La bipolaridad es hoy un tema de gran interés en el mundo y se la ha llamado "la enfermedad de moda". Afecta a un adulto de cada cien y hoy se sabe que también puede presentarse en niños, aunque sus síntomas son diferentes. No se conoce exactamente el porcentaje de niños y adolescentes bipolares, pero en EEUU, el uno por ciento de los adolescentes presenta este diagnóstico. Se piensa que el origen de este trastorno es de tipo neurobiólogico y muchas veces, hereditario. El masivo acceso a la información nos ha permitido conocer de manera actualizada investigaciones en torno a este tema, que permitirán ir realizando diagnósticos más tempranamente en el desarrollo y por ende, contribuir al tratamiento adecuado de niños que presenten este tipo de enfermedad, haciendo sus vidas y la convivencia familiar más llevadera. Los niños con Trastorno Bipolar podrían presentar algunas de las siguientes características:
• Marcada irritabilidad: pueden ser niños altamente sensibles, de emociones intensas, que se molestan con facilidad, se quejan frecuentemente, cuyas reacciones no corresponden al estímulo, llorones, rabiosos, pueden ser muy hirientes cuando están molestos. Suelen perder el control de las emociones por la exacerbación del ánimo.
• Impulsividad: presentan dificultad para controlar sus impulsos, por lo que los gritos, el desorden y los juguetes rotos son algo muy común entre ellos.
• Dificultades para dormir: presentan alteración en el ritmo sueño-vigilia, es decir, les cuesta quedarse dormidos, duermen muy poco, tienen los horarios cambiados, su sueño es inquieto.
• Pataletas intensas: pueden tener rabietas por estímulos mínimos, que les duran mucho rato o son de alta intensidad, son explosivos.
• Cambios frecuentes de ánimo: pueden presentar inestabilidad o frecuentes oscilaciones en el ánimo, entre lo depresivo y la euforia, pero a diferencia del adulto, no están marcados los períodos de inicio y término de cada fase. Estos cambios anímicos pueden ocurrir incluso varias veces al día y sin un patrón que los guíe, pudiendo presentar bajas anímicas inmotivadas o exaltación abrupta del ánimo. Ej: un niño se levanta enojado y a los pocos minutos está contento porque van a salir, pero al hacerle una pregunta, nuevamente se enoja, sin saber por qué.
• Dificultades conductuales suelen tener problemas de conducta en el jardín infantil, colegio y en el hogar. Pueden ser agresivos con sus compañeros, insolentes con los profesores o adultos, sus verbalizaciones son de alta carga emocional. Pueden ser niños difíciles de manejar y realizar conductas arriesgadas, desordenan el ambiente de la clase, contagian a los otros y no toleran que les llamen la atención, pudiendo enojarse o sentirse apenados fácilmente. Su rendimiento académico probablemente disminuya en forma abrupta, a medida que aumenta la exigencia de los cursos.
• Dificultades de concentración: se distraen fácilmente, cambian de una idea a otra, pueden hablar en exceso, lo que también afecta su rendimiento académico y conducta.
El Trastorno Bipolar es una enfermedad del ánimo crónica y requiere de tratamiento médico, por lo que el diagnóstico debe ser realizado por un Psiquiatra Infanto-Juvenil, ya que el niño requerirá medicación y posteriormente, recibir tratamiento psicológico individual y manejo familiar para favorecer una adecuada rehabilitación. Es importante que el diagnóstico sea realizado por especialistas en niños, ya que otros trastornos pueden confundirse con un cuadro bipolar, tales como el Síndrome de Déficit Atencional con Hiperactividad, que comparte con este cuadro, la impusividad, las dificultades atencionales y el aumento de actividad.
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