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General: EL VIAJE A ORIENTE (3 y 4)
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De: Evaristo (Missatge original) |
Enviat: 28/09/2013 11:39 |
EL VIAJE A ORIENTE
Hermann Hesse
Continuación... (3)
“Desde mi admisión , y con gran gozo, se iluminó mi espíritu con algo de eso que aguardábamos durante el noviciado. Apenas, en efecto, de acuerdo con las intenciones de los Superiores, y, sobre todo, con sus instrucciones, me uní a uno de los grupos de diez que atravesaban todo el país para reunir la expedición (1), y uno de los secretos de nuestra empresa se me apareció con toda claridad. Me persuadí de que, sin duda, me había unido a una Peregrinación a Oriente (2), peregrinación precisa y única por sus apariencias, pero, en realidad, en sentido superior y auténtico, ese convoy que marchaba rumbo a Oriente no era simplemente el mío, ni simplemente el de aquel momento preciso; aquel raudal de creyentes y de fieles fluía hacia el Este, hacia la cuna de la Luz, sin interrupción ni término, en eterna marcha a través de los siglos hacia la Luz (3) y el milagro, y cada uno de nosotros, cada Grupo, y todo el conjunto y su vasta peregrinación, no eran sino una ola en el Mar Eterno de las almas, en el perpetuo esfuerzo de los espíritus por acercarse a la claridad, a la patria. Este descubrimiento fue para mí como un rayo, y en el mismo instante me emocionó el recuerdo de algo aprendido en el año de mi noviciado, que me agradó siempre extrañamente, pese a no haberlo entonces comprendido, el siguiente dicho del poeta Novalis: “¿A dónde vamos? Siempre a casa”(5).
(Continuará...)
CLAVES MÁGICAS:
1- “de acuerdo con las intenciones de los Superiores, y, sobre todo, con sus instrucciones, me uní a uno de los grupos de diez que atravesaban todo el país para reunir la expedición”. Nos habla Hesse en armonía con las enseñanzas de Eckartshausen que no se trata de una “Orden” específica, sino de la COMUNIDAD DE LA LUZ, la IGLESIA INVISIBLE de la que provienen TODAS las Órdenes y Fraternidades. Sin embargo, no se puede parte de esa Comunidad de la Luz o Iglesia Invisible de manera directa, sino por medio de alguna Orden o Fraternidad externa, que sirve de Portal para el ingreso en la Orden invisible. De allí las expresiones simbólicas tales como “me uní a uno de los grupos de diez que atravesaban todo el país”. También la idea de “expedición” trae la analogía de la expedición o viaje de los Argonautas, en búsqueda del Vellocino de Oro, del cual sabemos que era el Mandil de los Caballeros de la Piedra de Oro, Orden Suprema a la que llegó a ser miembro nuestro Gran Maestro C.R+C.
2- “me había unido a una Peregrinación a Oriente”. Es el mismo fin que tienen todas las Órdenes y Fraternidades auténticas, viajar siempre a Oriente, de donde viene la Luz Mayor.
3- “aquel raudal de creyentes y de fieles fluía hacia el Este, hacia la cuna de la Luz, sin interrupción ni término, en eterna marcha a través de los siglos hacia la Luz”. El raudal de creyentes no es otro que la Humanidad. La cuna de la Luz es Dios. La eterna marcha a través de los siglos, es el continuo esfuerzo de los seres humanos por retornar a Dios, que es la fuente y origen de toda la creación.
4- “...el siguiente dicho del poeta Novalis: “¿A dónde vamos? Siempre a casa”. HACIA LA LUZ... nos dirigimos siempre HACIA LA LUZ!!! Pues la Luz es Dios, y es nuestra Patria, es nuestro Hogar, es nuestra Casa. La filosofía de la Unidad está vinculada estrechamente con la filosofía de la Reintegración.
EL VIAJE A ORIENTE
Hermann Hesse
Continuación... (4)
“Sin embargo, nuestro grupo, ya en marcha, se encontró pronto con otros grupos (1). Nos sentimos cada vez más poseídos y exaltados por la idea de nuestra unidad y del propósito común (2). Fieles a las instrucciones, vivimos como peregrinos y no utilizamos ninguno de los inventos de un mundo extraviado por el dinero, las cifras y el tiempo, que despojan a la vida de su contenido, es decir, las máquinas primeramente, como ferrocarriles, relojes y cosas similares. Otro de nuestros principios unánimemente respetado nos obligaba a visitar y honrar todos los lugares y reliquias que tuviesen alguna relación con la sublime historia de nuestra Orden y de su credo (3). Todos los lugares y monumentos piadosos, iglesias, tumbas venerables, que hallábamos de camino, las visitábamos y en ellos celebrábamos fiestas; adornábamos con flores a capillas y rendíamos homenaje a las ruinas con cánticos y contemplación silenciosos, a los muertos los recordábamos con música y oraciones. No era raro vernos perturbados por las burlas de los incrédulos; pero bastante frecuente era dar con sacerdotes que nos bendijesen y sentasen a su mesa; con niños entusiasmados que se nos acercaran, aprendieran nuestras oraciones y, con lágrimas en los ojos, nos vieran partir; con algún anciano que nos mostrara olvidados monumentos o nos contara alguna leyenda de su comarca; con jóvenes que, tras acompañarnos un trecho, deseaban ser admitidos en la Orden. Estos últimos recibían consejos y se les iniciaba en las primeras prácticas y ejercicios del noviciado. Ante nuestros propios ojos se cumplieron los primeros milagros y de otros se supo por relatos y leyendas.
“Un día, siendo yo aún novicio, alguien declaró de pronto que el gigante Agramante estaba, como invitado, en la tienda de nuestros Jefes e intentaba persuadirlos a que pasasen por África para liberar a algunos de nuestros Hermanos, esclavos de los Moros (4) (5) (6). Otra vez se vio al hombrecillo de Stuttgart, el que consolaba, y se presumió que nos dirigíamos hacia Aguas Azules. Pero la primera manifestación milagrosa que vieron mis ojos fue ésta: habíamos hecho un alto para la oración, cerca de una capilla medio ruinosa, en el cantón de Spaichendorf; en la única pared intacta de la capilla estaba pintado un gigantesco San Cristóbal que llevaba al hombro al niño Jesús muy pequeñito y medio borroso por el tiempo. Los Jefes, como lo hacían con frecuencia, no sólo no nos indicaron la ruta que debíamos tomar, sino que nos invitaron a opinar (7), pues la capilla estaba en el cruce de tres caminos y debíamos elegir uno (8). Pocos expresaron un deseo o dieron un consejo, pero uno señaló el de la izquierda y nos apremió a tomarlo. Callábamos, esperando la decisión del Jefe, cuando San Cristóbal, en la pared, levantó el brazo y con su grueso bastón apuntó a la izquierda, como lo aconsejaba nuestro compañero (9). Fuimos testigos silenciosos y sin decir palabra, los Jefes emprendieron la marcha en esa dirección y nosotros los seguimos con el corazón inundado de gozo.
(Continuará...)
CLAVES MÁGICAS:
- “nuestro grupo...se encontró pronto con otros grupos”. La Orden de Hermann Hesse no es la “única” Orden. Diferentes Tradiciones esotéricas se manifiestan en diferentes grupos de Maestros y estudiantes. Todas las Órdenes o “grupos” provienen de Lo Invisible, que es la COMUNIDAD DE LA LUZ o IGLESIA INVISIBLE de la que nos habla “La Nube sobre el Santuario”.
- “Nos sentimos cada vez más poseídos y exaltados por la idea de nuestra unidad y del propósito común”. Cuando las Órdenes Esotéricas se reconocen a través de sus líderes, Maestros e Instructores, se observa que todos participan de la misma excelencia, y que el concepto de UNIDAD prevalece en la enseñanza. El propósito común en el sentido metafísico es siempre la RE-UNIÓN con Dios, y en el sentido físico consiste en el BIENESTAR DE LA HUMANIDAD.
- “Otro de nuestros principios unánimemente respetado nos obligaba a visitar y honrar todos los lugares y reliquias que tuviesen alguna relación con la sublime historia de nuestra Orden y de su credo”. Toda la Humanidad es hija de Dios; todos los hombres son Hermanos; todas las creencias se reconcilian; los dogmas son visiones parciales de la realidad y son producto del pensamiento de los hombres. Más allá del prejuicio y de la oscuridad de la Nube que tapa la percepción de las realidades metafísicas, todos los seres humanos pueden acercarse a Dios a través de la DEVOCIÓN, que es el anhelo de unirse a Dios a través del AMOR A DIOS. Como verán más adelante en la narración de esta Historia, este Principio de la Orden va a ser olvidado y quebrantado por Hermann Hesse. La “Historia de nuestra Orden y de su Credo” es ni más ni menos que la Historia Universal de las Religiones, Cultos y Creencias a lo largo de la historia de la Humanidad.
- “alguien declaró de pronto que el gigante Agramante estaba, como invitado, en la tienda de nuestros Jefes e intentaba persuadirlos a que pasasen por África para liberar a algunos de nuestros Hermanos, esclavos de los Moros”. En los escritos esotéricos, es usual utilizar el nombre África como sinónimo de EGIPTO. Como por ejemplo la antigua Orden de los Arquitectos de África. Hoy el Antiguo Egipto ya no existe; el Egipto actual no está habitado por descendientes de los primitivos Egipcios, sino por descendientes de tribus nómades o Árabes. También existe un sentido oculto en esta frase, que nos revela que el antiguo conocimiento esotérico de los Egipcios fue depositado en las Escuelas esotéricas Árabes.
- “el gigante Agramante”. AGRAMANTE: Personaje de Orlando furioso, arquetipo del héroe impetuoso. En la aventura de Sierra Morena, Don Quijote confunde en sus soliloquios al paje de Agramante con el de Dardinel. De éste, frase proverbial con la que significa falta de entendimiento y lugar de gran confusión: Campo de Agramante.
- “Campo de Agramante”. Campo de Agramante. Lugar en el que hay mucha confusión y en el que nadie se entiende. El origen, según lo explica Modesto Lafuente en su "Teatro Social del siglo XIX" es el siguiente: "La poética creación del Campo de Agramante, es un episodio que sirve como base al poema "Orlando furioso", de Ariosto, y se refiere al sitio de París por los sarracenos, en que figuran como jefes Agramante, Sacripante, Rodemonte, el rey Sobrino y otros cuyos tipos se han hecho proverbiales también. Cuando éstos están cerca de apoderarse de la capital, que defendían intrépidamente Carlomagno y sus bravos guerreros, el arcángel San Miguel recibe orden de ir a buscar el Silencio y la Discordia e introducirlos en el Campo de Agramante. En efecto, el Arcángel encuentra la Discordia en un convento de frailes, donde se hacía la elección del Abad, con cuyo motivo los frailes se estaban arrojando los breviarios a la cabeza; agarra la Discordia por los cabellos, la saca de allí, la lleva al campo de Agramante, se empiezan a pelear los jefes sarracenos unos con otros y gracias a la discordia de los enemigos, Carlomagno y la ciudad se salvan".
- “Los Jefes, como lo hacían con frecuencia, no sólo no nos indicaron la ruta que debíamos tomar, sino que nos invitaron a opinar”. Los Maestros no nos dicen qué debemos hacer con nuestras vidas, sino que nos orientan para que seamos los constructores de nuestro propio destino. Los Maestros son dedos que señalan el camino, pero no el camino. Muchos estudiantes se quedan mirando el dedo del Maestro, en lugar de dirigir sus miradas hacia donde apunta el dedo del Maestro.
- “la capilla estaba en el cruce de tres caminos y debíamos elegir uno”. Esta elección entre tres Senderos nos hace recordar la elección de nuestro Gran Maestro Cristian Rosenkreutz, antes de ingresar al Bosque: el Camino Largo, el Camino Corto y el Camino Real. También esta expresión nos lleva al concepto de ENCRUCIJADA, lugar donde debemos detenernos para reflexionar y tomar una decisión de la cual dependerá el destino de nuestra vida.
- “Callábamos, esperando la decisión del Jefe, cuando San Cristóbal, en la pared, levantó el brazo y con su grueso bastón apuntó a la izquierda, como lo aconsejaba nuestro compañero”. El consejo del Compañero de ir hacia la izquerda es el fruto de la Intuición. Pero como es individual y subjetiva, estaba sujeta a discusión por parte de los demás Compañeros, y no le bastaba a los Jefes de la Orden para decidirse. El milagro de la vivificación de la imagen de San Cristobal simboliza la Iluminación, evidencia que se manifestó al Grupo entero, y no solo a uno de los Compañeros o a los Jefes del Viaje a Oriente.
- “San Cristobal”. se desconocen muchos datos de su biografía. Supuestamente, este hombre de origen cananeo , nacido en Siria o en Palestina, residente en Licia vivió durante el mandato del emperador romano Decio. (201-251 DC) encarnizado perseguidor de los cristianos. Era conocido con el nombre de Rechazado,y cuenta la leyenda que se trataba de un sirviente del monarca de Licia de aspecto temible y poseedor de una estatura colosal que rondaría los dos metros de altura. De Antioquía, donde recibe de San Babilas el bautismo, pasó a Licia, región del Asia Menor sobre el mar Egeo, sujeta al yugo romano. Cuenta la leyenda que no contento con servir a su rey decidió partir en busca del principe más poderoso de la tierra y ponerse a su servicio.. Su infructuosa búsqueda le llevó a entablar una conversación con un eremita quien le aconsejó que para ello dedicase su vida al servicio de los demás ayudando a todas aquellos viajeros que quisiesen atravesar un peligroso río aprovechando su poderosa constitución y que quizá Cristo, en reconocimiento a su labor, se le manifestase. Desde aquel día el gigante trasladó su morada cerca del río y sirviendose del tronco de un árbol a modo de bastón se dedicó a ayudar a atravesar el caudaloso río a todas las personas que deseasen pasar a la otra orilla transportándolos sobre sus hombros. Cierta noche el gigante recibió la visita de un niño quien le pidió que le ayudase a atravesar el río, éste se subió al niño a sus espaldas, recogió su bastón y se metió en el río dispuesto a dejar a la criatura en la otra orilla. En un momento dado, cuando estaba cruzando el río con el niño a cuestas, comenzó a darse cuenta de que el río crecía y que el pequeño viajero se hacía cada vez más pesado... pese a temer por su vida y la del pequeño logró atravesarlo y dejar al niño en la otra orilla sano y salvo. Una vez en tierra el gigante dijo al pequeño: "Mi niño, me has metido en un gran peligro; pesabas tanto sobre mí, que si hubiera tenido que cargar al mundo entero, no tendría la espalda tan oprimida". Y el niño le contestó:"No te sorprendas, has cargado sobre tus hombros no sólo al mundo entero sino a Aquel que lo ha creado. Yo soy Cristo, amo al que tú sirves. Como señal de que mi palabra es verdad, planta tu bastón en la tierra, junto a tu choza: mañana lo verás lleno de flores y frutos". El gigante plantó su enorme bastón y pudo comprobar como a la mañana siguiente éste se había transformado en una enorme palmera cargada de frutos y flores. Desde entonces y una vez bautizado, el gigante, deja de ser el Rechazado para llamarse "Cristóbal", que significa el portador de Cristo.

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  hola Evaristo,comence leyendo tu escrito y me intereso lo que leia asi que ,comence a buscar y.... seguire leyendo ,gracias por compartirlo |
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Gracias a ti por tu atencion y animo Monica Dudadaba si estab siendo pesado publicando algo tan largo. Empece a leer a H.H. alos 16 años por un regalo de mi tia que en los 60 habian tenido que emigrar a Alemania... y desde entonces jamas me he cansado de la maestria escribiendo. Te añado unos relatos cortos: http://www.slideshare.net/LongPlay/hesse-hermann-cuentos-maravillosos. Un cordial abrazo
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