para que pueda contemplar desde esa puerta,
las verdades de mundos en los que aún no puede penetrar la razón.
Haz, Señor, que mi verbo
lleve a los demás el sabor de tus sublimes evidencias,
y que para aquellos que han perdido el camino,
pueda ser como un poste indicador.
Conduce, PAHALIAH, mis energías interiores
por los canales que riegan el cerebro,
para que pueda procrear con mis órganos superiores
y no malgaste mi simiente en vanos juegos eróticos.
Procúrame la soledad que mi sed de meditación necesita,
y cuando tu sagrada ciencia rebose de mi alma,
acércame a las gentes necesitadas de tu esplendor,
para transmitirles el germen de la eternidad.