Pensamiento del miércoles 1 de febrero de 2012.
"El sol naciente marca el comienzo de una jornada, y al comienzo de esta jornada, si tenéis proyectos, sois libres de realizarlos o no, así como de modificarlos. Pero cuando el sol se pone, es decir al final del día, lo hecho, hecho está, ni más ni menos.
La puesta de sol representa el final de este ciclo que es una jornada. Pero en el lenguaje simbólico, una jornada no es únicamente este período que nosotros denominamos de veinticuatro horas; éste puede representar un mes, un año, una vida… o incluso los nueve meses durante los cuales una mujer lleva un niño en su seno. Mientras lo lleva, con sus pensamientos, sus sentimientos, sus deseos, puede actuar sobre él afín de que vaya por el camino de la luz. Después, el niño nace, y lo que todos aquí consideran que es un comienzo, es en realidad el final de un proceso de condensación, de concretización, comparable, de algún modo, a la puesta de sol. Y ahí, en cierto modo, se acaba el poder de la madre. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov |