Sagrada Forma, cuerpo trascendido,
esencia celestial de eterna vida,
presencia inmarcesible concebida,
caudal de amor mirífico efundido.
Es promesa hecha al mundo redimido,
inmutable hasta la última venida,
indulgencia otorgada en despedida,
Buena Nueva especial del Ser ungido.
Milagro del Amor, Dios permanece
bajo el vino y el pan, y nos ofrece
la dádiva de célica alegría
En su presencia el alma se enaltece,
por su alimento vive, no perece,
con hábito divino se atavía.