DISCULPE, ¿ES USTED UN TONTO?
Hay quienes no marchan a la moda. No hay caso: son ésos que insisten en ser veraces, en pedir las cosas por favor, en esa curiosa costumbre, -tan poco popular hoy en día- de dar las gracias... Personas raras! Parecen, además, haber renunciado tácitamente a la pretensión de ser maravillosos: muestran sus errores sin esconderlos, sus heridas y miserias sin lucrar con ellas, sus arrugas sin maquillarse ni acudir al cirujano estético... Rara gente! Se obstinan en tener pensamiento propio, en comprar sólo lo que necesitan y no lo que vende la TV. Prefieren equivocarse por cuenta propia que acertar por cuenta ajena. Devuelven lo que han pedido prestado, cumplen lo que han prometido, y dicen (cuando alguien, por casualidad, les escucha) que aún creen en la especie Humana... Quién los entiende?...
Una vez lastimados, en vez de redoblar sus defensas y quedarse en sitio seguro (encerrados en casa, o en lugares ruidosos o al menos en sus cabezas, a pecho cerrado), deciden tozudamente aprender del asunto, y eligen sentir hondo en vez de resentirse. Juntan sus pedazos, y retornan a la Vida, como dicen los sufis: "con el pecho abierto, aún en medio del infierno". Prefieren permanecer así: indefendidos (aunque no indefensos, sino ahora dispuestos, con inteligencia, a no permitir que el otro les dañe o abuse de ellos).
Muchos dicen que han de ser tontos. De hecho, a veces les reprochan, de modo grosero o más formalmente: "Disculpe: ¿Es Ud. un tonto?". Y a veces, apenados, ellos mismos creen que la respuesta es "SÍ!", autoinculpándose con dolor. Si su propia respuesta (la suya, amable lector) es "SÍ!", por favor, no se sienta mal: NO ESTÁ SOLO.
Ese modo "tonto" de vivir ha sido la elección de muchos, a lo largo de la historia de la Humanidad. Y así, tontos quedan, hermosamente tontos. Aunque no estén a la moda.
Publicado por Virginia Gawel & Eduardo Sosa