CONJUROS, lo importante es el ritual. De Jacqueline Lagos Maragaño*
CHILE-Osorno: La prosa de Jacqueline Lagos transita por los caminos de la conciencia femenina, donde la perspectiva de género juega un papel fundamental a la hora de entender el rol de la mujer actual en una sociedad que evoluciona, pero que aún conserva los vicios históricos sobre un género erróneamente bautizado como el “sexo débil”. Es también, entonces, un transitar en la búsqueda del respeto y jerarquía que a la mujer le corresponde, a través de relatos que mezclan conceptos tan importantes como la libertad, solidaridad y la búsqueda espiritual.
“Conjuros”, la nueva obra de la autora, recoge la experiencia que ha adquirido en la narración de situaciones cotidianas, muchas de ellas realidades históricas, a las que ha estado sometida la mujer, en un mundo que evoluciona pero no a la par con ellas. Desde este punto de vista, esta obra es un público llamado de atención para que las mujeres logren esa ansiada transformación social y ocupar el sitial de respeto que históricamente les corresponde. Pero el libro no sólo se mueve en esa temática, ya que a través de una narración que invita a la reflexión sobre hechos cotidianos, nos introduce en los temas del dolor y la indiferencia, de como hemos dicho, un género incomprendido.
Por las temáticas anteriores, me llama la atención que la obra de Jacqueline Lagos, avalada por una buena crítica en círculos literarios locales, regionales y nacionales, además del reconocimiento internacional a través de invitaciones a ferias del libro y obras de antología de autores; no se corresponde con el número de ediciones que la autora merece. Los ejemplares que circulan en la región están elaborados a partir de la base de la autogestión, ejemplo de lo cual es la obra “Una bruja emplumada en el Tzolkin”, libro certificado como material educativo y de consulta para los educandos de nuestra región.
Finalmente, creo pertinente mencionar que luego de la lectura y corrección de textos de “Conjuros”, me nace la plena convicción que la literatura cultivada por Jacqueline tiene mucho que ver con la idiosincrasia de nuestra tierra, de nuestra región y provincia, donde aparecen paisajes literarios de los campos y de las gentes que trabajan la tierra, reflejando claramente el arduo trabajo por alcanzar el sustento. Desde este punto de vista, su narración nos pretende mostrar pasajes muchas veces inexplorados dentro de la literatura regional, pero que son verdades cotidianas, desde una perspectiva de género. Frente a esto, es importante mencionar que su prosa no se puede encasillar dentro de los cánones tradicionales que emergen siempre desde una perspectiva masculina, ya que ella toca temáticas que tienen como ingrediente adicional la sensibilidad y la espiritualidad que la mujer del sur sabe plasmar en cada uno de sus actos.
A mi juicio, estamos frente a un libro representativo de nuestra cultura regional y patrimonio histórico presente en el imaginario colectivo, que la autora sabe mezclar de manera magistral con el misticismo, la espiritualidad y la narración de corte realista.
Alejandro Corrales Risco Profesor Educ. Media, mención Lengua Castellana y Comunicaciones.
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