponemos de herramientas para desarrollar los centros psíquicos, pero así como al carpintero no le será suficiente saber la calidad de la madera y su procedencia, sino que su maestría le vendrá por la práctica, así también ocurre en nosotros, si nos limitamos al estudio teórico de las monografías pero no nos sentamos a practicar, de muy poco nos servirá el estudio. El intelecto es necesario desarrollarlo para comprender, pero la práctica es lo que nos dará el desarrollo de los centros psíquicos, lo cual se traducirá en el despertar de la consciencia a través del despertar de los centros psíquicos. Podemos leer una lección mil veces hasta aprendérnosla de memoria, pero eso no nos dará la experiencia pues nuestro desarrollo se estable a través de una serie de “actus”.
Muchos estudiantes se contentan con leer, otros hacen un verdadero esfuerzo en pro de su desarrollo intelectual, mientras que hay estudiantes que buscan practicar los ejercicios sin entender las leyes que encierra cada tema de los que se proponen como estudio. Amorc es una de las pocas escuelas que usa la palabra como herramienta de aquello que desea transmitir, la comprensión del contenido y la práctica de los ejercicios es lo que hará que nos entonemos con aquellos aspectos de la consciencia que están más allá de lo cotidiano. Comprender y practicar es entonces la vía que nos conducirá a nuestro desarrollo psíquico sin trampas de ningún tipo. Aunque la palabra sea la herramienta primera que contiene las monografías de estudio, no habrá una verdadera comprensión de lo que la propia palabra quiere transmitir hasta que no se logra el conocimiento derivado de la experiencia. Por tanto, es necesario usar otras herramientas que están en nosotros mismos. Los místicos de todos los tiempos y culturas no logran poner en palabras aquellos estados de éxtasis que han experimentado, debido a que la palabra, por muy bien que se domine su aspecto semántico, no logra transmitir aquello que contiene de forma oculta, solo la experiencia es lo que nos dará la dimensión exacta de aquello que la propia palabra quiere transmitir. Un ejemplo de esto es cuando leemos en nuestros estudios acerca de la proyección psíquica o de la armonización cósmica. No hay palabras que transmitan el verdadero contenido de la experiencia. Quizás por eso los místicos han recurrido al símbolo o a la poesía mística la cual es en sí misma simbólica. Desde tiempos inmemorables, en las antiguas escuelas de misterio egipcias, se preparaba al estudiante para que llegado un momento tuviera una experiencia personal que no podía adquirir de ninguna otra manera. Esa sabiduría ha pasado al rosacrucismo y la encontramos en un grado específico de nuestros estudios, pero si el estudiante rosacruz no ha venido practicando el avivamiento de consciencia desde que lo aprendió en los grados de Atrium, así como ciertos sonidos vocales y cierto tipo de respiración, pasará de forma inadvertida por ese grado sin lograr la experiencia. Por tanto, desde los grados preparatorios debemos tomar muy en cuenta ciertos ejercicios que allí aparecen, que pueden parecernos extremadamente sencillos, y quizás por esa sencillez no le damos el valor que tienen. Dichos ejercicios, si se hacen de forma continuada, no solo irá disciplinando nuestra mente, sino que irán despertando los centros psíquicos que serán los que a la postre nos harán tener esa experiencia sublime que no pueden describir las palabras.
La glándula pineal que se halla en el centro del cerebro es el asiento físico del centro psíquico más importante. Muchos ejercicios rosacruces están diseñados para su despertar. Hay algunos elementos que debemos tomar en cuenta como la oscuridad o penumbra, el silencio, un suave aroma, pues son elementos que estimulan la producción de melatonina, una hormona producida por las células de la pineal, los pinealocitos. Esta glándula está mejor desarrollada en la niñez, pero a partir de los siete años se empieza a producir una atrofia. Si a eso le añadimos los elementos de nuestra costumbre, la luz eléctrica, los ruidos, las prisas, la ausencia de momentos de interiorización, estaremos influyendo aún más en su atrofia. Los niños hasta los siete años son más psíquicos que físicos, pero reciben nuestra educación y las influencias del ambiente haciendo que poco a poco vayan perdiendo la cualidad psíquica y desarrollen únicamente los aspectos físicos. De ahí que sea muy importante dedicar un tiempo a la interiorización y recogimiento dentro de un ambiente especial y practicar los ejercicios de respiración, concentración y meditación que encontramos en nuestros estudios. Después de un tiempo de práctica notarás que cada vez que te concentras en algo sientes una sensación en el centro de la frente o encima de la cabeza, es una sensación que se percibe como táctil, como si alguien nos tocara, pero es un síntoma de estimulación de la pineal.
El ejercicio que conocemos como avivamiento de consciencia lo debemos realizar siempre de abajo hacia arriba, pero una vez realizado podemos visualizar una esfera de luz dorada sobre nuestra cabeza, como a un metro de ella de donde baja un rayo de luz que penetra nuestro cerebro y se concentra en la glándula pineal, mantener esta concentración un minuto hará que estimulemos aún más este centro psíquico. El sonido vocal OM entonado en la nota “re” natural también influirá en su activación, así como algunas respiraciones positivas.
La glándula pineal o epífisis[ii] es una glándula de secreción interna que forma parte del techo del diencéfalo. Se origina embriológicamente de una evaginación entre el tálamo y el pretecho. Es una pequeña formación ovoidea, aplanada, que descansa sobre la lámina cuadrigémina, en el tercer ventrículo cerebral. Es la glándula que segrega la hormona melatonina, que es producida a partir de la serotonina. La epífisis, sensible a la luz, está relacionada con la regulación de los ciclos de vigilia y sueño. Mide unos 5 mm de diámetro.
Sus células se llaman pinealocitos y se subdividen en fotorreceptores y secretadores. Los fotorreceptores se encuentran en peces, anfibios y reptiles (particularmente desarrolladas en el ojo pineal de las tuátaras[iii]). En las aves se encuentran menos desarrollados y se habla de fotorreceptores modificados. En mamíferos no existen los fotorreceptores, si bien la glándula está estrechamente relacionada con la función fotosensorial.
Se une vía ganglio cervical superior y núcleo supraquiasmático hipotalámico a la retina. Así pues se puede considerar que la pineal es parte de las vías visuales y así convierte la información lumínica en secreción hormonal.
Cuando no hay luz, la glándula pineal produce melatonina a partir de la serotonina. Está relacionada con la regulación de los ciclos de vigilia y sueño (ritmos circadianos), y sirve para contrarrestar los efectos del síndrome de diferencia de zonas horarias (jet lag). Es también un poderoso antioxidante; y se ha comprobado que participa en la apoptosis[iv] de células cancerosas en el timo. Pero también está comprobado que altas dosis de esta hormona tienen un efecto cancerígeno. Controla el inicio de la pubertad. La producción de esta hormona disminuye con la edad.
La melatonina es producida por los pinealocitos en la glándula pineal (localizada en el diencéfalo), la cual produce la hormona bajo la influencia del núcleo supraquiasmático del hipotálamo, el cual recibe información de la retina acerca de los patrones diarios de luz y oscuridad. La glándula pineal de los humanos tiene un peso cercano a los 150 miligramos y ocupa la depresión entre el colículo superior y la parte posterior del cuerpo calloso. A pesar de la existencia de conexiones entre la glándula pineal y el cerebro, aquélla se encuentra fuera de la barrera hematoencefálica y está inervada principalmente por los nervios simpáticos que proceden de los ganglios cervicales superiores. En 1917 se observó in vitro que extractos de glándula pineal producía un aclaramiento en la piel de sapo. A finales de los 50, Lerner y colaboradores aislaron la hormona pineal que producía este efecto a partir de pinealocitos bovinos y describieron su estructura química: 5-metoxi-N-acetiltriptamina (melatonina). Si bien durante mucho tiempo se consideró que la melatonina era de origen exclusivamente cerebral, se ha demostrado la biosíntesis del metoxindol en otros tejidos como la retina, la glándula harderiana, el hígado, el intestino, los riñones, las adrenales, el timo, la glándula tiroides, las células inmunes, el páncreas, los ovarios, el cuerpo carotídeo, la placenta y el endometrio.
Hay estudios científicos recientes que muestran la influencia de la actividad espiritual tanto relacionada con aspectos religiosos como con la meditación en distintas áreas del cerebro. Uno de estos estudios importantes a considerar es el de El Instituto of Noetic Science, identifica las diferentes áreas cerebrales relacionadas con la espiritualidad humana[v].
El Institute of Noetic Science ha creado un mapa sobre las áreas del cerebro que, hasta ahora, la neurología ha relacionado con diversos aspectos de la espiritualidad. Tronco cerebral y misticismo, o lóbulo temporal y religiosidad, son algunas de las relaciones establecidas por la neurología. El mapa detalla las investigaciones que se relacionan con cada una de las zonas cerebrales implicadas y señala que la biología de la creencia está repartida por todo el cerebro.
En diversas ocasiones hemos hablado en Tendencias21 de los avances de la neurología en la comprensión de la experiencia religiosa como reflejo de la actividad neuronal del cerebro humano.
A este respecto, el Institute of Noetic Sciences (NPR) ha realizado un interesante mapa en el que se especifican las diferentes partes del cerebro que hasta ahora han sido vinculadas a diversos aspectos de la espiritualidad.
Científicos de prestigiosas universidades como la universidad de Pensilvania, la Johns Hopkins University o la Universidad de Harvard, entre otras, están utilizando las tecnologías más punteras para analizar el cerebro de personas que afirman haber conocido la espiritualidad (cristianos, monjes budistas, personas que han sufrido experiencias cercanas a la muerte o ECMs[vi], etc.).
La así llamada “ciencia de la espiritualidad” está consiguiendo con estos estudios establecer la disposición de la actividad neuronal correspondiente a diversos aspectos de la religiosidad humana.
Tronco cerebral y misticismo
En primer lugar, NPR habla del tronco cerebral (Parte 1 en el mapa), que es la mayor ruta de comunicación entre el cerebro anterior, la médula espinal y los nervios periféricos. En esta región del cerebro es donde se encuentra el sistema de la serotonina, un neurotransmisor neuronal que se sabe ayuda a regular el estado de ánimo y el sueño.
Investigadores de la Johns Hopkins University, de Estados Unidos, señala el mapa del NPR, han conseguido influir en los niveles de serotonina utilizando una sustancia alucinógena llamada psilocybin, con la que lograron provocar experiencias místicas en un grupo de voluntarios. De esta investigación hablamos anteriormente en un artículo de Tendencias21.
En segundo lugar, el NPR explica que los científicos han analizado una parte del cerebro situada en el lóbulo temporal, (Parte 2 en el mapa) que, según ellos, podría ser la sede de la espiritualidad humana.
A esta conclusión se ha llegado gracias al estudio de enfermos de epilepsia. El lóbulo temporal es el centro de la actividad epiléptica y se ha constatado que, a menudo, los ataques epilépticos vienen acompañados de diversas experiencias religiosas (como escuchar la voz de Dios o de los ángeles). Por eso, los científicos han establecido una relación entre ambas experiencias.
Meditación y parte frontal del cerebro
En tercer lugar, el NPR se refiere a los estudios realizados en la rama de la neuroteología, que han establecido que el cerebro de las personas que meditan o rezan con asiduidad funciona de forma distinta al de las personas que no lo hacen.
Concretamente, NPR menciona un estudio realizado por Andrew Newberg, de la Universidad de Pennsylvania, y del que ya hablamos en Tendencias21, que reveló que cuando se desarrolla la concentración propia de la meditación o de la oración, la actividad neuronal se intensifica en la parte frontal del cerebro, al tiempo que decrece la actividad en la región de los lóbulos parietales (Parte 3 del mapa).
Esta reducción de actividad neuronal es lo que origina percepciones espaciales anormales, así como la pérdida del sentido habitual de uno mismo que se tiene en estado de vigilia.
Ambas condiciones del cerebro propiciarían la llamada “experiencia mística”, que es la que permite a un sujeto trascender su identidad individual e identificarse con la totalidad que se supone sustenta al universo físico conocido, explican los investigadores.
Otros aspectos de la espiritualidad
Otro aspecto de la espiritualidad humana, cuya relación con el cerebro se está investigando actualmente (Parte 4 del mapa), es el del efecto de los pensamientos espirituales y de las oraciones sobre la capacidad del ser humano para recuperarse de las enfermedades, señala el NPR.
Científicos de diversas procedencias, incluidos investigadores del National Institutes of Health, de Estados Unidos, tratan de averiguar, concretamente, si los pensamientos de una persona pueden afectar positivamente al estado físico de otra.
En la misma línea, los científicos están analizando las experiencias cercanas a la muerte (ECMs) y las visiones que éstas suelen conllevar. Mientras algunos investigadores mantienen que dichas visiones son sólo alucinaciones, un grupo pequeño pero creciente de científicos afirma que las ECMs demuestran que la conciencia está relacionada con el cerebro, pero que no es exclusiva de éste.
La neurología investiga en la actualidad el sustrato neurológico de la experiencia religiosa desde una perspectiva puramente científica, explica Óscar Castro García en un artículo anterior de nuestra revista.
En esta misma dirección van los trabajos de numerosos científicos, como Dean Hamer, Eugene D’Aquili, Sam Harris, Robert M. Gimello, Mario Beauregard, Vincent Paquette o Richard Davidson.
Como vemos, cada día la ciencia se aproxima más a los postulados rosacruces que durante centurias se vienen esgrimiendo. La biología molecular a través de la epigenética está mostrando que nuestros pensamientos y nuestras emociones nos crean a nosotros mismos, es decir, somos los que pensamos que somos. Uno de los iniciadores de estos estudios es el biólogo molecular Dr. Bruce Lipton quien publicó el libro “La biología de la creencia”. A partir de esta publicación han salido tanto detractores como otros científicos de mente liberal que ha realizado otros estudios como los que nos trae Greg Braden. Uno de estos trabajos científicos consistió en monitorizar a un grupo de pacientes a los que se les había extraído adn el cual también se monitorizó. Se descubrió que las emociones de los pacientes alargaban la cadena de adn o la encogía dependiendo del tipo de emoción que el paciente iba sintiendo. Se fue alejando el adn del paciente y se llegó hasta una distancia de 80 kilómetros. Las reacciones de los pacientes eran percibidas por el adn en el mismo momento que se producían.
Si analizamos bien la información aquí expuesta nos daremos cuenta que el desarrollo psíquico, la práctica de ciertos ejercicios, la meditación y el conócete a ti mismo, son las herramientas más útiles que tenemos a nuestra disposición para alcanzar no solo un estado de bienestar físico y mental, sino que además podemos convertirnos en seres más sensibles a las captaciones de otros estados de consciencia.
Adrián Pérez de Vera
Santa Cruz de Tenerife, 8 de julio de 2011
[i] Mensaje del Foro RC Nº 2 pag.8 Volumen 18 año 1986
[iv] apoptosis. f. Biol. Modalidad específica de muerte celular, implicada en el control del desarrollo y el crecimiento.
[v] Artículo desarrollado por Yaiza Martínez.
[vi] Experiencias cercanas a la muerte.