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Medicina y Salud: LA MEDICINA MAYA
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Siondra  (Mensaje original) Enviado: 03/12/2009 13:20
La Medicina Maya
Fecha: 19.12.2008 - 13.21    Autor: 4704Paloma

De: Alias de MSNderrepenteyo  (Mensaje original) Enviado: 26/09/2006 13:58

Es cierto que se desconocemos muchísimas cosas sobre los mayas. Sabemos que fue una de las culturas mas antiguas del continente americano y que floreció varios siglos antes que la de los aztecas o los incas; fue una de las más duraderas e indudablemente sirvió de base para el desarrollo de otras culturas de la zona. Lo que se conoce actualmente como el "área maya" abarca la Península del Yucatán en México, Belice, Guatemala, y las vertientes occidentales de Honduras y de El Salvador.

Su historia abarca, reunida en tres grandes periodos, desde el año 1500 a.C. hasta los principios del siglo XVI. A partir del siglo XIII, el Imperio Maya sufrió un proceso de decadencia por causas todavía desconocidas, proceso que se vio acelerado con la llegada de los españoles al Nuevo Mundo.

Aclaremos que los mayas eran muy independientes, y que al hablar del Imperio Maya nos referimos a un hecho cultural mas que real, pues cada población se establecía como una Ciudad-Estado, actuando como unidades políticas independientes. Crearon por tanto un imperio que estaba en realidad controlado por una red de ciudades-estado densamente pobladas. Llegaron a establecer un comercio a gran escala, con rutas comerciales que se extendían hasta México y Panamá. Socialmente crearon un sistema de clases sociales bien organizado con ocupaciones y oficios muy definidos; básicamente establecían cuatro grupos sociales: los nobles y sacerdotes (clases dominantes y de carácter hereditario), los campesinos (crearon una sociedad agraria basada en el cultivo del maíz) y los esclavos.

Los mayas desarrollaron grandes logros científicos y técnicos, debiéndose a ellos una serie de avances sorprendentes: crearon una arquitectura perfecta y monumental en los centros urbanos y ceremoniales, y todo ello sin manejar útiles metálicos ya que su tecnología sólo incluía utensilios de piedra tallada y pulimentada; desarrollaron un sistema de escritura jeroglífica, usaron códices o libros de papel de corteza), crearon un sistema vigesimal matemático con la invención del número "cero"; elaboraron un calendario de una exactitud superior a cualquier otro de esa época incluidos los europeos o el georgiano que actualmente utilizamos; desarrollaron enormemente la astrología y tenían amplios conocimientos astronómicos sobre los ciclos celestes de Venus y la Luna (se les ha llamado los maestros de las estrellas), creando tablas precisas con los movimientos del sol, la luna y las estrellas; desarrollaron las artes, como la pintura, escultura y talla de objetos de jade, y las ciencias como la medicina.

Los mayas y los pueblos de área maya veían la vida como una constante lucha entre el Bien y el Mal, entre dioses benévolos y malévolos. Esto creaba importantes conexiones interdependientes entre salud, enfermedad y religión. Para cada enfermedad había una deidad que la provocaba y otra que protegía a la persona enferma.
Realmente es muy difícil establecer un único y directo Dios de la Medicina.
Aunque el dios creador era Hunab Ku, ésta era una deidad remota que se inhibió de todo tras acabar su obra creadora. Más relevancia tiene su hijo, Itzamná el dios sol, el señor del cielo, dios de la vida y por ello asociado a la fertilidad, que se interesaba más por las cosas terrenales que su padre, y se le suponía el inventor de la escritura jeroglífica y de los libros de augurios; era adorado como dios de la medicina durante el mes maya zip, septiembre. Entre los mayas lacandones se llamaba Chi Chac Chob o Ah Kan Chob.
Ixchel, su esposa, era considerada la diosa de la luna, del agua y de las inundaciones; quizá la que más se acerca al honor de llamarse Diosa de la Medicina, pues era su protectora así como de las parturientas, se le suponía inventora del arte de tejer. Entre los mayas lacandones se  llamaba Akna.
Otra diosa a considerar era Ixtab diosa de los ahorcados (suicidas), ya que los afligidos por el dolor y que consideraban incurable su mal, se suicidaban ahorcándose para que la diosa los llevara al cielo.
Otros dioses de la medicina eran Cit Bolon Tun Ahau Chamahez En el área yucateca aparece otro dios llamado Sacal Puc dios de los yerbateros, los que curan con hierbas, personajes de gran importancia en la medicina maya.
Dioses menores en medicina eran los llamados Bacabs cuatro hermanos que colocados en cada uno de los puntos cardinales sostenían el universo, y que se asociaban a fenómenos naturales como la lluvia y el viento que también podían traer enfermedades.

El documento más importante de la literatura médica de la cultura maya es El Ritual de los Bacabes, el cual recupera numerosos conocimientos médicos prehispánicos que lograron conservarse prácticamente sin alteraciones durante el periodo colonial gracias a que se utilizó en ellos un sociolecto privativo de la clase sacerdotal -un lenguaje codificado en el que se apela a las fuerzas cósmicas, se eligen los días favorables para las curas, ritos y tratamientos, y se despliega un amplio conocimiento de botánica y medicina. Cabe destacar que también en los códices Dresde y Madrid se hace una amplia referencia a diversas enfermedades y calamidades perfectamente calendarizadas, todas ellas aparecían ligadas a la presencia de su protectora, la diosa lunar Ixchel: patrona de la medicina, del parto y de la adivinación. Asimismo, en los libros del Chilam Balam (en especial los de Káua, Ixil, Tekax y Nah) se hace referencia a calamidades y curaciones; enfermedades y plantas curativas.

Este conocimiento se recuperó en la época colonial gracias a la labor de misioneros, frailes y cronistas quienes, desde luego, no lo hubieran logrado sin la ayuda de sus informantes mayas. Una figura clave en este sentido es Diego de Landa, porque a pesar de haber mandado quemar durante un gran auto de fe diversos documentos que seguramente hubieran sido áltamente reveladores, logró recopilar, paralelamente, valiosos conocimientos de la cultura maya en su Relación de las cosas de Yucatán, una referencia obligada para quien desea acercarse al estudio de esta cultura. En dicho texto, Landa hace descripciones de suma importancia para comprender, entre muchas otras cosas, el gran desarrollo que alcanzó la medicina maya.

En la medicina maya las enfermedades podían tener diversos orígenes.
Por una parte estaba la etiologia divina, donde la enfermedad se producía como castigo por haber ofendido directamente a los dioses o a sus leyes, ya sea por la violación de diversos tabúes, por desobedecer a los padres, por cometer abusos sexuales con parientes cosanguíneos o por practicar la sodomía.
Era frecuente que los dioses, especialmente el dios de la muerte, adoptara diversas formas semihumanas para provocar el mal entre los hombres. Entre los zotziles tomaba la forma de ik´ál, un hombre enano y negro que olía a cuervo y se alimentaba de carne humana, vivía en las cuevas de las montañas y acechaba a los hombres y mujeres fuera de los poblados o en caminos solitarios, anunciando siempre su presencia lanzándoles piedras o silbándoles. Otras veces se manifestaba como natikiljol, un indio con una larga cabellera que le llegaba hasta el suelo; como nalapatok, un demonio alto con dos caras y dos pares de pies, o como mukta-pishol un ser diabólico cuyo nombre se traduce como "sombrero grande". También podía tomar forma de mujer vieja, me´chamel la madre de la enfermedad, o como una mujer joven y hermosa, shpakinté que atrapaba a los hombres al volver del trabajo.
 

En la etiología humana destacaba la producida por efecto de la magia negra, el ah pul yaah o mal de ojo, que era practicada por algún hechicero o chamán maligno al que se le había ofendido directamente o al que recurría otra persona para que lanzara la enfermedad contra su vecino.

La etiología natural incluía el frío y el calor, especialmente los alimentos fríos y calientes, como las causas más comunes de enfermedad. El viento también era una causa habitual, especialmente si éste adoptaba formas de animales. Las plantas también eran origen de enfermedades, no sólo las tóxicas, venenosas o urticantes, sino también aquellas que habían sido utilizadas por los hechiceros en sus ceremonias de curación a un enfermo y que posteriormente abandonaban en medio de un sendero y que podían ser pisadas accidentalmente.

El arte curativo de los Mayas y los primeros médicos de la Península de Yucatán, México. 

Las enfermedades y los males provenían según los mayas, de los malos vientos, de los hechizos y brujerías, de la conjunción de los astros, o por el enojo de alguno de los dioses de la teogonia maya. P or este motivo, las enfermedades eran curadas bajo un signo y oración religiosa de los sacerdotes. El Ah-men era un profeta y adivino, que curaba los males espirituales de sus pacientes por medio de la inspiración divina que recib&iac ute;a en sus largos trances con los espíritus y dioses que invocaba. Utilizaba el "zaztún" o piedra taumaturga y conocían el secreto de muchas yerbas curativas. El Pul-yahob (Brujo hechicero) curaba las enfermedades pra cticando ritos con plantas y animales o utilizando figurillas de barro para ahuyentar los malos vientos y espíritus. Los Dzac yahes son curanderos que dominan el conocimiento químico y medicinal de la herbolaria. Su sistema curativo e s reconocido como un método eficaz.

Los primeros médicos en la península de Yucatán fueron extranjeros, a principios del siglo XVIII. Uno de ellos fue un portugués llamado Juan de Pereira, que tuvo un fin misterioso. Acusado de judeizante, ante el comisario del Santo Oficio, éste le hizo aprehender el 12 de febrero de 1713 y nadie volvió a tener noticia de su paradero. El segundo médico de la época que acabamos de citar, fue Giobani Francesco Mayoli. El vivi&oacu te; en Valladolid, donde ejerció su profesión con éxito hasta el 27 de mayo de 1770, en que falleció a una edad muy avanzada. La tradición atribuye al médico romano varios estudios botánicos sobre las plant as de la península, que han sido recopilados en un libro manuscrito "Descripción de los nombres y virtudes de las yerbas indígenas de Yucatán". También se cree que escribió un libro titulado "El Jud ío", siempre sobre el tratado de las plantas medicinales. Tenemos noticia de que se escribieron en Mérida dos obras del mismo género en el segundo siglo de la dominación española. Titulase la primera "Diccionar io Hispano Maya y Maya Hispano Médico y Botánica Regional" y la segunda "Diccionario Botánico y Médico de Yucatán". La primera fue escrita por el franciscano Gabriel de San Buenaventura y la segunda por el fraile de la misma orden llamado Andrés Avendaño. 

Palabras clave: Medicina prehispánica, medicina maya, historia de la medicina. 

SUMMARY.

The curative art of the Mayans and the first doctors in the Yucatan Peninsula.

According to the mayans, illnesses and diseases were caused by evil winds, witchcraft and magic, the stars or the anger of one of the gods in mayan theogany. Therefore, diseases were cured by the priest religious signs and pray ers.

The "Ah-man" was a prophet and fortune teller who used divine inspiration he received during long trances with the gods or spirits he invoked to cure his patients. He also used the "zaztún" or the thaumaturge stone and knew t he secrets of many curative herbs. The "Pul-yahob" (the medicine man) practised rites with plants and animals or used earthenware dolls to drive away the evil winds and spirits in order to cure illnesses. The "Dzac yahes" are medicine men with the herbali sts chemical and medicinal knowledge. Their curative methods are recognised to be efficient.

The first doctors in the Yucatan Peninsula were foreigners at the beginning of the 18 eighteenth century. One of those was a portuguese called Juan de Pereira, who mysteriously disappeared. The comission of the Holy Office accused h im of juzaizing and arrested him on February 12, 1713 and he was never heard of again. The second doctor of that era was Giobani Francesco Mayoli. He lived in Valladolid where he successfully practised his profession until he died of old age on May 27, 17 70. He is attributed to be the author of several botanic studies on plants in the Yucatan which have been compiled in a book called "Descripción de los nombres y virtudes de las yerbas indígenas de Yucatán". He is also believed t o have written a book called "El judio" whish is about medicinal plants. Two similar books were written in Merida during the second century of the spanish domination. The first was called "Diccionario Hispano Maya y Maya Hispano Médico y Botá ;nica Regional" and the second "Diccionario Botánico y Médico de Yucatán". The first was written by the franciscan Gabriel de San Buenaventura and the second by Andrés Avendaño, a franciscan friar.

Key words: Mayan medicine, prehispanic medicine, history of the medicine.

INTRODUCCIÓN.

Escribir y hablar sobre la vida y el pasado histórico de los mayas ha sido siempre mi mayor pasión, aun sabiendo que al hacerlo no aportamos nada nuevo en el mundo tradicional de mis ancestros, que aún conse rvan en su espíritu la verdad y el conocimiento de muchas, pero muchas cosas, que en los libros no se registran ni se aprenden.

Les hablaré brevemente de Maní, ultima ciudad del imperio maya, porque de allí he sacado el mayor número de mis escritos, inspirándome en la sombra de su centenaria ceiba, en el enigma que reina en su cenote y en el silbido del viento al pasar por los claustros franciscanos de su histórico convento. Sus calles, sus templos y sus hombres, encierran un milenio de su historia castigada por el fanatismo de un fraile, que arraso una cultura, a u na raza y asesino a un pueblo. Ese fraile, cuyo nombre los indígenas no pronuncian, fue el inquisidor Diego de Landa.

En el año de 1562 fue ejecutado el auto de fe de Maní, y en el se destruyeron decenas de ídolos, vasos, vasijas y piedras que eran utilizadas en los ritos y ceremonias de la casta sacerdotal. La mayor gravedad c on que esta revestido el auto de fe de Maní, fue la destrucción de los libros y códices mayas formados en 27 rollos de escritura jeroglífica en donde se registraban los estudios de siglos, sobre astronomía, matemá ticas, el computo del tiempo, astrología, brujerías, profecías y medicina. Así fue como las Ah Menes, Chilames, Ah Kines, Nacomes y Chaques que existían en el reino fueron castigados fatalmente con la hoguera inquisitori al, por lo que muchos murieron y otros huyeron a la profundidad de la selva, llevándose su arte, su ciencia y su sabiduría. Y fue después de muchos años de haberse consolidado la dominación española, cuando los hi jos y los descendientes de éstos bajaron de los cerros para aprender la lengua y la cultura española que les sirvió a los indígenas del siglo XVI, para escribir en lengua maya sus crónicas con los caracteres de la escrit ura española. Estas crónicas son las que se conocen actualmente con el nombre de los libros del Chilam Balam. Entre otros se conocen el Chilam Balam de Chumayel, de Maní, de Ixil, de Kaua, de Tusik, de Oxkutzcab, de Teabo, de Tekax, que tomaron el nombre de los lugares donde fueron encontrados. El profesor Alfredo Barrera Vázquez, nuestro sabio mayista, en su obra "El libro de los libros del Chilam Balam", describe a perfección la filosofía y el g&eacut e;nesis del sacerdocio maya.

Desde muchos siglos anteriores a la conquista, los mayas vivían y se desenvolvían bajo el poder religioso de sus dioses y sacerdotes. Esta casta era imperativa en la vida y en la formación de estos pueblos, ya que su poder era transmitido de generación tras generación, entre hijos parientes y hermanos. El sumo sacerdote, el de mayor linaje entre esta casta, era el llamado, según Landa, ahaucan, quien poseía excepcionales conoci mientos en la administración de los sacramentos, en los días y tiempos fatales, en la profetización de los acontecimientos, en la manera de curar y remediar los males, y el perfecto conocimiento de leer y escribir en jeroglífic os sus observaciones y comprobaciones científicas. De este tipo de escritura precolombina sólo se han conocido tres códices, que guardan un mundo de la cultura y civilización maya. Estos son: El Códice Dresden, el C&oacu te;dice Pereciano y el Códice Cortesiano, que fueron elaborados con la corteza de un árbol llamado copó y que nosotros conocemos con el nombre de álamo. La corteza de este árbol, era triturado y se mezclaba con v arias resinas hasta formar una pasta compacta que era secada en la sombra de algún templo, para que después ya cortada en tiras sirviecen para la grabación de su escritura. Hasta hoy en día, se admira la perfección de su s cálculos astronómicos y la perfecta cronología que rige su calendario, así como lo indescifrable de su escritura jeroglífica.

Así penetraremos en el arte curativo de los mayas, basándonos de la tradición histórica y del ejercicio curativo que muchos Ah-Menes, brujos y yerbateros ejercen hoy en día en cientos de pue blos y comunidades indígenas. 

CLASES DE ENFERMEDADES Y MANERAS DE CURARLAS.

Las enfermedades y los males provenían según los mayas, de los malos vientos, de los hechizos y brujerías, de la conjunción de los astros, o por el enojo de alguno de los dioses de la teogonía maya. Por este motivo, las enfermedades eran curadas bajo un signo y oración religiosa de alguno de los siguientes sacerdotes. 

Ah-men.

Era este un profeta y adivino, que curaba los males espirituales de sus pacientes por medio de la inspiración divina que recibía en sus largos trances con los espíritus y dioses que invocaba. De los princip ales males de que se ocupaba, eran los que se causaban por hechicería, y para curarlos o adivinarlos, utilizaba el zaztún o piedra taumaturga, en donde creía ver a las personas que causaban el mal. También conocía n el secreto de muchas yerbas curativas. 

El brujo hechicero (Pul-yahob).

Era el personaje que curaba las enfermedades practicando ritos con plantas y animales o utilizando figurillas de barro para ahuyentar los malos vientos y espíritus de sus enfermos. También era el personaje buscado para causar algún mal al enemigo. Era muy temido en el espíritu imaginativo de los mayas, porque según ellos, para hacer el mal, podía adquirir la forma de cualquier animal y penetrar hasta su enemigo para causarle el daño q ue el quería. Así se concebió el "Huay Chivo" a quien muchos, hasta en la actualidad temen. Utilizaba también en su arte curativo el zaztún yerbas y plantas.

Los dzac yahes.

Son los verdaderos curanderos o yerbateros que dominan a perfección el conocimiento químico y medicinal de las yerbas y de las plantas. Su sistema curativo es acertadamente científico y eficaz. Esto se ha demost rado por la inmensa cantidad de literatura médica maya, que muchos europeos copiaron de los manuscritos y recopilaron también durante sus investigaciones científicas, practicadas durante muchas décadas entre los pueblos del &aa cute;rea maya. Thompson dice al respecto: "Es sorprendente el número de textos médicos de los mayas que tratan de la sintomología de las enfermedades y sus datos están basados en observaciones objetivas de los efectos de c iertas plantas en el sistema del cuerpo humano. Algunas de estas plantas aparecen en la farmacopea de los Estados Unidos de Norte América". Aunque no poseo datos exactos y comprobatorios, casi puedo asegurar que entre los médicos mayas, hab& iacute;a grandes cirujanos puesto que practicaban la trepanación entre algunos de sus muertos, tal y como a continuación veremos en un relato de Landa, que dice: "A los antiguos señores Cocom, habíanles cortado la cabeza c uando murieron, y cosidas, las limpiaron de la carne y después aserraron la mitad de la coronilla para atrás, dejando lo de adelante con las quijadas y dientes. A estos medias calaveras suplieron lo que de carne les faltaba con cierto bet&ua cute;n y les dieron la perfección muy al propio de cuyas eran, y las tenían con las estatuas de las cenizas, todo lo cual tenían en los oratorios de las casas con sus ídolos".

En el caso de algunas fracturas de huesos o cuando estos astillaban, los mayas utilizaban un pequeño bisturí de pedernal macizo para evitar el derrame interno que las astillas ocasionaban. Estas eran extraídas c on sumo cuidado, y después de lavar la herida con yerbas, el brazo o la pierna era entablillada rústicamente, pero con ciencia y habilidad de grandes ortopedistas. El mismo bisturí era utilizado en las heridas infectadas o crón icas para extraer pus o materia, y en algunas heridas, también practicaban la sangría.

A la llegada de los españoles y de los primeros misioneros a la península, en el año de 1550, les causó sorpresa y admiración ver a cientos de indígenas acudir en largas y solemnes procesion es a la sagrada ciudad de Izamal, para rendirle culto a Zamná, que según la mitología de los mayas, fue el creador de todas las cosas que existen en Yucatán. En realidad, podemos considerar a Zamná como el fundador de Izamal y como un gran cacique y sumo sacerdote cuya gloria es haber fundado en tiempos primarios la organización social y religiosa de estos pueblos, que aprendieron a regirse con dignidad, culto y sabiduría. Pero es indudable qu e Zamná fue un sabio y científico, conocedor de todas las ciencias. Es por eso que a su reino acudían gran cantidad de novicios para iniciarse en el arte y culto del sacerdocio. Se le considera a Zamná descubridor de las virtudes químicas de las plantas, y quien fundó en unión de Xchel y de Citbolontun la escuela médica de que después hicieron su profesión los Ah-menes y curanderos. 



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