Sólo es amor cuando se da sin esperar nada a cambio.
Si realmente amamos, sólo nos queda creer, confiar, aceptar y esperar que nuestro amor sea correspondido.
Si para amar esperamos hasta estar totalmente seguros de recibir un amor equivalente,
es probable que debamos esperar por siempre.
Ciertamente, si al amar esperamos algo, eventualmente nos sentiremos decepcionados,
ya que no es probable que muchas personas puedan satisfacer todas nuestras necesidades,
aún cuando esas personas puedan sentir por nosotros un gran amor.
Amamos porque lo deseamos, porque nos produce alegría,
porque sabemos que el crecimiento y el descubrimiento del yo depende de ello.
Los demás podrán dar, y estarán dispuestos a dar únicamente lo que puedan,
y no lo que nosotros desearíamos que nos dieran.
El amor se ofrece como una fiesta interminable de la cual alimentarnos.
¡El amor nunca deja de ser!