Londres (AP). Un médico británico que reconoció haber acortado la vida de al menos 20 pacientes -entre ellos su propio hijo- podría enfrentar alguna acusación criminal, indicaron el sábado investigadores británicos.
Howard Martin de 75 años fue exonerado en el 2005 de haber asesinado a tres pacientes con dosis fatales de analgésicos. Sin embargo desde entonces perdió su licencia para ejercer la medicina y ahora una confesión dramática a un diario de circulación nacional ha llevado a la policía y a los fiscales a reabrir el caso.
Martin, cuya confesión grabada en video fue dada a conocer el sábado por el diario Daily Telegraph, indicó que no sentía remordimientos pues actuó movido por una “compasión cristiana” al ponerle fin a los sufrimientos de pacientes muy doloridos.
“Mi conciencia está tranquila, no tengo nada que temer”, afirmó Martin desde su casa. Al describir su decisión de ponerle fin a la vida de su propio hijo, Paul, quien sufría de cáncer antes de su muerte ocurrida en mayo de 1988, Martin preguntó: “¿Qué mas podría hacer por él, sino asegurarme que tuviera algo de dignidad?”.
UNA ACTITUD INACEPTABLE
Sin embargo, el Consejo General Médico Británico no estuvo de acuerdo, al considerar la conducta de Martin como “completamente inaceptable” e indicó que en algunos de los casos no había pruebas de que los pacientes estuvieran sufriendo.
Si bien a muchos de los 18 pacientes que inyectó sólo les quedaban algunos días de vida, al menos uno, Harry Gittins, de 74 años, podría haberse recuperado de cáncer en el esófago si Martin no le hubiera administrado 200 miligramos de diamorfina el día que murió.
Martin luego le mintió a la familia, al decirle que el cáncer del paciente se había expandido, de acuerdo con una decisión del Consejo.
Martin fue acusado de asesinar a Gittins, junto con otros dos pacientes, Frank Moss de 59 años y Satanley Weldon, de 74, cuyos cadáveres fueron exhumados de cementerios diferentes. Pero a fin de cuentas fue exonerado.
El sábado, el hijo de Gittins indicó que esperaba que el caso contra Martin fuera reabierto.
Una reforma del 2005 al sistema legal inglés, en el que regía el principio que impedía que la gente fuera juzgada dos veces por el mismo delito, ya no se aplica. Los acusados pueden ser juzgados por segunda vez por el mismo delito si surgen pruebas “nuevas y convincentes” sobre el caso.