Janus-Bifrons, dios romano, de origen babilónico-asírico, y que se encuentra también en otras tradiciones muy arcaicas, mira con su rostro dual en las direcciones opuestas del espacio y del tiempo calendárico. Espacialmente marca el eje Norte-Sur, temporalmente el solsticio de invierno y de verano. Es pues un mediador entre cielo y tierra, en cuanto a que al cielo se le ha hecho corresponder con el Norte e inversamente a la tierra con el Sur. Igualmente es la deidad que abre en el hemisferio Norte la puerta del año en invierno –movimiento ascendente del Sol– y la cierra en el solsticio de verano, cuando el astro comienza su carrera descendente. Desde un punto de vista iniciático el solsticio de verano corresponde a la puerta de los hombres y constituye la entrada a los misterios menores de la antigüedad, mientras que el de invierno se vincula con la puerta de los dioses y los llamados misterios mayores. Astrológicamente, el verano, asociado al mediodía, se corresponde con el signo de Cáncer, mientras el invierno lo hace con el de Capricornio. La Navidad cristiana (uránica) se celebra el 24 de Diciembre, y el 24 de Junio se festeja la noche de brujas (ctónica). En estas mismas fechas en la Masonería se recuerda a los dos San Juan, al que abre la historia evangélica y al que recibe el mensaje testamentario.
fig. 20
Toda clase de hechos asombrosos y heroicos atribuyeron los romanos a Jano, uno de los más grandes dioses de su panteón. Entre otras cosas habría gobernado Roma en una edad de oro, donde todo era perfecto. También era el protector de la ciudad y en tiempo de guerra las puertas de su templo se dejaban abiertas para que pudiera acudir a ayudar a sus habitantes. Deidad intermediaria que con su doble faz todo lo señala, símbolo de la ambivalencia, en particular del hombre, sus atributos eran la llave y la barca, heredadas por los pontífices católicos.
Su rostro central, invisible, está vinculado con el no-tiempo, o tiempo primordial de los orígenes, y se corresponde en lo espacial y constructivo con el eje de simetría, y por lo tanto con una vía o camino de unión, de permanente conjunción de opuestos, lo que explica que presidiera en losCollegia fabrorum, los gremios e iniciaciones de los artistas y artesanos romanos.
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