SABES OFRECER TU AMISTAD...
Cuando aceptas y valoras al otro como es.
Cuando tienes fé en su capacidad.
Cuando te entusiasmas con sus sueños.
Cuando sin envidia reconoces sus logros.
Cuando ayudas desinteresadamente.
Cuando no abusas de su bondad.
Cuando estimulas sin adular.
Cuando gozas con sus alegrías.
Cuando sin violar su autonomía le ayudas a ver las dificultades.
Cuando sin herir le aconsejas.
Cuando buscas menguar sus dolores.
Cuando perdonas con generosidad.
Cuando escuchas aun lo que no te quiere decir.
Cuando reconoces tus errores.
Cuando le dices lo que su amistad significa para tí.
Cuando no le das importancia a lo que no importa.
Cuando te enriqueces con sus otras amistades.
Cuando con orgullo hablas del tesoro de su amistad.
Las buenas amistades no aparecen las cultivas, las construyes.
Tal vez tu no ofreces la amistad perfecta.
Pero tampoco esperes al amigo perfecto.
Si lo haces te encontrarás la soledad y la amargura.