Durante una sesión, las manos del practicante se posan ligeramente sobre la zona del cáncer. El paciente suele sentir un alivio gradual, seguido por un estado de profunda relajación. A largo plazo, después de varias sesiones, el paciente suele notar que este alivio es cada vez más prolongado.
Es especialmente recomendado cuando se usa en combinación con tratamientos convencionales contra el cáncer. Después de una cirugía, ayuda el proceso de cicatrización, elimina los efectos secundarios de la anestésia y sube los niveles energéticos del paciente.
En tratamientos con quimioterapia o radiación, elimina los vómitos y nauseas que son los efectos secundarios de los tratamientos y mantiene al paciente con fuerzas para soportar las sesiones.
Artículo del Dr. Jeri Mills M.D. sobre Reiki y el cáncer
Extracto del artículo "Medicina Energética" de Jeri Mills, M.D.
Mucha de mi propia experiencia original con Reiki proviene de mi consulta de Obstetricia/ Ginecología donde daba tratamientos a todos las pacientes del paritorio y el quirófano. Las mujeres que recibían tratamientos necesitaban muchísima menos medicación para aliviar el dolor. Algunas de mis pacientes literalmente dormían durante todo el parto usando solo Reiki para controlar el dolor. Mis pacientes del quirófano a menudo iban a casa después de un día o dos de cirugía mayor y raramente necesitaban más que Tylenol para controlar el dolor una vez se encontraban en casa. Las incisiones también parecían cicatrizar más rápido que las de otros pacientes.
Mi primera experiencia con pacientes que tenían cáncer vino de mi propia Maestra de Reiki. Theresa, mi Maestra, tenía una hija pequeña con linfoma de Hodgekins. Cuando comenzaron a tratar a la pequeña por primera vez, su madre no conocía Reiki. Sometieron a la niña a un tratamiento normal de quimioterapia y, como resultado de éste, sufrió tremendas nauseas y vómitos
El cancer se redujo durante unos dos años. Durante este periodo, Theresa aprendió Reiki. Cuando el cáncer se reprodujo, sometieron a la pequeña a un tratamiento muy agresivo de quimioterapia de segundo grado.
Su madre le dio tratamientos de Reiki durante el tiempo que le administraban las drogas. La niña no experimentó nauseas, ni vómitos y normalmente dormía durante los tratamientos.
Las enfermeras en el departamento de oncología pediátrica quedaron tan impresionadas de la manera que la pequeña toleraba el tratamiento que se pusieron de acuerdo con Theresa para enseñar una clase de Reiki especialmente orientada a enfermeras en oncología y asi poder dar a todos sus pacientes los beneficios que obtuvo la hija de Theresa.
No sólo ayuda a disminuir los efectos secundarios de la radiación y la quimioterapia, alivia el dolor y acelera el proceso de curación después de la cirugía, Reiki además suministra apoyo emocional y espiritual a los pacientes. Cuando se le diagnostica cáncer u otra enfermedad potencialmente terminal a un paciente, la primera reacción de éste es muchas veces pensar que su vida está destrozada. Se ve como víctima del azar, víctima de una debilidad o imperfección en su propio cuerpo.
A continuación, se ve sometido a tratamientos médicos que van desde la cirugía a la radiación y pasan por la quimioterapia. Si tiene suerte, a lo mejor asiste a algún grupo de apoyo para poder abarcar las consecuencias emocionales de sus experiencias. Durante las primeras etapas, a menudo el paciente lo pasa peor durante el tratamiento que antes del diágnostico. Se suelen suministrar fármacos para controlar los síntomas.
Si recibe Reiki, las sesiones ayudan a aliviar los síntomas asociados tanto a la enfermedad como al tratamiento, a la vez que pueden ayudar al paciente a conseguir un equilibrio emocional y espiritual. Aún cuando el paciente empiece a sentirse bien, toda la ayuda que recibe "viene desde fuera". Esto crea una sensación de lo que en inglés se llama "disempowerement" que traducido significa "pérdida del poder personal".
Aquí es donde Reiki, con la posibilidad de aprender su técnica en un par de días, ejerce realmente su fuerza. Finalmente, el paciente tiene literalmente el poder "en sus propias manos" para controlar los efectos de los tratamientos, aliviar el dolor y empezar el proceso de curar su cuerpo, mente y espíritu. El paciente que aprende Reiki ha "retomado su poder" (re-empowered en inglés) y ha conseguido reconrar un poco la independencia y el control sobre su vida. Seguramente seguirá recibiendo tratamientos de otros, simplemente porque a todos nos gusta recibir, pero siempre sabrá que tiene gran parte de su poder en sus propias manos.
|