Por Ximena Urrejola B., desde Belém, Brasil.
Primero hay que llegar a la pequeña ciudad de Belém, en el estado de Pará, al norte de Brasil. Luego tomar un avión -con capacidad para diez personas- para cruzar hasta la isla más grande del mundo rodeada de agua dulce. La isla se llama Marajó ("tierra de magia") y el agua que la rodea es la desembocadura del río Amazonas.
El viaje dura veinte minutos, aunque puede ser tenebroso: las tormentas eléctricas son usuales en Belém, como ha ocurrido hoy, aunque un arco iris anuncia que la tormenta está amainando, que el avión no se va a caer y que el sol nos dará la bienvenida en esta isla donde la mayoría de los lugareños anda en bicicleta.
En la pista de aterrizaje espera una van, que se va internando en la isla hasta que el camino se transforma en una huella. Los pasajeros tenemos que caminar. Bajo el sol, la humedad y enormes palmeras. El equipo de Kiehl's y el grupo de periodistas que lo acompaña -de medios de comunicación de diferentes países del mundo- va en búsqueda del origen de la "arcilla blanca del Amazonas", el ingrediente estrella de su última línea de tratamientos de belleza: la "Rare Earth Pore Minimizing Collection". En la mitad de un claro, al lado de un río, hay un pequeño pozo y lugareños trabajando. Aquí también está Miranda, un búfalo de agua que ayuda en la tarea de subir el barro desde el fondo del pozo, gracias a un clásico y rudimentario sistema de poleas.
Desde aquí viaja la arcilla blanca hasta los laboratorios de Kiehl's para transformarse en la línea de productos con que la marca quiere ayudar a terminar con la apariencia de los poros dilatados, por lo menos durante ocho horas, una de las principales preocupaciones de las mujeres y que se asocia tanto a la piel grasa como al envejecimiento. Es la misma arcilla blanca que me pongo en la cara y que saco del pozo, con las manos. De todas maneras, productos ideales para combatir el brillo que se produce en la cara por el efecto de la humedad y el calor.
La arcilla blanca del Amazonas se recoge al comienzo de la estación seca, después de que durante meses el suelo de la isla ha recibido las hojas, frutos y semillas que arrastra el río, y se ha convertido en un sedimento rico en minerales. De hecho, cuentan los lugareños, durante decenios ellos la han utilizado para solucionar problemas a la piel, curar heridas y mordeduras de serpientes.
Según la química del laboratorio de Kiehl's, Angelike Galdi, "el paquete no te hace más bella, lo importante son los ingredientes: su eficacia, su suavidad. El cómo funciona una crema más que cómo se siente o huele". En este sentido, la arcilla blanca amazónica elimina la suciedad, las toxinas, el exceso de grasa y células muertas que dan lugar a la aparición de los poros. La línea consta de una crema limpiadora, un tónico, una loción hidratante y una máscara:
*El limpiador se puede usar en la mañana y en la noche. Tiene una fórmula ligeramente espumosa cuando se mezcla con agua y contiene partículas de tierra de Diatomeas (un ingrediente natural que lucha contra el envejecimiento de la piel), harina de avena (que ayuda a la absorción de la grasa) y aloe vera (conocida por su efecto calmante): además de limpiar, produce una ligera exfoliación. ¿Resultado? La piel queda lisa y poco tirante. Suave.
* El tónico, además de los ingredientes recién nombrados, contiene alantoína, también conocida por sus propiedades calmantes. Cuando una está apurada y no tiene tiempo de aplicarse el limpiador, el tónico hace un trabajo parecido en la minimización de los poros, y en muy pocos segundos.
*La loción hidratante tiene los mismos ingredientes que los anteriores productos, pero su base es una crema muy liviana, libre de aceites, que deja la piel de la cara como sellada, y muy suave.
*La máscara realiza una limpieza profunda. Se aconseja usar una vez a la semana.
Una vez que todo el grupo ha probado la arcilla blanca y se ha bañado en el río de agua tibia para sacarse los residuos de la cara y el cuerpo, emprendemos el camino de vuelta hacia el avión. No podemos demorarnos mucho: todos los días después de las tres o cuatro de la tarde vuelven a caer los rayos junto con la lluvia. Escenario que nadie quiere vivir arriba del bimotor.
Pero llegamos sanos y salvos al hotel en Belém. A la mañana siguiente nos espera el spa: aquí probamos los productos de la línea Rare Earth de Kiehl's antes que nadie en el mundo. En la cara nos hacen el tratamiento completo, y en el cuerpo nos aplican el barro virgen. La experiencia vale la pena: considerando los altos niveles de humedad del norte de Brasil, la piel de la cara se siente seca, pero hidratada, sin el molesto brillo. Y, efectivamente, con los poros visiblemente cerrados.