ARQUITECTURA
La Arquitectura, ligada al arte de la construcción, nace simultáneamente como una necesidad material y una necesidad espiritual. Como necesidad material, fue imperioso, en un determinado momento de la historia, ponerse a cubierto y al abrigo de las intemperies meteorológicas y de toda clase de peligros y condiciones adversas. Y como necesidad espiritual, porque toda edificación, cualesquiera fuesen los materiales y los modelos arquitectónicos utilizados, tenía y tiene una significación unida al culto religioso y sagrado. Un ejemplo de esto último es el propio Templo o Santuario, del que ya hemos hablado, aunque también estaba, y está presente allí donde todavía se conserva una cultura tradicional, en la propia vivienda, en la que destaca el hogar o fuego central análogo al Altar. En ambos casos el arte de la construcción se basa en la contemplación de un gesto divino primordial: la Creación del Mundo. El cosmos físico, creación del divino Arquitecto, proporcionaba al arquitecto humano el modelo de su propia morada. Cielo y Tierra constituyen la parte superior e inferior del edificio. En este sentido, siendo la realidad concreta del cosmos una manifestación de los mundos invisibles, la construcción de la casa familiar y cultual debe cumplir una función similar, es decir servir de recipiente y soporte a las energías creadoras del Universo, plasmándolas en la configuración de su trazado y en cada una de sus partes y elementos. Y ya hemos visto que esas energías se expresan simbólicamente por medio de módulos numéricos y geométricos, estrecha y armónicamente vinculados entre sí. Catedrales y monasterios, por ejemplo, son verdaderos compendios de la vida universal, donde están representados en la piedra los diversos reinos de la naturaleza, del mundo intermediario, y del mundo espiritual o angélico, en suma, el "Libro del Universo". De ahí que los maestros arquitectos y los obreros a sus órdenes, divididos en diversos grados, tuvieran un conocimiento perfecto de la metafísica, la ontología, la cosmología y las ciencias naturales. Las propias herramientas y elementos utilizados para la edificación, son simbólicos, además de prácticos, y entre ellos merecen destacarse el compás, la escuadra, el nivel, la plomada, la regla, la paleta, el martillo y el cincel.
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