El incienso han sido utilizado desde la antigüedad hasta nuestros días en muchas celebraciones de cultos religiosos así como rituales de magia, en los cuales simboliza el elemento Aire.
Es utilizado para acompañar en las oraciones, para alabar a Dios, purificar el aire, liberarnos de las vibraciones negativas, despertar la conciencia, potenciar las capacidades de cada signo y mejorar el estado de ánimo.
Originariamente es una goma resinosa que se obtiene de un árbol de Etiopía llamado Olíbano. Sin embargo lo que hoy podemos encontrar y utilizar, es realmente una mezcla de Olíbano y otras resinas, esencias y aceites. Hoy en día podemos encontrar una gran variedad de ellos con aromas y propiedades diferentes dependiendo de los ingredientes que lleve la mezcla y los podemos ver en forma de grano o de varillas y conos.
El incienso tiene grandes poderes espirituales, facilita la concentración y la meditación, crea un ambiente placentero en nuestras hogar, purifica el ambiente de energías negativas, atrae las energías positivas, concentra las fuerzas y las dirige hacia el objetivo que nos hemos propuesto siendo capaz de ayudarnos a conseguir lo que en un determinado momento deseamos. Además perfuma, relaja y armoniza la mente.
Quemar incienso es una tradición utilizada por todas las civilizaciones de la antigüedad. Cuando se logra dominar bien sus efectos, y se entiende como ciertos aromas alteran el estado anímico de las personas, se obtiene unos resultados realmente sorprendentes.
Cada aroma tiene su propia energía vibratoria, el incienso puede ser seleccionado de acuerdo al estado que desea llegar la persona, ya sea para eliminar un estado de estrés, un profundo estado de relajación, o llegar a un estado de sanación. Algunas personas seleccionan el incienso de acuerdo a su intuición, logrando el objetivo deseado.
Para quemarlos lo mejor es buscar un lugar especial de la casa. Las varillas no revisten ninguna dificultad de uso, sólo tenemos que sujetar la varilla en una tablita especial o un porta incienso y prenderle fuego con la llama de una cerilla.