Plegaria
LAUVIAH : Dios admirable.
Eterno, nuestro Señor ¡Qué magnífico es tu nombre en toda la Tierra! Tu majestad se eleva por encima de los cielos.
LAUVIAH : Permite, Señor, que los contenidos de mi inconsciente
se integren armoniosamente en mi cuerpo del pensamiento.
Haz que las situaciones complejas de mi pasado
pierdan su opacidad y se vuelvan limpias y transparentes,
para que ningún tormento antiguo perturbe mis sueños
ni lleve a mi espíritu la sombra de la tristeza.
En las tinieblas de mis emociones, pon, ¡Oh LAUVIAH! tu luz,
a fin de que pueda convertir todo ese conglomerado oscuro
en obra de arte. Inspírame, Señor LAUVIAH,
para que aquellos que sintonizan conmigo
puedan encontrar en mi obra humana
el hilo de Ariadna que les permitirá salir
del laberinto de sus emociones.
Haz de mí un puente viviente entre el pensamiento y el deseo,
el perfecto intérprete para aquellos
que sólo hablan una de esas dos grandes lenguas
en las que tú expresas las maravillas de tu Obra.