No necesitas el permiso de nadie más para ser feliz. Tu vida es maravillosa no porque alguien diga que lo es, sino porque tú decides verla así. Si te sientes infeliz no es por culpa de alguien más. Asume absoluta responsabilidad por tu propia infelicidad, e instantáneamente contarás con la capacidad de crear tu propia felicidad.
Cada día, llevas a cabo tus más sinceras expectativas. Esperas ser feliz y, así de simple, lo eres.