LA NIÑA DE MIS OJOS.
Una pincesa incaica que comenzó a enceguecer fue a una laguna enclavada entre los cordones cordilleranos que bajan por Los Andes hasta la Pampa del Tamarugal, a tres mil metros, donde se sumergió en sus aguas por varias veces, al poco rato, notó que recuperaba la vista y los descendientes del Inca, llamaron el lugar "Mamiña", que quiere decir, La niña de mis ojos.
Y el lugar de Mamiña ubicado en el norte de Chile, durante años vio llegar caravanas incaicas con el propósito exclusivo de encontrar alivio y remedio en sus aguas.
versión: Oreste Plath, famoso investigador folclórico y profesor chileno.