En el territorio catalán habitan actualmente 7 504 881 personas[4] en un total de 946 municipios de los que 63 superan los 20.000 habitantes (en los que vive el 70 por ciento de la población catalana). Dos tercios de la población vive en la Región Metropolitana de Barcelona. Constituye un territorio muy denso y altamente industrializado, liderando el sector en España desde el siglo XIX y su economía es la más importante de entre las comunidades autónomas, al generar el 18,6 % del PIB español,[2] aunque según un informe independiente del INE, durante 2009 por primera vez se posicionó en segundo lugar, con un PIB de 210 853,1 millones de euros, tras la Comunidad de Madrid.[5][6] Respecto al PIB per cápita, se sitúa en cuarta posición, tras el País Vasco, la Comunidad de Madrid y Navarra. Su historia y su lengua son, para muchos de sus habitantes, la base de su identidad colectiva.
Tiene una población de 139.809 habitantes (INE 2013) y en su región urbana, engloba a 363,900 habitantes área metropolitana[cita requerida]. Es la segunda capital Catalana en importancia, en número de habitantes, después de Barcelona. Su término municipal tiene 211,7 km² y es uno de los más extensos de Cataluña. Lérida es también capital de la comarca del Segriá.
Lérida es un importante núcleo de servicios y es la ciudad de referencia en materia de asistencia hospitalaria, centros educativos, oferta cultural y de ocio, etc. en una amplia zona que incluye las comarcas de la provincia leridana y algunas aragonesas. Según un estudio económico, el área de influencia comercial de Lérida tiene 497.678 habitantes.[2]
La ciudad está bien comunicada por carreteras, autopista y autovías. La A-2 y la AP-2 la unen con Madrid y Barcelona) y las autovías A-22 y A-14 con Huesca y Viella respectivamente. En materia de transporte público, Lérida tiene una importante estación ferroviaria de la que parten trenes de alta velocidad, larga distancia, regionales y en un futuro de cercanías. Desde la estación de autobuses de la ciudad salen diversas líneas interurbanas que la conectan con prácticamente todos los pueblos y ciudades de su alrededor. En cuanto a movilidad interna, Lérida tiene con una red de autobuses urbanos de 23 líneas. Desde enero de 2010, además, está en funcionamiento el Aeropuerto de Lérida, ubicado a 15 km de la ciudad.
Desde su fundación, la ciudad de Lérida ha tenido diferentes topónimos: Iltiŕta en tiempos de los íberos (ilergetes), ILERDA durante la época hispano-romana; Larida en la época hispano-musulmana; Leyda en la Edad Media y actualmente:
Lérida es la denominación tradicional e histórica en español recomendada por la Real Academia Española.[4]
Lleida es la denominación en catalán y oficial de la ciudad desde 1980.
El Real Decreto 2115/1978, de 26 de julio, otorgó a la Generalidad de Cataluña la capacidad de alterar las denominaciones de los municipios,[5] y en junio de 1980 decretó el cambio de "Lérida" a "Lleida" a petición del propio ayuntamiento de la ciudad.[6] Las Cortes Generales aprobaron también el cambio de denominación de la provincia en 1992.[7]
Iltirta (la Lérida en tiempos de los iberos) era la capital de los ilergetas. Sus caudillos más famosos fueron Indíbil y Mandonio que estaban aliados con los cartagineses contra los romanos. El año 215 AC. fue decisivo. Tuvo lugar la Batalla del Ebro, donde Asdrúbal, hermano de Aníbal y comandante del ejército cartaginés cae derrotado frente a los romanos. Sus aliados Indíbil y Mandonio serían finalmente dominados el año 206 AC.
El año 195 a. C. trajo consigo una nueva e importante insurrección de las tribus ilergetas, lacetanas y ausetanas que fue sofocada por el cónsul Marco Porcio Catón y que supuso la muerte de los caudillos ilergetas Indíbil y Mandonio.
Monumento a Indíbil (a la izq.) y Mandonio
El final de la Segunda Guerra Púnica traería consigo la romanización y asimilación por parte de las estructuras indígenas de la cultura romana. Iltirta se convertiría en Ilerda. El año 49 AC. Julio César libró una batalla de la Guerra Civil Romana contra Pompeyo Magno delante de sus murallas. Una época oscura, por los pocos datos que se tienen, fue la de la dominación visigoda aproximadamente desde el año 375 al 716.
Los musulmanes se apoderaron de Lérida con la misma facilidad que lo hicieron con el resto de la península, en el año 714. La ocupación se produjo entre el 716 y 719, en que el emir Al-Aahm y después Al-Hur hicieron capitular a la ciudad, en tratos que se respetaron. Posteriormente, el magnate aragonés Fortún se convirtió al Islam para mantener el poder lo que ayudaría a la sumisión del pueblo.
El rey franco Ludovico Pío saqueó la ciudad en el 801, a los pocos días Amrus Al-Leridi la recuperó así como el resto de los territorios entre el 802 y el 809. Estas escaramuzas provocarían el endurecimiento del trato hacia los mozárabes, que finalmente tuvieron que emigrar.
En el siglo IX los tugibíes constituyeron un reino de taifa, aunque fingiendo cierta fidelidad al emir de Córdoba. El último rey de Lérida fue Sulaymán, destronado por los almorávides en 1102. Éstos usaron Lérida como base de incursión en los condados catalanes.
En 1264 el Rey Jaime I "el Conquistador" otorgó a la ciudad el Privilegio de Concesión de la Paeria, que en adelante sería la forma del gobierno municipal. En 1232 el mismo monarca, Jaime I, concede a la ciudad el Privilegio de Concesión de la Feria de San Miguel.
El 1297, Jaime II fundó el famoso Estudi General (Studium Generale), gracias a una bula pontificia de Bonifacio VIII. El Estudi General es, por tanto, la universidad más antigua de la antigua Corona de Aragón, y permaneció activa hasta 1717, cuando Felipe V ordenó su cierre y la destrucción del burgo universitario.
Universidad de Lérida
Los siglos siguientes estuvieron marcados por la recesión, agravados por guerras y epidemias que culminaron con la (1640-1652). La ciudad quedó deteriorada y Felipe V encontró una Lérida en ruinas. Finalmente, con el decreto de Nueva Planta (1714) Lérida perdió sus fueros y la Universidad. La Seu Vella, cerrada al culto desde 1797, se convirtió en cuartel militar.
La Llotja de Lleida
Puente de Príncipe de Viana
Durante el siglo XVIII, la ciudad recuperó su imagen y dimensión. Bajo el reinado de Carlos III se construyó la Catedral Nueva. Sus nuevos planteamientos ilustrados aportaron figuras, como Blondel y el Barón de Maials, que dieron a la ciudad una fisonomía urbanística acorde con su papel de capital de la provincia, y la aplicación a los cultivos de los nuevos estudios de agronomía.
A comienzo del siglo XIX, Lérida sufrió una nueva invasión, la napoleónica, en el transcurso de la Guerra de Independencia por un ejército del mariscal Suchet, y fue recuperada para los españoles por tropas del general Copons gracias a una audaz estratagema debida al militar y aventurero español de origen flamenco Juan Van Halen, luego teniente general, que posteriormente por el mismo medio consiguió la toma de Mequinenza y del castillo de Monzón.
Hoy en día (2010) dispone de 9 puentes sobre el río Segre. (5 transitables por coches, 1 ferroviario y tres peatonales). Otra pasarela que está prevista, unirá la Llotja con el parque de los Campos elíseos.
Lérida tiene un clima mediterráneo árido con tendencia continental, que es el propio del Valle del Ebro. Los inviernos son húmedos y muy fríos y los veranos cálidos. El promedio de precipitación anual es bastante escaso, de unos 375 mm, con máximos en primavera y sequía estival. No es extraño que a lo largo del año puedan registrarse temperaturas de algunos grados centígrados bajo cero en invierno y de hasta 40 °C en verano. Es característica la niebla que en invierno suele ocupar el valle del Segre durante días. Es por esta última cuestión por lo que Lérida fue tenida como ciudad de castigo en ciertas épocas históricas. Del mismo modo el pendón de la bandera es de color morado (símbolo de castigo).
La Seu Vella o Catedral Vieja del Siglo XIII (1203-1278). El Claustro es del Siglo XIV y el campanario del XV.
Claustro de la Seu Vella de Lérida
Parque de la Mitjana. Un parque natural junto a la ciudad de Lérida, el más grande de la ciudad.
Centro de Arte de la Panera: Centro de arte contemporáneo ubicado en la antigua lonja de contratación de la ciudad, edificio con columnata medieval del siglo XII y cierre perimetral del siglo XVII.
La Canalización: Comprende la zona colindante al Río Segre y los jardines remodelados de los Campos Elíseos. Desde aquí se puede contemplar una vista maravillosa de la Seu Vella.
Convento del Roser antiguamente denominado «Convento de Sant Domènec», su construcción se inició en 1669.
Castillo de la Zuda, antiguo castillo mudéjar, emplazado detrás de la Seu Vella, en la misma colina. En su recinto tuvo lugar en 1150 el enlace entre Ramón Berenguer IV y Petronila de Aragón, enlace que supuso la unión de Cataluña con la Corona de Aragón. Fue arruinado en parte por dos explosiones, en 1812 y 1936.
El río Noguerola es subterráneo y pasa por debajo de la ciudad desembocando en el Segre.
Eje Comercial la calle peatonal comercial más larga de Europa con unos 3 km de longitud.
Parque de Santa Cecilia, en la vertiente norte del altiplano de la Seu Vella.
Arborètum, inmenso jardín botánico situado en uno de los barrios de la ciudad (ciutat jardí) de más de 7 hectáreas de dimensión, con más de 18 espacios, donde cada uno de ellos representa una zona del planeta, desde el Pirineo, hasta el desierto, con una rambla mediterránea y bosques de la India..., árboles, arbustos y flores traídos de todo el planeta para exponer de forma reducida los rincones naturales de nuestro planeta en este precioso jardín en Lérida.
Las fuentes tienen una gran importancia en la ciudad, ya que los calurosos y secos veranos que suceden en la ciudad invitan a refrescarse con ellas.
De fuentes podemos encontrar tanto en plazas como en rotondas y casi siempre acompañadas por una zona ajardinada a su alrededor. El mantenimiento de estas fuentes se encuentran en la Sección de Parques y Jardines.
Las fuentes se sitúan en la mayoría de ocasiones como elementos viarios, en la telaraña de las calles de la ciudad, como son las siguientes:
Fiesta Mayor de primavera: Coincidiendo con la festividad de San Anastasio (patrón de la ciudad) se celebra la Fiesta Mayor de primavera de Lérida a principios de mayo; durante los días que duran las fiestas hay diversos actos entre los que destacan la Procesión y Ofrenda Floral al Santo, la Batalla de Moros y Cristianos, el Concurso de Fuegos Artificiales, o la Batalla de Flores.
Aplec del Cargol: Quince días después de la Fiesta Mayor se celebra l'Aplec del Cargol, fiesta gastronómica por antonomasia en la que se degustan entre otros los célebres cargols a la llauna (caracoles) que son un plato muy típico de Lérida. La fiesta dura tres días (de viernes a domingo) y se celebra en el Parque de los Campos Elíseos, donde las peñas o "les colles" (agrupaciones de amigos) montan sus casetas. Los ciudadanos de Lérida están muy implicados en ella y la consideran una de sus fiestas más importantes. El año 2004 fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Fiesta Mayor de otoño: Coincidiendo con la festividad de San Miguel se celebra la Fiesta Mayor de otoño de Lérida a finales de septiembre. Durante la semana se celebra la Feria de San Miguel (Fira de Sant Miquel). Es una de las Ferias agrarias más antiguas e importantes de España y tiene como sede el "Parque de los Campos Elíseos" ("Els Camps Elisis").
Tanto la Fiesta Mayor de primavera como la de otoño son presididas simbólicamente por un grupo de 12 gigantes emblemáticos, propiedad de la Paeria: doña Violant y el infante Berenguer, Rey Jaime I el Conquistador y Reina doña Leonor, Gigantes Chinos, el Rey Moro y doña Zobeida, los Faraones y los emperadores Marco Antonio y Cleopatra, los más antiguos de Cataluña, construidos en 1840. Suelen salir acompañados por Lo Marraco, monstruo totémico de la ciudad.
Gigantes de la Paeria de Lérida
Romería de "Els Fanalets de Sant Jaume" ("Farolillos de Santiago"): Una pequeña capilla del s. XIII situada en la calle Mayor, conmemora el paso del Apóstol Santiago por Lérida, donde según una leyenda, el apóstol se clavó una espina en su pie derecho siendo de noche, y un ángel con un farolillo le dio luz para que pudiera sacársela. La noche víspera de Santiago ("Sant Jaume") los niños y niñas de la ciudad recuerdan ese acontecimiento yendo en romería hasta la Catedral Nueva, provistos de farolillos, que confieren a la procesión religiosa un insólito aire de fiesta y verbena. El paso procesional está constituido por una imagen en madera del apóstol, acompañada por los Gigantes de la Ciudad y las principales autoridades.
La Mostra Internacional de Cinema d'Animació (Animac) es un festival no competitivo, que se celebra la última semana de febrero que se dedica a todo aquello relacionado con la animación cinematográfica.
La Muestra de Cine Latinoamericano de Cataluña es un certamen competitivo que se celebra durante el mes de abril, y que aparte de la Sección Oficial a Concurso, incorpora las secciones retrospectivas y nuevas propuestas.
La Seu Vella o catedral antigua de Lérida, es el monumento más emblemático de la ciudad. Se alza sobre el cerro situado en su centro y desde el que se divisa toda la ciudad y la plana de la comarca del Segria.
Su construcción comenzó en el 22 de julio de 1203, con Pere de Coma como “Magister Operis Sedis Ilerdensis” y fue consagrada a Santa María el 30 de octubre de 1278 por el Obispo de Lérida Guillem de Montcada.
La catedral se inscribe dentro del estilo románico, aunque sus cubiertas son de crucería ojival (góticas) por lo que muchos estudiosos de arte han dicho que se trata de un claro exponente de edificio de transición. Arqueológicamente se ha constatado que la crucería y los ventanales apuntados ya formaban parte del proyecto original de Pere de Coma. (Multitud de ejemplos nos demuestran su utilización fuera de los estrictos cánones del gótico: Durham, Saint-Etienne, Santa Magdalena de Vezelay... Poblet, Santes Creus, Sant Ruf de Lleida... incorporan crucerías ojivales y no están consideradas como góticas)
Podemos decir entonces que la Seu Vella de Lérida fue el último gran proyecto del románico catalán.
El claustro de la Seu Vella se halla anómalamente emplazado delante de la fachada principal de la basílica. Destaca por sus excepcionales dimensiones (48 m de longitud promedio), que lo convierten en uno de los mayores claustros de Europa, por la insólita galeria-mirador con vistas sobre la ciudad y comarca, y por la belleza y variedad de sus 17 arcadas góticas, todas diferentes. Entre ellas podemos mencionar el ventanal "de las palmeras" con clara influencia mudéjar, y el central del ala de poniente, con una compleja decoración flamígera que enmarca una Estrella de David y una Crucifixión.
La Catedral de Lérida fue construida entre los años 1761 y 1781 gracias a las aportaciones del rey Carlos III, a las aportaciones económicas de los propios leridanos y también a la del obispo Joaquín Sánchez.
La Catedral Nueva es de estilo barroco con gran tendencia al clasicismo academicista francés. Está situada en pleno eje comercial de Lérida y frente al antiguo Hospital de Santa María.
Las escalinatas que dan acceso al interior dan a tres puertas de hierro de medio punto y torretas laterales. Estas escalinatas dan acceso a la puerta principal donde luce el escudo de los borbones.
Imagen de la "Verge del Blau"
En el interior podemos ver una planta de tres naves y el coro, obra de Lluís Bonifás Massó, de estilo barroco y que fue destruido durante la Guerra Civil.
La Catedral de Lérida acoge a "La Moreneta" (La Virgen de Montserrat), patrona de Cataluña y punto de visita el 27 de abril.
También se venera en la Catedral a la Verge del Blau, que según cuenta la leyenda, debe su nombre del "blau" (cardenal / morado) al hematoma que le dio el escultor al lanzarle un martillo que le pegó en la frente, al ver que durante uno de sus viajes, un discípulo suyo había finalizado sin problemas la escultura, con más facilidades que él.
Centro histórico (Centre Històric): es la parte más antigua de la ciudad. Por la calle Cavallers se puede llegar a la Seu Vella, que se encuentra en lo alto del cerro que domina la ciudad (conocido como el "Turó de la Seu"). En esta zona entre otras, se encuentran la calle Mayor, la calle San Antonio, la calle Magdalena y la calle del Carmen. Destaca el gran número de locales comerciales que albergan, recibiendo por ello el nombre de "Eix Comercial" (Eje comercial, uno de más largos de Europa con más de 4 km de longitud, que alberga en la plaza de "Sant Joan" una de las escaleras mecánicas más altas de España).
Cappont: junto con Pardinyes y Balàfia, es el barrio que más está creciendo. Con grandes centros de ocio y el campus universitario de la UdL. Está situado en el margen izquierdo del río Segre. Cuenta con el parque de los Campos Elíseos. Al final de estos se encuentra el recinto ferial "Fira de Lleida". Cappont se está perfilando como uno de los barrios más modernos de Lérida, en el que se están ubicando las principales firmas de hipermercados y centros comerciales nuevos de la ciudad.
La Bordeta: situado en el extrarradio de la ciudad, es el barrio más poblado de Lérida. Entre este barrio y el de Cappont se está ejecutando la zona residencial conocida como Copa d'or, una de las actuaciones urbanísticas más importante de la ciudad.
Magraners: es el barrio de acceso a la ciudad por el sur (carretera de Tarragona), aislado del resto de la ciudad por zonas industriales "Polígon Industrial dels Frares" (Polígono Industrial de los frailes) por el este y "pol.ind.de Mecanova" por el norte, por su oeste está en fase de urbanización, otra gran actuación residencial que sin duda renovará el barrio.
y varias zonas de ocio y de paseo. Barrio históricamente vinculado al ferrocarril, la estación de Renfe lo separa del centro histórico. Con amplias calles y una rambla que es una de las más largas de Cataluña. Paralelo al río Segre se está construyendo el nuevo palacio de congresos "La Llotja" y al lado un nuevo puente, que al igual que el palacio de congresos, tendrá un diseño muy singular.
Balàfia: situado entre los del Secà de Sant Pere y Pardinyes. Está experimentando un gran crecimiento residencial sobre todo entre las zonas próximas al Secà de Sant Pere y la carretera de Torrefarrera (Valle de Arán).
Secà de Sant Pere: barrio histórico al norte de la ciudad fundado por inmigrantes en las décadas de 1950 y 1960, también denominado como "El Secà".
Zona Alta-Campo de deportes-Fleming: barrio donde se alternan grandes edificios residenciales con grandes centros comerciales y casas unifamiliares. Su nombre proviene del estadio de fútbol (U.E. Lleida) sito en la zona. Es la zona del ensanche de la ciudad.
La Mariola: barrio histórico de la ciudad donde se ubican numerosos bloques de viviendas de protección oficial construidas durante el franquismo. Actualmente se está ejecutando un proceso de rehabilitación sufragado por Adigsa (Generalidad) y expandiéndose hacia el cerro de Gardeny.
Ciudad Jardín: barrio residencial, de casas unifamiliares en su mayoría, situado a la salida de Lérida por la carretera de Huesca, donde se ubicará el nuevo jardín botánico de la ciudad .
La ATM Lleida inició en 2008 el Sistema Tarifario Integrado (STI) del Área de Lérida, que permite usar un único billete para usar los autobuses urbanos, interurbanos y los Ferrocarriles de la Generalidad (tramo Lérida-Áger de la Línea Lérida-La Puebla de Segur). Los trenes regionales están actualmente excluidos del STI, pero se espera su incorporación tras el traspaso de las competencias a la Generalidad, firmado en noviembre de 2010.[10]
El STI del área de Lérida incluye 149 municipios con 360.510 habitantes (INE 2010), en una extensión de 5.543 km2.
Las principales vías de acceso a la ciudad por carretera son la autopista AP-2 y la autovía A-2 que la conectan con Madrid, Zaragoza y Barcelona, y la N-240, que atraviesa las comarcas de Tarragona. A medio plazo, dos nuevas autovías unirán Lérida con HuescaA-22 y ViellaA-14.
La Generalidad de Cataluña ha iniciado las obras de la llamada Variante Sur, con la intención de cerrar un anillo de alta capacidad alrededor de la ciudad (siendo la A-2 la "variante norte"). La Variante Sur tendrá unos 16 km de longitud y costará 160 millones de euros.
Lérida dispone de una estación de tren (llamada Lleida-Pirineus) donde Renfe sirve varias líneas regionales, nacionales y, desde 2003, la alta velocidad (AVE). También está en estudio la implantación de un núcleo de cercanías ferroviario con municipios cercanos a la capital. Por otro lado, FGC opera la línea Lérida-La Puebla de Segur desde 2004.
Para facilitar la movilidad interna en la ciudad, Lérida dispone de una red municipal de 10 líneas de autobuses gestionada Autobuses de Lérida, además de dos lineas adicionales 101 y 128 hacia Alpicat y Torefarrera que también efectúan paradas dentro de la ciudad y ayudan en la movilidad interna. Autobuses de Lérida cuenta con una flota de 44 autobuses, la práctica totalidad de ellos adaptados a personas con la movilidad reducida.
Por otra parte, varias líneas de autocares conectan Lérida con casi todos los municipios del Segriá y de otros de su provincia, Cataluña, resto de España y Europa. En los próximos años Lérida inaugurará una estación de autobuses nueva, que se ubicará al lado de la estación ferroviaria.
El PSC ha dominado la política local desde el restablecimiento de la democracia hasta la actualidad, con los alcaldes Antoni Siurana (1979-1987 y 1989-2004) y àngel Ros (2004-). Los socialistas han sido la fuerza más votada en todas las elecciones municipales y sólo han abandonado el gobierno local durante dos años, cuando las elecciones de 1987 auparon a Manel Oronich (CiU) a la alcaldía de la ciudad, que abandonó a causa de una moción de censura en 1989.
Las elecciones generales también han sido dominadas por los socialistas, que han ganando todos los comicios celebrados exceptuando los primeros de la democracia (1977), que se saldaron con una victoria de la UCD, y las de 2011, ganadas por CiU.
En contraste, CiU ha sido la fuerza más votada en todas las elecciones autonómicas, exceptuando las celebradas en 1980 y 1999 (ganadas por el PSC).
Lista de alcaldes desde las elecciones democráticas de 1979
1959: Se rueda en Lérida la película de Pedro Lazaga La fiel infantería, con un reparto encabezado por Arturo Fernández, Amalia Gadé, Tony Leblanc, Laura Valenzuela o Ismael Merlo. Es una apología de la victoria franquista en la guerra civil. Obtuvo varios premios. Es una de las pocas películas filmadas en Lérida y una oportunidad de ver como era la ciudad en 1959.
El día 5 de octubre de 2006, la cantante Malú rodó el videoclip de su primer single "Si estoy loca" de su séptimo disco "Desafío". Dirigido por el director de Lérida Alex Villagrasa.
El día 10 de abril de 2007, la cantante Lorena Gómez rodó el videoclip de su primer single "Sin medida" de su primer disco "Lorena". Dirigido por Alex Villagrasa.
En 2008, la cantante y actriz Gala Évora rodó el videoclip de su primer single "Tengo un amor" de su primer disco "Agua y luz". Dirigido por el director de Lérida Alex Villagrasa.
Los días 1 y 2 de junio de 2008, el grupo musical M-Clan rodó el videoclip de su segundo single "Inmigrante" de su séptimo disco "Memorias de un espantapájaros". Dirigido por Alex Villagrasa.
El día 30 de septiembre de 2008, la cantante Rosa López rodó el videoclip de su primer single "Júrame" de su quinto disco "Promesas". Con la dirección del realizador leridano Alex Villagrasa.
En diciembre de 2008, el grupo musical M-Clan rodó el videoclip de su tercer single "Las calles están ardiendo" de su séptimo disco "Memorias de un espantapájaros". Dirigido por Alex Villagrasa.
El municipio cuenta con una población de 133.545 habitantes (padrón del INE a 1 de enero de 2013). Su ubicación a la orilla del Mediterráneo en la Costa Dorada, con playas de aguas cálidas, así como sus centros de recreo y tradición histórica y patrimonio artístico, la convierten en un centro de atracción turística de primer orden. Su origen se remonta a la antigua Tarracoromana, capital de la Hispania Citerior Tarraconensis. El «Conjunto arqueológico de Tarraco» ha hecho que Tarragona sea considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Tarragona disfruta de un clima Mediterráneo típico, tipo Csa según la clasificación de Köppen. La temperatura media anual supera ligeramente los 16ºC y la precipitación apenas alcanza los 500mm. Los inviernos son suaves y los veranos, calurosos . Las precipitaciones son irregulares, tanto dentro de un mismo año como entre diferentes años si bien se observa un patrón según el cual la estación más seca suele ser el verano, seguido del invierno. Primavera y otoño suelen registrar las mayores precipitaciones, especialmente este último. La posibilidad de precipitación se extiende a lo largo de todo el año y frecuentemente alcanzan intensidad elevada o muy elevada, aunque el episodio lluvioso suele durar poco. El carácter tormentoso de las precipitaciones suele ser más alto en verano, seguido de otoño, primavera e invierno, mientras que la precipitación tipo chubasco es más habitual en orden inverso al expuesto. La nieve no es muy rara , pero no suele caer con suficiente intensidad o duración como para cubrir el suelo, lo cual la convierte en un fenómeno subjetivamente percibido como mucho más infrecuente de lo que en realidad es. Los registros de precipitación, disponibles desde finales del SXVIII aunque con discontinuidades frecuentes y a veces prolongadas, indican unos valores extremos comprendidos entre los 300 y los 700mm. anuales. El promedio de días con precipitación registrada al año es de 51. Las temperaturas presentan una pauta mucho más regular y previsible. Las heladas son infrecuentes y algunos años no llegan a registrarse . Las temperaturas máximas en los días más calurosos del año no acostumbran a superar demasiado los 30ºC. Valores superiores a los 35ºC no son raros, pero no se dan cada año y son de muy breve duración. Los valores extremos registrados son: -6,5ºC (1956) y 39ºC (2010). El viento dominante es el Mestral (NW), seco y frío si es de componente marcado del N y más suave, incluso casi cálido, a medida que rola a componente W. En verano, suele predominar un régimen de brisas.
Tarragona fue conquistada por los árabo-bereberes en una fecha variable, según autores, entre el 714 y el 716. Ha sido objeto de debate si la conquista fue pacífica o tras un asedio y posterior saqueo. Esa última tesis estaría avalada por la bien documentada huida del Obispo Próspero, pero por otra parte no se han encontrado indicios arqueológicos que demuestren una interrupción súbita de la vida ciudadana. La falta de unos titulares episcopales, así como una situación excéntrica y periférica en relación a los centros de poder tanto andalusíes como cristianos, explicarían una decadencia rápida seguida de varios siglos de irrelevancia, lejos de una despoblación completa pero sin alcanzar una realidad plenamente urbana. El valor simbólico de la antigua Tarraco, pudo actuar como incentivo para una estabilidad en el dominio cristiano, pero otros factores actuarían en contra. Hay indicios de intentos de recuperación del dominio cristiano ( Reconquista) desde el Siglo IX bajo Carlomagno, pero las campañas que harán nacer la Marca Hispánica no alcanzaron a consolidar el dominio cristiano seguro y estable de la ciudad. Borrell II se proclamó "Príncipe de Tarragona" en el 960, pero sucesivos intentos de consolidación del dominio cristiano sobre la ciudad demuestran lo precario de éste, cuanto menos hasta el SXI.
Torre del Pretorio romana, usada en la Edad Media como castillo.
En 1129San Olegario, arzobispo de Tarragona, cedió la ciudad como un principado eclesiástico al mercenario normandoRobert Bordet, que había servido a las órdenes de Alfonso I de Aragón. El 14 de marzo de 1129, este caballero fue nombrado príncipe de Tarragona mediante un pacto de vasallaje. A partir de la infeudación del Principado de Tarragona, los normandos, comandados por Bordet, se instalaron en la ciudad. Robert Bordet aprovechó una antigua torre romana todavía en pie, la actual Torre del Pretorio, para establecer su castillo. Se iniciaba así un primer proceso de colonización de la ciudad, dirigido sobre el terreno por Robert, pero controlado desde Barcelona por el arzobispo.
La situación en la ciudad se complicó con la muerte de San Olegario. En 1146, su sucesor, Bernat Tort, un hombre de confianza del Conde de Barcelona, se estableció en la ciudad. Se iniciaba así un proceso marcado por continuos conflictos jurisdiccionales que culminaron con la extinción del principado y la restitución al Conde de Barcelona en 1151.
La Tarragona de finales del siglo XII ya era un núcleo urbano plenamente consolidado que se había convertido en el centro director de un amplio territorio. En 1148 el gobierno local se había reordenado y el consejo de habitantes de la ciudad participaba intensamente en la vida urbana. La ciudad creció y ocupó toda el área interna del Foro provincial de Tarraco, manteniendo así la estructura arquitectónica heredada de la época romana. La ciudad del siglo XII surgió, pues, en el área de grandes monumentos, alrededor de los castillos señoriales. A partir de 1146 se ocupó el área del recinto de culto de época romana, un sector que tomó especial relieve con el inicio de la construcción de la Catedral en 1171, y que se convirtió en el eje vertebrador de la ciudad a partir de su consagración en 1331.
Fuera del recinto defensivo de esta primera época, había tres áreas claramente diferenciadas: en primer lugar, el Corral, el antiguo circo romano, que se convirtió en un burgo extramuros con un mínimo de población y destinado principalmente a actividades comerciales e industriales. En segundo lugar, la Vila Nova que era el área que se prolongaba desde el Corral hasta el puerto y estaba destinada básicamente a huertos, cultivos, herrenales y molinos. A diferencia de la primera, no estaba muy habitada, excepto en el área del puerto y en la zona más próxima al Corral. Finalmente la huerta de Tarragona, también destinada a la explotación agraria, que se extendía a ambos lados del Francolí y llegaba hasta Riu Clar.
La expansión de la peste bubónica por toda Europa marcó el inicio de un importante periodo de recesión demográfica. La epidemia llegó a la ciudad entre mayo y julio de 1348, provocando una gran mortandad. El descenso de la población y la crisis general en que se encontraba la ciudad hizo que el núcleo urbano entrara en un importante proceso recesivo. El descenso del número de fuegos se plasmó en un número menor de casas ocupadas. A pesar de esto, en 1368 la ciudad, siguiendo las directrices marcadas por la Corona, empezaba las tareas de mantenimiento y refuerzo de las murallas de la ciudad mediante la construcción de la Muralleta o Mur Nou, a la altura de la fachada del circo. De esta forma el área del Corral, el antiguo circo romano, quedó incorporada al núcleo urbano.
La situación política se agravó a lo largo de la primera mitad del siglo XV. Las diferencias entre la Generalidad de Cataluña y Juan II de Aragón provocaron una guerra civil catalana, en la que el arzobispo se puso del lado de los realistas, mientras que el Consejo Municipal, tras un periodo de prudencia, se alió con la Generalidad.
El 17 de octubre de 1462 las tropas de Juan II llegaron a Tarragona para sitiar la ciudad. La guerra sumió a Tarragona en la más absoluta decadencia. Las defensas de la ciudad, especialmente en el sector del Mur Nou, quedaron muy deterioradas, así como las del área del Corral. La población disminuyó drásticamente y la municipalidad se declaró en quiebra. Los efectos de la guerra fueron visibles en la ciudad durante mucho tiempo.
La vida de la ciudad de Tarragona durante la época moderna está marcada por tres importantes conflictos bélicos. Desde el siglo XVI se construyen o consolidan fortificaciones para defender la ciudad y sus alrededores de las continuas guerras y ataques piratas. A partir de la Guerra de los Segadores y hasta mediados del siglo XIX Tarragona fue plaza fuerte, lo que comportaba que no se podían destruir las fortificaciones y se tenía que dejar un espacio delante de la muralla libre de edificios, con las dificultades que ello suponía para la expansión urbanística. Las epidemias fueron una constante en este periodo y provocaron grandes mortandades y el éxodo de la población.
Durante la Guerra de los Segadores (1640-1659), en la que se enfrentaron catalanes y franceses por un lado y la monarquía hispánica por otro, la situación estratégica de Tarragona le hizo padecer dos importantes sitios, en 1641 y en 1644, que comportaron graves destrucciones de edificios y la consecuente postración y decadencia económica de la ciudad. El puerto padeció daños importantes y se abandonó durante mucho tiempo, por lo que el comercio se desvió hacia el puerto de Salou. La economía del Camp de Tarragona entró en una grave crisis de la que no se recuperó hasta finales del siglo XVIII, cuando se autorizó la reconstrucción del puerto y se concedió el permiso para comerciar libremente con América.
El segundo gran conflicto bélico que padeció la ciudad fue la Guerra de Sucesión (1702-1714) que alcanzó la ciudad cuando todavía no se había recuperado de los estragos de la Guerra de los Segadores. Tarragona fue defendida por una guarnición británica que mejoró el sistema defensivo con la construcción de la Falsa Braga y de otros fortines y baluartes, la mayor parte actualmente desaparecidos. Cuando Felipe V accedió al poder promulgó el Decreto de Nueva Planta, que instauraba un sistema de gobierno centralizador y absolutista. En esta nueva organización, las antiguas veguerías se reagruparon en corregimientos y nacieron los ayuntamientos, al tiempo que se jerarquizó el organigrama político, se recortó el poder de los arzobispos y se suprimió la Universidad.
Otro grave problema con el que se enfrentó la ciudad a lo largo de los siglos XVI y XVII son las epidemias de peste y los ataques piratas. La piratería en la costa del Mediterráneo provocó la huida de la población hacia zonas más seguras del interior. Para intentar controlar los ataques piratas se construyeron torres de defensa a lo largo de la costa, como la Torre de la Mora, o como el baluarte sobre el puerto natural de Tamarit, que data de 1617. Las batidas corsarias supusieron un importante tropiezo demográfico y económico para las zonas afectadas.
La iglesia, y más concretamente, los arzobispos jugaron un papel importante en el relanzamiento cultural, artístico y urbanístico de la ciudad en el siglo XVI, ya que estos religiosos, además de ser prelados, ocupaban importantes cargos políticos. Arzobispos como Gaspar Cervantes de Gaeta, Joan Terès y Antoni Agustín dotaron a la ciudad de una Universidad Literaria, ampliaron los límites de la ciudad amurallada hasta la actual Rambla Nova -con la construcción de la muralla de Sant Joan- y promovieron y financiaron obras y capillas en la catedral de Tarragona. Por otra parte, en la ciudad estaban instaladas numerosas órdenes religiosas instaladas que realizaban entre tareas benéficas y educativas.
La llegada del agua a la ciudad, proveniente de Puigpelat, supuso una importante mejora de la calidad de vida de la población. En este caso, también hay que destacar la contribución de la jerarquía eclesiástica al desarrollo de la ciudad, puesto que la obra fue impulsada por los arzobispos Joaquín de Santiyán y Francesc Armanyà.
A lo largo del siglo XVIII, la ciudad experimentó un ligero crecimiento que se verá de nuevo truncado, a principios de la centuria siguiente, por un nuevo conflicto bélico, la Guerra del Francés.
En el ámbito artístico, a finales del siglo XVI, se produce un renacimiento del clasicismo de la mano de la Escuela del Camp, con el apoyo del arzobispo Antoni Agustín y los canónigos humanistas.
A pesar de los acontecimientos dramáticos que marcaron la época moderna, la celebración de las fiestas tradicionales continuó siendo uno de los hitos que marcaban el calendario tarraconense. Los gremios eran los encargados del séquito que salía a la calle para las fiestas de Santa Tecla, Corpus, la llegada de los reyes y la entrada de nuevos arzobispos. A mediados del siglo XVI se fundó la Confraria de la Sang, cuya relevancia social sobrepasó con creces la participación en la procesión del Santo Entierro.
En 1786 se concedió a Tarragona el permiso para comerciar libremente con América y la actividad económica se orientó hacia el comercio del vino y el aguardiente. Este hecho conllevó la expansión del cultivo de la viña en detrimento de otros productos. Con la aparición de la filoxera en Francia, hacia 1870, el cultivo se extendió de forma desmesurada hasta el punto de que se plantaban viñas en lugares poco adecuados. La ventaja de la proximidad del mercado exportador y la facilidad del transporte hacían que fuera un cultivo rentable, por lo que Tarragona se benefició mucho económicamente. Este movimiento económico motivó la aparición de una nueva clase social de obreros y menestrales, mientras que la burguesía aprovechó para invertir en diversas empresas.
Placa conmemorativa del Sitio de Tarragona de 1811.
Tropas del bando sublevado izan la bandera española en el Ayuntamiento de Tarragona tras su entrada en la ciudad el 15 de enero de 1939.
El siglo XIX se inicia con un conflicto bélico de consecuencias devastadoras para la ciudad: la Guerra de la Independencia o Guerra del Francés. Tras un sitio largo y terrible para la población, Tarragona fue asaltada por el ejército francés el 28 de junio de 1811. A partir de ese momento, los franceses ocuparon la ciudad durante más de dos años, tras los cuales dejaron un rastro de miseria y hambre, agravadas por la voladura de puntos estratégicos de la ciudad que acompañó su salida, el 19 de agosto de 1813.
La recuperación económica y demográfica fue lenta, a pesar de que se eximió a la ciudad del pago de tributos entre 1816 y 1826. Con la mejoría de la situación, se reemprenderán las obras del puerto y otras que habían quedado paradas por el conflicto. Este hecho permitirá el establecimiento de comerciantes foráneos y la formación de una pequeña burguesía comercial emprendedora que hará posible la modernización de Tarragona a lo largo del siglo XIX.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, las oscilaciones del precio del vino condicionaron la economía y la demografía de la ciudad, así como su expansión urbana. En periodos de euforia se incrementó la población, se fomentaron industrias auxiliares relacionadas con la exportación de vinos y se establecieron numerosas sociedades y entidades vinculadas con este comercio. A partir de mediados de siglo, el crecimiento económico posibilitó mejoras urbanas que cambiaron la fisonomía de la ciudad.
En 1868 Tarragona dejó de ser plaza fuerte, lo que permitió la construcción de edificios y viviendas fuera de la muralla. Militarmente, las murallas ya no eran necesarias, puesto que las nuevas tecnologías de guerra habían demostrado que eran inútiles. Por otra parte, la presión demográfica hacía imprescindible la urbanización de esa zona de la ciudad. Sólo a partir de 1854 y de una manera intermitente e irregular, debido a los elevados costes económicos que suponía, se inició el derribo de la muralla de Sant Joan que permitió la urbanización y la construcción de nuevos edificios en la actual Rambla Nova y la proyección de nuevas calles, como la de la Unió, que harán posible la conexión de la Parte Alta con la Marina. La Parte Alta de la ciudad, más estática, continuó siendo el espacio preferido como residencia por la nobleza, por los eclesiásticos y también, por sectores, de los payeses y los artesanos. La Parte Baja o Marina, de nueva construcción, más dinámica, se convirtió en el lugar donde se establecerá la burguesía comercial con sus talleres y tiendas.
Las obras del puerto y del ensanche de la ciudad provocan el descubrimiento de numerosos restos arqueológicos. En esta época se pudieron salvar muchos restos de la antigua Tarraco, que sirvieron como base del primer Museo Arqueológico.
A lo largo de los siglos, la presencia del puerto fue determinante para el comercio de Tarragona. Las mejoras de la infraestructura del puerto durante este periodo permitieron la introducción de nuevas empresas y, por lo tanto, la modernización de la ciudad.
Durante el primer tercio del siglo XX se producen en el país cambios políticos y sociales que influyeron de manera determinante en la vida de los tarraconenses: la Dictadura de Primo de Rivera, la proclamación de la Segunda República y la Guerra Civil Española (1936-1939). El conflicto supuso un grave tropiezo y un retroceso en el desarrollo económico y social de Tarragona. La ciudad fue bombardeada en numerosas ocasiones, con lo que, además de sufrir un considerable número de víctimas mortales, su estructura urbanística se vio gravemente dañada con la destrucción de infraestructuras que tuvieron que reconstruirse durante los difíciles años de la posguerra.
A finales de la década de los cincuenta algunas industrias químicas empezaron a instalarse en la zona y en 1975 entró en funcionamiento la refinería de Enpetrol. El empuje del sector industrial también influyó de manera notable en el aspecto urbanístico y constructivo en general; ya que el aumento de población, por el incremento de la inmigración, llevó a la creación de nuevos barrios periféricos que se construyeron, al poniente, sobre la carretera de Valencia (Torreforta, Camp Clar, Bonavista, Icomar, Riuclar, La Floresta y la Granja) y al norte de la ciudad (Sant Salvador y Sant Pere y Sant Pau).
Tarragona pasará a ser una ciudad industrial especializada en el campo petroquímico. En estas industrias, la salida y la entrada de los productos elaborados se hace por el puerto de Tarragona que pasará a ser el segundo puerto español por volumen de toneladas anuales.
Tarragona tiene un total de 140.323 habitantes, según datos del padrón del 1 de enero de 2009. Tarragona es capital de una área metropolitana de 456.042 habitantes.[1]
La población está distribuida en diferentes barrios que van de poniente a levante.
El puerto ha constituido históricamente uno de los puntales de la actividad económica. Desde mediados de los años 70, se encuentra siempre entre los cinco puertos españoles de mayor tonelaje. Se vincula estrechamente con el tráfico de grandes cargas a granel, especialmente petróleo y sus derivados, cereales y carbón. El tráfico de contenedores se comienza a afianzar desde la puesta en funcionameiento de una nueva terminal en el año 2008. Los cruceros sin embargo, no son todavía un tráfcio frecuente. El puerto pesquero de Tarragona es el más importante de Cataluña, con un total de 8000t en 2004, que corresponde al 30% de las capturas pertenecientes a esa comunidad. El complejo petroquímico de Tarragona es el más importante de España, y sus factorías se extienden por el término de Tarragona y los vecinos de Vilaseca, El Morell y la Pobla de Mafumet. En él se ubican empresas nacionales como Repsol o extranjeras, como Bayer, BASF, etc. La petroquímica genera cerca de 5000 empleos, más otros 23000 entre indirectos e inducidos. Paralelamente, existe una actividad industrial muy diversificada, con una actividad centrada en manufacturas diversas, transformados plásticos o del metal, materiales de construcción, cartonajes y embalages, etc. El sector terciario ocupa la parte principal de la población activa. Más allá de la actividad relacionada con la capitalidad provincial, destaca el comercio, los servicios docentes relacionados con la Universidad y otros centros educativos y, especialmente, el sector turístico.
Casco Antiguo . Coincide con el primer asentamiento romano y está ocupado en su mayor parte por el Fórum Provincial de Tarraco . Está rodeado por la Muralla romana, cuya longitud hacia el siglo III a. C. era de unos 4 km. Sin embargo, en la actualidad sólo se conserva alrededor de 1 km y una puerta adovelada original. El Casco Antiguo, conocido popularmente como "Part Alta", es hoy en día una de las zonas más visitadas tanto por turistas como por autóctonos gracias a la oferta gastronómica y de ocio que éste ofrece.
Antiga Audiència. Gran torreón romano en el casco antiguo, construido en el extremo SW del Fórum Provincial de Tarraco. La construcción ha conocido diversos usos y una infinidad de modificaciones a lo largo de su dilatada historia. A fines del SXI las fuentes la denominan el Castillo del Obispo de Vic. La fachada sobre la Plaça del Pallol, levantada en 1819, es un elegante ejemplo de arquitectura neoclásica.
Rambla Nova. Majestuoso paseo, centro de la vida ciudadana. Destaca por sus terrazas, restaurantes, tiendas elegantes y sede de distantas instituciones tanto públicas como privadas. Alinea interesantes edificios representativos de la arquitectura del SXIX y XX. Fue diseñada en 1854 tras la demolición de la vieja Muralla de St. Joan levantada el SXVI y que se había convertido en una barrera entre la Part Alta tradicional y el floreciente y expansivo barrio de la Marina. Acoge los monumentos a Roger de Lauria, obra de Feliu Ferrer Galzeran erigido en 1883 y el dedicado a los "Héroes de 1811", obra de Julio Antonio. En su extensión moderna, se levanta el popular monumento a los Castellers. En su extremo Este, se abre al
Balcón del Mediterráneo. Denominado así por Emilio Castelar. Se trata de un mirador situado sobre un acantilado al borde del mar, al final de la Rambla Nova. Está bordeado por una elegante baranda de hierro fundido diseñada por Joan Miquel Guinart a fines del SXIX. Desde él se puede contemplar una majestuosa panorámica del mar, el puerto, la estación de ferrocarril, el anfiteatro, la playa y La Punta del Milagro desde una altura de 23 metros. La Punta del Milagro es también el escenario donde se celebra cada año en el mes de julio, durante seis noches, el Concurso Internacional de Castillos de Fuegos Artificiales de Tarragona. *[1]
Circo romano de Tarraco. Dentro del casco antiguo de la ciudad, hallamos hoy en día los restos arqueológicos de lo que fue el circo, que ofrecía carreras de carros. Pueden visitarse en diferentes establecimientos de la ciudad; así como lo que se conoce como capçalera, la curva final del recorrido. Las carceres, donde estaba la salida, se hallan bajo los cimientos del actual ayuntamiento de Tarragona, en la Plaça de la Font.
Vista lateral de la Catedral de Tarragona.
catedral gran templo cristiano medieval iniciado hacia el siglo XII y parcialmente concluïda en el XIV . Comenzada en estilo románico, se completó en estilo gótico, con una presencia importante de elementos posteriores, especialmente del Renacimiento y el Barroco.
La Casa de la Fiesta de Tarragona centro cultural que muestra los elementos fundamentales de las Fiestas de Santa Tecla de Tarragona (declaradas Festa Tradicional d'Interés Nacional -Generalitat de Catalunya- y Fiesta de Interés Turístico Nacional -Gobierno de España- )
Barrio del Serrallo. Barrio de pescadores, levantado en 1854 al ser demolidas las casas y almacenes de los pescadores para construir la estación del ferrocarri. Conserva un cierto sabor tradicional y destaca por sus numerosos restaurantes especializados en pescado.
Cara E de la Torre de los Escipiones.
Teatro Metropol diminuto y coqueto teatro modernista en la Rambla Nova, obra de Josep Maria Jujol.
La Torre de los Escipiones, monumento funerario romano e3n forma de torre. Aceptablemente conservada y datable en el SI d.C., a seis kilómetros del centro, en el trazado de la Vía Augusta.
Museo Diocesano de Tarragona El Museo Diocesano fue inaugurado en 1914 por el Arzobispo Antolín López Peláez. Repleto de donaciones hechas por el mismo Arzobispo, las parroquias de la diócesis, congregaciones religiosas y personas particulares, el museo fue enriqueciéndose a lo largo de los años.[3]
Casa de la Festa La Casa de la Festa es un edificio donde se conservan y exponen los elementos patrimoniales de las Fiestas de Santa Tecla, declaradas de interés turístico estatal y tradicional nacional.[4]
Museo y Necrópolis Paleocristianos Cerca de las vías de salida de la ciudad se formó, a partir de mediados del siglo III, un cementerio que creció considerablemente desde que fueron enterrados los restos de Sant Fructuoso.[5]
Museo Nacional Arqueológico Construido durante la primera mitad del siglo XIX, el actual Museo Nacional Arqueológico de Tarragona es el más antiguo de Cataluña en su especialidad.[6]
Museo del Puerto de Tarragona El Museo del Puerto de Tarragona es una de las principales infraestructuras de la ciudad. Construido en un antiguo almacén de refugio habilitado, esta edificación aporta una gran riqueza. Su principal objetivo era recuperar embarcaciones y explicar la relación de Tarragona con el mar.[7]
Museo de Arte Moderno de Tarragona Creado por la diputación de Tarragona en el año 1976, el museo de Arte Moderno, tenía como finalidad promover el estudio y el conocimiento del arte moderno y contemporáneo y, así mismo, conservar y mostrar el patrimonio artístico de la ciudad y compartir-lo con el mundo.[8]
Museo Bíblico Tarraconense Gracias a sus viajes a la Tierra Santa y otros países del Oriente Medio, el Dr. Josep Vallés, consiguió diversas piezas arqueológicas, mapas, reproducciones y objetos de culto relacionados con el mundo de la Biblia que fueron depositados en el Museo Bíblico Tarraconense fundado en 1930.[9]
Museo Casa Castellarnau En el siglo XV fue construida la Casa Castellarnau y a partir de este momento hasta el siglo XIX esa fue el hábitat de alguna de las familias más influyentes de la ciudad.[10]
Museo Casa Canals Edificada a finales del siglo XVIII, este edificio fue la residencia señorial de la familia Canals, originaria de Reus y afincada en Tarragona.[11]
La gastronomía de Tarragona es el reflejo de su personalidad histórica y cultural: como puerto del Mediterráneo, una parte importante de su riqueza viene del mar, que se conjuga con la rica agricultura. Se pesca en Tarragona marisco y pescado azul reconocido por la Denominación de Origen Pescado Azul de Tarragona. En el Serrallo (el barrio de pescadores de Tarragona), se pueden encontrar varios restaurantes que ofrecen una cocina basada en los productos frescos del mar.
El plato típico por antonomasia en Tarragona es la Espineta amb cargolins, especialmente consumido en las fiestas de Santa Tecla. Es un plato que combina la espineta, lomo de atún, con caracoles, así como un completo sofrito de verduras. De cocción elaborada, necesita un reposo de una noche. Es célebre la frase "Santa Tecla gloriosa, mare dels tarragonins, què fem avui fer dinar? Espineta amb cargolins!" (Santa Tecla gloriosa, madre de los tarraconenses, ¿qué hay hoy para comer? Espineta amb cargolins!)
Otros platos más típicos de Tarragona son la cassola de romesco, el arrossejat, el arroz negro, así como el pescado a la plancha o frito. Muchos de los restaurantes que ofrecen estos platos están situados a poca distancia del mar, lo que hace que sus platos estén hechos con pescado fresco, además de poder disfrutar de maravillosas vistas sobre el mar y del ambiente típico del Serrallo.
En cuanto a los productos agrícolas la mayoría provienen de las comarcas del interior de Tarragona. Avellanas, almendras, setas, y cítricos son también productos típicos. Merecen una citación especial y a parte los vinos de la Denominación de Origen Tarragona, en especial las mistelas y vinos rancios ideales para acompañar los postres.
En la Parte Alta de la ciudad muchos restaurantes se encuentran en edificios históricos que transportan al gourmet a la época del esplendor imperial o a los años de la difícil reconquista. Para completar esta ambientación histórica en el mes de mayo se celebran las jornadas gastronómico-culturales Tarraco a Taula, que ofrecen la oportunidad de catar algunos platos extraídos de recetas romanas.
En Tarragona también son típicos los bares de tapas o llesqueries, y con la llegada del buen tiempo se puede disfrutar en cualquier plaza o calle de la ciudad de las terraza de los bares para tomar el vermut antes de comer.
El Carnaval de Tarragona se remonta a las fiestas saturnales, lupercales y matronales que celebraban los romanos. El carnaval se continuó celebrado durante todas las épocas de la historia, pese a que fue prohibido en varios momentos, el último de ellos fue durante el franquismo.
Es característica del carnaval de Tarragona la colocación de la Bóta en la plaza del ayuntamiento que indica el principio y final (cuando se queman todos los Ninots). Son también características las rúas de Ninots i Reis (con sus respectivos séquitos), las sátiras, los saraus, entre otros muchos elementos. Y al final de la celebración la crema de los Ninots y la desfilada mortuoria de los Cremallers i Ploraneres.
Festival Internacional de Dixieland de Tarragona
La semana anterior a la de Pascua: único certamen dedicado a los orígenes del jazz en España y uno de los principales de Europa. [2]
Procesión del Santo Entierro: la procesión del Silencio
La Procesión del Santo Entierro es la más emblemática de las que se celebran en Tarragona durante las festividades de Semana Santa. Se celebra el día de Viernes Santo, aunque antiguamente se realizaba el Jueves Santo.
La tarde del Viernes Santo se hace la recogida de los pasos por parte de los armats. Este acto no suele verse en otras ciudades o pueblos y en Tarragona es uno de los eventos más esperados por la mayoría de tarraconenses, ya que es algo muy dinámico y espectacular. Esta reunión empieza hacia las 16:00h. La gente puede acercarse mientras se forma la cola procesional que saldrá sobre las 19:30. Los armats son uno de los elementos más emblemáticos de la Semana Santa de Tarragona. Están documentados desde 1758 y ellos son los que escoltan y recogen los pasos antes de la procesión y encabezan, cuando todos los pasos están en la Plaza del Rey, el cortejo. La cohorte está formada por el centurión o Capità Manaies, un tocador de trompeta, 6 tocadores de timbales, que van vestidos con capa blanca, y 32 armats con capa roja, coraza, escudo y lanza. A principios del año 2011 se hizo público el proyecto de los armats de renovar su vestimenta, diseñándola más vistosa y más realista pero sin perder la estética tradicional de los Armats de Tarragona.
Esta procesión data de 1550, organizada por la Reial i Venerable Congregació de la Puríssima Sang del nostre Senyor Jesucrist, que se creó en 1545 cuando los alpargateros y los esparteros de la ciudad se agremiaron. Su recorrido por las calles del casco antiguo de la población le da una estética espectacular. Intervienen alrededor de unas 5.000 personas y 20 pasos, de los que la mitad se cargan a la espalda.
La Semana Santa tarraconense fue declarada Fiesta Tradicional de Interés Nacional.
Cada 23 de abril, se venden rosas y libros en la parte central de la Rambla Nova. Además, suele ser el inicio de la temporada de Castells de las collas de Tarragona, es por eso que por la tarde de este mismo día els Castellers de Sant Pere i Sant Pau, els Xiquets del Serrallo, els Xiquets de Tarragona y la Colla Jove Xiquets de Tarragona, actúan en la Rambla Nova, con castillos modestos que son como el "pistoletazo de salida" a la temporada.
Celebrado durante las dos últimas semanas de mayo, es un festival cultural internacional dedicado y especializado en la de divulgación histórica de época romana. Con él, la ciudad vuelve a la época clásica, con legionarios, gladiadores, artesanía, comida etc. [3]
Revetlla de Sant Joan
El 23 de junio se celebra la noche de culto al fuego con petardos, correfocs, tracas y baile hasta la madrugada.
La primera semana completa de julio: es el certamen pirotéctico de referencia del Mar Mediterráneo.
Los fuegos artificiales se lanzan desde el cabo del Milagro por parte de compañías pirotécnicas de cualquier parte del mundo. Aquellos que hagan las formas, los colores y los efectos más bonitos recibirán más votos por parte del público y aquel que se declare ganador del concurso, tendrá el honor de ser el encargado del castillo de fuegos artificiales que ponga fin a las fiestas de Santa Tecla
Fiestas de Sant Magí
La fiesta pequeña de la ciudad, entre el 16 y el 19 de agosto. Durante estas fiestas se traen en carros, toneles de agua de las fuentes del Brufaganya (agua supuestamente bendecida por el santo patrón) hacia la ciudad. El seguici popular, formado por gigantes, capgrossos, dos balls de bastons, grallers y la Guardia Urbana montada a caballo, recibe los carruajes y los conduce en procesión, ya con la imagen de Sant Magí en un paso, hasta la ermita del Portal del Carro, dónde acabados los pilares de las cuatro colles castelleres de la ciudad y la espectacular traca, los tarraconenses pueden beber el agua milagrosa de Sant Magí.
Durante las fechas de Sant Magí, la ciudad goza de aspectos festivos, cada vez más abundantes. Uno de los más destacados es la remullada, una berbena que se hace en la Plaça del Rei donde el espectáculo musical está acompañado de surtidores gigantes que mojan y riegan la plaza con agua fresca, aliviando el calor pero sobre todo provocando una lluvia de intensa diversión. Los surtidores son una sandía (por el verano, es la fruta que se come), un càntir (por la fiesta de Sant Magí), una almeja (por estar al lado del mar) y un tren. La remullada se hace la noche del día 18 y dura hasta altas horas de la madrugada.
El día 19 por la mañana se celebra una actuación castellera en la Plaça de les Cols, dónde actúan las cuatro collas locales.
Exhibición castellera durante las fiestas de Santa Tecla.
La calle mayor durante las fiestas de Santa Tecla.
La fiesta grande de la ciudad, entre el 15 y el 24 de septiembre, declarada de interés turístico nacional por el Gobierno de España y fiesta tradicional de interés nacional por la Generalitat de Catalunya. Se realizan más de 500 actividades.
El primer domingo antes del día 23 se organiza una gran diada castellera con las mejores collas del momento, la Jove de Tarragona y los Xiquets de Tarragona están siempre presentes como las dos collas locales más grandes. En esta diada se ven castells espectaculares, aunque los años que hay concurso de castells, las collas no ponen el listón tan alto y suelen reservarse.
El día 19 se celebra la Santa Tecla petita donde los niños y niñas tarraconenses salen por las calles de Tarragona recreando en miniatura el seguici popular, con sus mismas figuras, bailes, y castells, a escala más pequeña.
Otro acto muy destacado, bastante reciente es la Baixada de l'àliga. La madrugada del 21 al 22 los portantes de l'àliga (elemento del seguici festiu de gran importancia) solían llevarla hasta el Ayuntamiento de Tarragona, y así dejarla preparada para sacarla en la cercavil·la, y se ha acabado convirtiendo en una tradición donde apenas cabe una aguja de lo que se llega a llenar la calle para ver este destacado "acto festivo". Tanto es así que ahora no solo l'àliga está en la fiesta sinó que también la Mulassa, el Lleó, y los gigantes se han unido junto con los músicos y ahora es una parte más del espectáculo y sobre todo la fiesta.
El día 22 por la tarde sale el seguici desde el Ayuntamiento, recorre el Casco Antiguo, la rambla y vuelve al Ayuntamiento. El seguici está compuesto por los correfocs que son los diables, el Drac de Sant Roc, el Bou y la Víbria. A estos les sigue el Ball de Serrallonga (els Trabucaires), l'àliga, la Mulassa, la Cucafera, el Lleó, el Magí de les timbales, el gegants petits (els gegantons negritos), les dues parelles de gegants grans, els Capgrossos de la ciutat y los bailes. Los bailes son: el Ball de Bastons, el dels Pastorets, el de turcs i cavallets, el Patatuf, el Ball de Cercolets, otro Ball de Bastons, el Ball de Gitanes, el de Valencians, el de cossis y el dels Set Pecats Capitals.
Mientras tanto, en el balcón del Mediterráneo y en más sitios hay conciertos y verbenas y por la noche, en el Camp de Mart, se celebra L'Empalmada, que se empalma hasta el día siguiente con música y la Mamadeta, que es la bebida típica de las fiestas de Santa Tecla (granizado de limón y chartreuse).
El día 23, a primera hora de la mañana empieza con el Toc de Matinades. Grallers de diferentes entidades o por libre, se pasean por las calles de la ciudad, desde antes de que amanezca, tocando la canción de Matinades y gozando de buenos almuerzos que les ofrecen los tarraconenses. Después de almorzar, el Seguici Festiu sale de oficio para anunciar que es Santa Tecla y al mediodía, las cuatro colles castelleres (els Xiquets de Tarragona, la Colla Jove dels Xiquets de Tarragona, el Xiquets del Serrallo y el Castellers de Sant Pere i Sant Pau) actúan en la Plaça de la Font, delante del Auuntamiento. El 23 de septiembre de 2011, esta fue una gran diada para los Xiquets de Tarragona que consiguieron hacer "la tripleta" sin caerse y para la Colla Jove dels Xiquets de Tarragona, que se proclamó "colla de gama extra" cargando el 5 de 9 amb folre (nueve pisos y cinco personas en cada piso.)
Por la tarde vuelve a salir el Seguici Popular incluidas las colles castelleres mientras el Braç de Santa Tecla es llevado en la Processó. Un momento realmente espectacular es alrededor de las 20:00h cuando el Braç de Santa Tecla entra en la Catedral con todos los elementos del Seguici Popoular actuando a la vez en la misma plaza. Después se bajan las escaleras de la Catedral y el Seguici Festiu finaliza de nuevo en la Plaça de la Font con otra actuación conjunta. Es la tercera y última salida del Seguici Festiu de las Fiestas de Santa Tecla. En ese momento se enciende el Castillo de fuegos artificiales por parte del ganador del Concurso de Fuegos Artificiales que se celebra en julio.
El día 24 por la mañana se celebra una actuación castellera de las cuatro colles y seguidamente, montan unos pilares de cuatro pisos que son llevados andando desde la Catedral hasta la Plaça de la Font.
Los Xiquets del Serrallo, consiguieron en 2011 completar el camino sin que el pilar se cayese, por 16 años consecutivos.
Santa Tecla acaba con un gran Correfoc con los elementos de fuego de toda Catalunya organizado por los Diables Voramar de Tarragona, la noche del último domingo de Festa Major.
Normalmente, por esas fechas tan notorias, los tarraconenses van a "buscar caragolins" por la zona del Loreto, para hacer para comer al almuerzo la tradicional "Espineta amb Caragolins" de Santa Tecla.
Los tarraconenses, por las fiestas de Santa Tecla, siempre dicen:
"Santa Tecla, gloriosa, mare dels tarragonins. Què tindrem avui per dinar? Espineta amb Caragolins!! Toca Peròn!!"
Evento bienal, se celebra el primer fin de semana de octubre los años pares. Es el principal certamen de esta tradición catalana. A principios de agosto, se hace una valoración de la "clasificación castellera" y las mejores collas son invitadas a actuar en la Tarraco Arena Plaça (antigua plaza de toros) junto als Xiquets del Serrallo y la Colla Castellera de Sant Pere i Sant Pau, que pese a sus dificultades para igualar a las grandes collas, son invitadas también como collas de la ciudad, deleitandonos aun así con sus espectaculares castillos más pequeños pero también más trabajados y más emocionantes.
En 2012, por primera vez se añadió al evento un segundo día de concurso, en el que collas más pequeñas tuvieron la oportunidad de competir en el concurs de castells de Tarragona, participando en la misma clasificación que las collas más punteras.
En este evento los castells asumen un caracter competitivo a diferencia de en el resto de actuaciones. Es por eso que en el concurso de castells se ven construcciones humanas realmente espectaculares. Las últimas seis ediciones han sido ganadas por los Castellers de Vilafranca, asoliendo así un record más en el mundo casteller.
El primer domingo de octubre de los años pares Tarragona se tiñe de colores de las diferentes collas y se convierte en una ciudad púramente castellera.
Tarragona 2017. Sede de los Juegos del Mediterráneo
Tarragona fue escogida el 15 de octubre de 2011, en la ciudad de Mersin(Turquía), como la sede de los XVIII Juegos Mediterráneos de 2017. Acogerá este evento deportivo entre finales de junio y principios de julio de 2017.
Deportes
El Club Gimnàstic de Tarragona es un club polideportivo de la ciudad de Tarragona. Es la entidad deportiva más antigua en existencia ininterrumpida de España. Aunque la entidad se fundó en 1886, el club de fútbol no se creó hasta 1914. Su primer equipo de fútbol juega actualmente en la Segunda División b (grupo 3) de España.
Tarragona]]=== Enlaces de fiestas y culturales ===