"Incluso si es injustamente atacado, un Iniciado no debe nunca utilizar contra los demás los poderes que posee. Estos poderes, debe solamente utilizarlos para volverse cada vez más invulnerable a las acusaciones, a los ataques con el fin de no sucumbir y de transformar en oro y en piedras preciosas las piedras que le tiran. La verdadera grandeza del Iniciado, es tener conocimientos, poderes y rehusar utilizarlos en provecho propio. Y el Cielo que le ha permitido adquirirlos, lo vigila. Sólo tiene derecho a utilizar estos conocimientos y estos poderes, para su evolución espiritual o la de los otros, pero no para imponerse, responder a las injurias o vengarse. ¿Acaso no es el ejemplo que ha dado Jesús?"