EL CUENTO DEL NIÑO DEL PELO VERDE
Erase una vez, un matrimonio campesino que deseaba muchísimo tener un bebe, pasaban los años y no venia ningún niño, así que un día, la madre fue a la bruja del bosque y pidió que le hiciera un conjuro para así poder tener su ansiado niño.
Así lo hizo la bruja pero a la madre advirtió “tu niño será especial, mágico y debes amarlo siempre, sino la desdicha te traerá”.
Y, nueve meses después, nació un bebe precioso con unos ojos negros encantadores, pero….. OHHHHHH!!!! Qué susto se llevaron los campesinos cuando vieron que su niño tenía el pelo verde, verde como una manzana.
Lloraron los campesinos avergonzados del hijo que habían tenido, ¿Cómo pasearían por el pueblo?, ¿Qué dirán los demás niños?, “que desgracia” decía la Madre, “que vergüenza” decía el Padre.
Y, fue entonces que la madre recordó las palabras de la bruja, “especial”, “mágico”, “debes amarlo”, la madre se imagino que el niño podría hacer magia, así que comenzó a pedirle deseos, pero…. Aun no era el momento… el niño era muy pequeño.
Pasado algún tiempo, los campesinos tuvieron 2 hijos varones mas, que no habían sido pedidos con ningún conjuro de bruja y los cuales eran como cualquier otro niño, pero… ¿Qué paso con el niño del pelo Verde?.
Luis, así le habían llamado, era un niño solitario, triste, sus hermanos se burlaban de él, nadie en el pueblo quería ser su amigo, en la escuela todos se reían de su pelo, hasta el punto que el niño siempre usaba un sombrero para tapar su cabellera que no dejaba de crecer y nunca cambiaba de color.
Un día camino a casa por el bosque, Luis vio algo que brillaba en la rama de un árbol, se acercó y de pronto esa lucecita se fue haciendo cada vez más grande hasta convertirse en una preciosa Hada, habló el Hada y dijo a Luis:
“Piensa en algo que desees y tu deseo se hará realidad,
lo único que no puedes cambiar es como eres en verdad”
Luis llegó a casa muy contento y dijo a sus Padres: “ Puedo hacer magia!!!!”, “pedidme lo que queráis”… los padres se rieron y sus hermanos también, pero nuevamente un recuerdo vago vino a la mente de la Madre…. “mágico”… así que le dijo a Luis:
“Quiero ser duquesa, vivir en un castillo, tener mucho dinero y muchas joyas, quiero ser rica”. Dicho esto, Luis cerro fuertemente sus ojos y de pronto…. Qué maravilla!!!!!!!!!! Estaban en un castillo, hermoso, lleno de hermosas joyas, vestidos, sirvientes, era un sueño hecho realidad.
Cuando el rumor llego al pueblo, todos empezaron a “querer” a Luis, todos querían jugar con él y no dejaban de pedirle deseos, que Luis, al sentirse querido y aceptado por todos no dejaba de complacer.
La vida cambió para Luis, desde ese día que cumplió su primer deseo, pasó a ser el niño más querido de la ciudad… Hasta que!!!!!!!!!!.
Una noche, de invierno frío y de lluvia, se oyó tocar la puerta del castillo, la “Nueva Duquesa” abrió la puerta, afuera una niña harapienta, sucia y mojada, clamaba por comida y techo para esa noche.
“Deme usted algo de comer, y déjeme dormir aquí, por favor. Afuera está muy frío y llueve, y tengo mucha hambre”.
La Duquesa furiosa, gritó a la niña, “hija de la calle, aquí no hay nada para ti, vete que ensucias mi castillo”.
Luis, que vió lo que había pasado, dijó a su Madre en tono de reclamo: “Madre, déjala pasar”, y así su madre lo hizo. Luis, el niño del pelo verde, cerró sus ojos y de pronto la niña estaba limpia, vestida con suficiente abrigo y con una mesa llena de manjares para ella.
Mientras la niña comía, Luis se ocupó de otra cosa… Fue a buscar a su familia y reunió a todo el pueblo y dijo:
“Fui siempre burlado por todos vosotros, fui aislado de vuestros juegos, de vuestras vidas, sólo, cuando pude cumplir vuestros deseos os hicisteis mis amigos”.
“Pues os digo, vuestra vida está llena de riqueza, pero vuestro corazón como el de mi madre no tiene amor para los que somos distintos”
“Por eso, todo lo deseado, será quitado y todos vosotros seréis distintos al resto del mundo”
Luis cerró los ojos y de pronto… OHHHHH!!!! Cada persona del pueblo era distinta…. Unos tenían tres ojos, otros tenían 6 dedos en cada mano, otros tenían el cabello de distintos colores y así… cada uno de ellos era diferente.
Luis, busco a la hermosa niña, y con ella se fue,
a otros lugares donde él era él,
y nadie juzgaría por el tono de su piel,
ni su cabello, ni su risa, ni su forma de ser.
Y… Colorín Colorado, este cuento se ha acabado.