Recorría el bosque profundo e intenso, ahí recordé, mi pasado más inmediato,
solitario como mi presente e incógnito como el futuro, me di cuenta que la tristeza
movía el oscuro banderín sobre la cumbre de mi corazón,
que late cada vez con menos fuerza.
Ahí me di cuenta que tenía que volver a renacer, darme fuerza para seguir
hacia adelante, con mi frente en alto, observando
el horizonte que se pierde
a través del infinito hilo entre el cielo y las estrellas.
La soledad invade mi pensamiento pero yo mismo me apunto
- Te quiero soledad, pero ya es hora de ir partiendo de ti -
Una luz mágica me espera, para esta gran aventura de la vida, una existencia
dura pero solemne, donde tengo que enfrentarme a mi mismo
para hallar la verdadera esencia de mi ser.
Miro la luna y veo cada noche su brillante luminosidad tan intensa.
Olfateo las hermosas flores donde la naturaleza es la
reina que rodea este magnífico bosque.
En medio del silencio puedo oír los ruidos de los pájaros cantando,
el sonido de las maravillosas cascadas cristalinas que cuando
las contemplo son como un espejo, donde llego a sentir las lágrimas
que salen de mis mejillas, porque me desahogo con gotas en mi rostro,
pero a su vez reacciono y me doy cuenta que este cuento de mi vida
continua y que debo empezar a escribir una nueva página de mi historia.
De repente veo caer un ángel del cielo y con su esplendor me doy
cuenta que llegó, para darme un toque de felicidad, y con sus destellos,
observo mas allá de su alma, que me hace alcanzar la plenitud
y la paz que tanto merece mi espíritu y mi corazón.
Comencé desde ya a amar la vida, sé que día a día debo cultivar una
semilla y la alegría de un nuevo ser, a pesar de las adversidades,
tengo que descubrir cada vez más mi templo, lleno de tesoros invalorables.
El tiempo se apodera de mis decisiones y siempre me acompaña ese
niño que cada uno lleva por dentro, mi alma mas que nunca sigue
estando viva, joven y refleja la frescura que hay dentro de mi, porque
me he dado cuenta que la vida la quiero a mi lado, que no quiero que
mi alma abandone mi pecho, no me quiero perder en el sendero,
quiero rescatar la fuerza que tanto necesito para
seguir, quiero sentir como late mi intenso corazón.
Quiero apreciar cada nuevo amanecer, la pureza del amor y la alegría
de que sigo estando vivo, ahora más que nunca, me entrego a los
designios del creador, porque el tiene para mi muchas sorpresas,
por ello le concedo mi alma y mi destino, yo guiare mi camino,
teniendo siempre la esperanza de una vida mejor llena
de sueños, de luces y aventuras, las que quiero explorar.
Amo mi vida, no quiero perderla, necesito tener la
razón y los sentimientos en una balanza de equilibrio.
Me doy paso hacia la búsqueda de mi felicidad, pase lo que pase,
será una de mis grandes promesas, aunque el miedo me invada
a veces, es parte de esta historia, tengo que derrotar la gran muralla
para pasar al otro lado desconocido de ella, donde estoy seguro
de encontrar los colores del inmenso arco iris, en el que hallaré las
inesperadas aventuras que me ayudarán a encontrar mi propio ser.
Pablo Enrique Guitierres
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